Hay algo 'extraño' en un cráter de la Luna 6 veces más grande que España: la NASA quiere mandar a sus astronautas allí
Este cráter tiene una superficie superior a los 3 millones de kilómetros cuadrados. España, sumando sus archipiélagos, apenas supera los 500.000 kilómetros
El cráter South Pole-Aitken (NASA/GSFC/Arizona State University)
La NASA ha identificado un hallazgo sorprendente en el cráter más profundo de la Luna, conocido como South Pole-Aitken. Esta gigantesca formación, situada en la cara oculta del satélite, ha revelado indicios de materiales internos que podrían transformar la comprensión sobre el origen y la evolución lunar. Los futuros astronautas del programa Artemis se dirigirán directamente a esta región para examinar su composición.
El South Pole-Aitken se extiende más de 1.900 kilómetros de norte a sur y cerca de 1.600 de este a oeste, lo que implica una superficie total de 3.040.000 kilómetros cuadrados de superficie, aproximadamente. Se formó hace unos 4.300 millones de años tras el impacto de un enorme asteroide. Un equipo de la Universidad de Arizona ha determinado que el objeto no colisionó desde el sur, como se creía, sino desde el norte, lo que modifica las teorías previas sobre su formación y sobre la distribución de los materiales que se encuentran en su interior.
The impact that carved out the South Pole-Aitken basin on the moon appears to have come from the north, not the south as previously thought – and NASA’s upcoming mission could investigate further https://t.co/BiXDXdds8J
Según Jeffrey Andrews-Hanna, responsable de la investigación, este nuevo enfoque implica que los futuros exploradores de la misión Artemis aterrizarán justo en la zona donde podrían hallarse fragmentos del interior lunar. Este hecho permitiría analizar rocas formadas en las capas más profundas sin necesidad de realizar perforacionescomplejas, lo que podría ofrecer una perspectiva inédita sobre la estructura del satélite.
El impacto que reescribió la geología lunar
El estudio, que ha sido publicado en la revista Nature, concluye que los impactos de baja inclinación, como el que creó el South Pole-Aitken, no dispersan los materiales de manera uniforme. En consecuencia, la parte sur del cráter, menos cubierta por los escombros, ha conservado mejor los minerales originales del subsuelo. Este detalle convierte el lugar en un enclave prioritario para los científicos, que esperan hallar evidencias sobre la formación temprana de la Luna y su diferenciación interna.
Imagen que muestra la verdadera dimensión del cráter (Littiz)
Además, los especialistas han detectado la presencia deelementos como potasio, fósforo y ciertas tierras raras, conocidos en conjunto como KREEP. Estos compuestos se concentraron en las últimas fases del enfriamiento del magma lunar, generando calor suficiente para impulsar erupciones en la cara visible del satélite, mientras que el hemisferio opuesto permaneció más frío y estable.
Una diferencia clave entre los dos hemisferios
La investigación sugiere que la corteza de la cara oculta es más gruesa que la visible. Esta asimetría habría desplazado el magma hacia el lado que observamos desde la Tierra, lo que explicaría por qué la actividad volcánica fue más intensa en esa región. El impacto que dio origen al South Pole-Aitken pudo cortar precisamente la frontera entre ambas zonas, exponiendo un límite geológico donde los elementos KREEP aún permanecen concentrados.
Los datos revelan también una acumulación notable de torio en el flanco occidental del cráter, mientras que la parte oriental carece de este elemento. Esta distribución irregular refuerza la hipótesis de que el impacto penetró hasta zonas donde la corteza y el magma antiguo se mezclaban, proporcionando una oportunidad única para estudiar la transición entre ambas capas de la Luna.
Con estos resultados, la NASA ha confirmado que el borde sur del cráter será uno de los principales objetivos de las futuras misiones Artemis. Allí, los astronautas recolectarán muestras que podrían esclarecer cómo evolucionó el satélite desde su estado fundido hasta su configuración actual. Los investigadores confían en que estos análisis permitan comprender las diferencias entre sus dos hemisferios y descifrar los orígenes de su asimetría geológica.
La NASA ha identificado un hallazgo sorprendente en el cráter más profundo de la Luna, conocido como South Pole-Aitken. Esta gigantesca formación, situada en la cara oculta del satélite, ha revelado indicios de materiales internos que podrían transformar la comprensión sobre el origen y la evolución lunar. Los futuros astronautas del programa Artemis se dirigirán directamente a esta región para examinar su composición.