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La más brillante estrategia de Apple: I+D para evitar impuestos
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La más brillante estrategia de Apple: I+D para evitar impuestos

Hace unos meses, tomando un café con el responsable de I+D de una gran empresa española, le pregunté porque no había más compañías como

Hace unos meses, tomando un café con el responsable de I+D de una gran empresa española, le pregunté porque no había más compañías como la suya que invirtieran cada año parte de sus ingresos en generar patentes, incrementar sus conocimientos y, en definitiva, mejorar sus procesos de negocio mediante la inversión en innovación. La respuesta fue clara: “Porque ninguna empresa de este país cree realmente en la I+D”. Y añadió, con una sonrisa: “Incluida la nuestra”.

El gran problema de la I+D, en la mayor parte de los países europeos, es la falta de inversión privada, todavía más en tiempos de crisis. La mayor parte de las compañías no tiene los recursos personales ni financieros para hacer frente a una fuerte inversión que, en la mayor parte de los casos, no garantiza retornos económicos y, si los tiene, son a muy largo plazo. Algunos gobiernos, conscientes de la relevancia de la investigación y el desarrollo para generar empleos de calidad y una economía más sostenible, intentan generar incentivos, sobre todo subvenciones y ayudas fiscales, para animar a las empresas a invertir en ciencia.

Y eso es un problema muy serio, claro, para los gobiernos que no lo hacen.

Tim Cook, el consejero delegado de Apple, ha testificado esta semana en el Senado de EEUU para defender las prácticas fiscales de su compañía. En un extenso informe, los senadores acusan a la empresa de desviar sus beneficios para no pagar impuestos en su país, transfiriendo su propiedad intelectual a un país que ya es prácticamente un paraíso fiscal. EEUU impone una tasa del 35% a los beneficios que obtienen sus multinacionales fuera de sus fronteras, una de la cifras más altas del mundo. La media de la OCDE ronda el 24%. Apple, según la denuncia, ha negociado llevarse esos beneficios a otro país, Irlanda, con una tasa del 2%.

4.000 millones de inversión en tres años

La estrategia de Apple es extremadamente interesante, y debería ser estudiada en las escuela de negocio y, sobre todo, en los ministerios de Hacienda de todos los socios europeos de Irlanda. Según se extrae de la investigación del Senado, Apple Inc., con sede fiscal en EEUU, invirtió 4.000 millones de dólares en I+D entre 2009 y 2012, y tuvo unos beneficios antes de impuestos de 38.700 millones de dólares.

Por su parte, ASI, subsidiaria de Apple en Irlanda, invirtió 4.900 millones de dólares en investigación y desarrollo en ese periodo, y obtuvo unos beneficios antes de impuestos de 74.000 millones de dólares.

Es decir: la relación beneficio-coste de la inversión en I+D realizada por la sede central de Apple es de 7 a 1. La de de su filial irlandesa es de 15 a 1. Las inversiones de la compañía en Irlanda son el doble de rentables que las que realiza en EEUU y, lo que resulta escandaloso para el Senado, es que en realidad “la actividad de I+D de Apple se realiza principalmente en Estados Unidos, los materiales y componentes son distribuidos por todo el mundo, y los productos finales son ensamblados por una tercera compañía, normalmente en China”. La empresa ha sacado de su país, según denuncia el informe, 74.000 millones de dólares con fines meramente fiscales en cuatro años.

Apple no hace nada ilegal, aunque los senadores sí la acusan de hacer algo inmoral. "Apple ha detectado el santo grial de la evasión de impuestos, y está explotando un absurdo”, ha asegurado el senador demócrata por Michigan Carl Levin. Tim Cook, por su parte, replicó que la mejora de los márgenes de Apple sirve para crear más y mejores puestos de trabajo en EEUU.

Ambos tienen razón. Apple se vale de una argucia legal para pagar menos impuestos en su país, pero ese dinero termina creando riqueza -en forma de nuevas inversiones, creación de empleo y nuevos negocios para proveedores- en el país en el que realmente se crean sus productos, Estados Unidos. Irlanda, mientras, gana el establecimiento en su territorio de una empresa que también genera empleos y negocio para terceros, aunque pague pocos impuestos.

Es una práctica que, por cierto, también usan otra compañías como Google o Amazon, aunque los senadores creen que ese escandaloso 2% es exclusivo de Apple. El problema es lo que perdemos todos los demás. Es muy difícil de entender cómo esta UE, inmersa en una de las peores crisis de su historia, tolera el hecho de tener un paraíso fiscal en su corazón.

Hace unos meses, tomando un café con el responsable de I+D de una gran empresa española, le pregunté porque no había más compañías como la suya que invirtieran cada año parte de sus ingresos en generar patentes, incrementar sus conocimientos y, en definitiva, mejorar sus procesos de negocio mediante la inversión en innovación. La respuesta fue clara: “Porque ninguna empresa de este país cree realmente en la I+D”. Y añadió, con una sonrisa: “Incluida la nuestra”.