Una montaña solar para darle energía a uno de los 'fiestorros' del año

Este edificio es muchas cosas en una: una instalación interactiva, un centro de reunión y un generador de electricidad renovable capaz de alimentar a una pequeña ciudad en pleno desierto de Nevada que es la sede del famoso 'Burning Man'.

'Burning Man' es uno de los festivales más populares del año y en él se han llegado a congregar hasta 79.000 personas llegadas desde todos los puntos del planeta —incluidos famosos de todo pelaje y magnates de Silicon Valley con ganas de juerga.

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El festival junta fiesta, música y arte con un sentimiento de respeto por la naturaleza y el entorno que ha sido una de sus señas de identidad más reconocibles. 'Burning Man' se hubiera celebrado justo durante estas fechas si no hubiese sido por la pandemia, pero la comunidad de 'burners' sigue muy activa y no parece que uno de los 'fiestorros' del año corra peligro en el futuro.

Hasta ahora Black Rock City ha sido una ciudad efímera en medio del desierto de Nevada, en EEUU. y que no tiene acceso a la red eléctrica, agua o cobertura móvil. La ciudad se monta para la semana que dura el evento y luego se desmonta en cuanto acaba como si allí no hubiera pasado nada.

Pero ahora los organizadores quieren tener una ciudad permanente para desarrollar proyectos más ambiciosos y que puedan tener mayor extensión en el tiempo. Para ello han elegido un terreno cercano llamado Fly Ranch, un oasis de más de 15.000 km² que tampoco tiene acceso a electricidad ni red móvil, pero sí abundante agua, animales y más de 100 tipos de plantas.

'Solar Mountain' (montaña solar en español) cumple varias funciones, además de proveer de electricidad a la ciudad, también va a servir como instalación interactiva y lugar de encuentro para sus habitantes. El proyecto del estudio de arquitectura indio Nude es uno de los seleccionados para el desarrollo de 'Fly Ranch' y en estos momentos ya está en fase de prototipo.

El edificio tiene 728 paneles solares capaces de producir 873,6 kWh al día y 26.572 kWh al mes. Una potencia suficiente, según sus creadores, como para proveer de energía renovable a la nueva ciudad y sus actividades. Aunque seguramente esto solo pase al principio y según crezca la ciudad tengan que buscar nuevas fuentes de energía.

La estructura interna es de madera reciclada y todos los componentes son modulares y están prefabricados para facilitar su montaje. Los paneles solares se conectan a una columna central y están metidos dentro un marco de aluminio que les protege. También estarán cubiertos por un cristal antirreflectante de 3,2 mm de grosor que, además de permitir un rendimiento óptimo, mejora su durabilidad.

“Los paneles son una gran elección para aplicaciones que no tienen acceso a la red eléctrica, son relativamente compactos y son fáciles de montar o desmontar”, afirman sus creadores. “Los paneles son fáciles de instalar gracias a los orificios pretaladrados y los diodos de derivación preinstalados minimizan la caída de potencia causada por la sombra y proporcionan rendimiento incluso con poca luz.”

La forma ondulante del edificio está pensada para mezclarse con el ambiente. Y según comentan desde Nude: “la montaña se convierte en una fuente de recolección de energía limpia, permite que la gente se conecte consigo misma, con la naturaleza y con los demás, y se convierte en un espacio de juego en el que personas de todas las edades pueden disfrutar tanto de la escalada como del descenso por los peldaños”.