EEUU se prepara para espiar a sus ciudadanos con inteligencia artificial
La Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos busca añadir a sus sistemas de vigilancia nuevas capacidades de análisis y procesamiento de información que incluirán herramientas de IA
La compañía Hewlett Packard Enterprise (HPE) ha anunciado esta semana que empezará a colaborar con la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA) en el desarrollo de nuevas herramientas de inteligencia artificial y de análisis de datos. Estas capacidades se suman a las que ya tenían los agentes estadounidenses y amplifican su capacidad para procesar y analizar información sensible.
El contrato entre ambos, que tendrá una duración de 10 años, reportará a Hewlett Packard Enterprise un total de 2 mil millones de dólares. Según la compañía, esta colaboración permitirá a la NSA utilizar toda la potencia de computación de la multinacional americana que además construirá una nueva plataforma que mezclará sus supercomputadores con su sistema de almacenamiento de datos en la nube.
"La implementación de la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y las capacidades de análisis en grandes volúmenes de datos requiere cada vez más sistemas de computación de alto rendimiento (HPC)", explica Justin Hotard, vicepresidente y director general de HPC en HPE. "Los clientes demandan capacidades HPC en sus proyectos que usan mayor volumen de datos, combinadas con una gestión fácil, sencilla y ágil".
La NSA ha sido acusada en el pasado de presionar en repetidas ocasiones a compañías de telecomunicaciones y servicios de internet para acceder a la información privada de sus clientes. Las nuevas herramientas computacionales de los superordenadores que les ofrece HPS facilitan la capacidad análisis de la gran cantidad de datos con los que cuenta la agencia estadounidense.
La NSA y la vigilancia masiva de la población
En 2013 Edward Snowden, un antiguo empleado de la NSA, reveló información clasificada a periodistas del Washington Post y de The Guardian sobre un programa secreto llamado PRISM que mostraba las prácticas abusivas de la agencia estadounidense.
PRISM empezó con la administración de George W, Bush y continúo con Obama y según los documentos filtrados por Snowden permitía que la NSA recabara información de sobre los usuarios de líneas telefónicas e internet. The Guardian publicó como la compañía de telecomunicaciones Verizon se vio forzada a proporcionar de forma "continua y diaria" información sobre todas las llamadas telefónicas que tuvieran registradas desde dentro de Estados Unidos o entre los Estados Unidos y otros países.
Los datos aportados incluían información sobre quién hizo cada llamada, a quién llamó, cuándo se hizo, cuánto duró la llamada y la ubicación de cualquiera de las partes. La información se recopilaba sin hacer distinción entre usuarios potencialmente sospechosos y los que no lo eran.
Luego, el New York Times confirmó que la NSA llevaba tiempo reclamando estos metadatos a otras compañías de telecomunicaciones en lo que el medio neoyorquino afirma ser “uno de los esfuerzos de vigilancia más ambiciosos jamás emprendidos por un gobierno democrático contra sus propios ciudadanos”.
Ese mismo 2013, el Washington Post publicaba que los servicios de inteligencia de los EE.UU. también tuvieron acceso a los servidores de compañías como Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, Skype, YouTube o Apple.
La NSA y el servicio de inteligencia argumentaban entonces que este tipo de medidas son necesarias para garantizar la seguridad. "La información recopilada en el marco de este programa [PRISMA] se encuentra entre la información de inteligencia extranjera más importante y valiosa que recogemos, y se utiliza para proteger a nuestra nación de una amplia variedad de amenazas”, afirmaba por aquel entonces el antiguo director de inteligencia nacional, James Clapper.
La inteligencia artificial como herramienta de represión
Pero el mismo argumento funciona también hoy en día para justificar los sistemas de cámaras que cuentan con algoritmos de reconocimiento facial y que se usan ampliamente en EE.UU. o en China, entre otros países. Esta tecnología permite identificar a la población de manera constante y aleatoria y en el caso de China ha sido una herramienta de represión contra los miembros de la etnia musulmana de los Uyghur.
El nuevo acuerdo de la NSA con HPE va ha hacer que el análisis de este aluvión de datos sea cada vez más rápido y exhaustivo. Hace ya tiempo de 2013 y ahora se suben muchos más datos a la red que entonces gracias sobre todo al aumento de usuarios de 'smartphones' y al auge de las redes sociales. Todos estos datos que compartimos cada día de manera voluntaria están controlados y medidos por potentes algoritmos de inteligencia artificial y alimentados por superordenadores como los de HPE.
Afortunadamente en Europa tenemos unas leyes de protección de datos muy restrictivas que impiden, hasta cierto punto, este tipo de actividades. Aunque no hay que fiarse, la historia nos ha enseñado que no es imposible que las tendencias políticas cambien. El futuro siempre nos puede deparar una forma de gobierno tan restrictiva como la china que además cuente con una inteligencia artificial muchísimo más potente.
La compañía Hewlett Packard Enterprise (HPE) ha anunciado esta semana que empezará a colaborar con la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA) en el desarrollo de nuevas herramientas de inteligencia artificial y de análisis de datos. Estas capacidades se suman a las que ya tenían los agentes estadounidenses y amplifican su capacidad para procesar y analizar información sensible.