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¿Tienes pesadillas con frecuencia? La ciencia tiene algo (malo) que contarte
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¿Tienes pesadillas con frecuencia? La ciencia tiene algo (malo) que contarte

El estudio, que ha analizado datos de 183.000 adultos y 2.400 niños, es claro: las pesadillas recurrentes parecen ser un marcador temprano de deterioro biológico

Foto: Los efectos de las pesadillas van mucho más allá de lo imaginado (Pexels/ Ron Lach)
Los efectos de las pesadillas van mucho más allá de lo imaginado (Pexels/ Ron Lach)

Las pesadillas frecuentes podrían ser algo más que un mal recuerdo al despertar. Una nueva investigación desarrollada por el UK Dementia Research Institute y el Imperial College London alerta sobre una preocupante relación entre estos sueños perturbadores, el envejecimiento acelerado y un mayor riesgo de muerte prematura.

El estudio, presentado durante el Congreso de la Academia Europea de Neurología 2025, analizó los datos de más de 183.000 adultos y alrededor de 2.400 menores. Los resultados revelan que tener pesadillas de forma recurrente podría ser un marcador temprano de deterioro biológico, con implicaciones directas sobre la salud y la esperanza de vida.

Quienes sufren estos episodios una vez por semana son más de tres veces propensos a fallecer antes de los 70 años en comparación con quienes casi nunca los experimentan. Incluso quienes los padecen una vez al mes muestran señales de un envejecimiento más rápido. Para medir este deterioro, los expertos emplearon tanto la longitud de los telómeros como sofisticados relojes epigenéticos.

Durante estos sueños intensos, el organismo activa su respuesta de alerta. “Nuestro cerebro dormido no distingue entre lo soñado y lo real. Por eso las pesadillas pueden provocar sudoración, jadeo y palpitaciones, como si se tratase de una amenaza verdadera”, explicó el doctor Abidemi Otaiku, neurólogo e investigador principal.

El cuerpo reacciona al sueño como si fuera real

Este fenómeno no es inofensivo. Las constantes activaciones del sistema de estrés elevan los niveles de cortisol, una hormona directamente relacionada con el desgaste celular. El problema se agrava cuando estas interrupciones impiden alcanzar las fases más profundas del sueño, esenciales para que el cuerpo se recupere adecuadamente.

Los datos apuntan a que un 40 % del aumento del riesgo de mortalidad estaría vinculado al daño celular que provocan las pesadillas en quienes las experimentan con frecuencia. Además, esta asociación fue más fuerte que factores clásicos como el tabaquismo, el sobrepeso o la inactividad física.

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Los investigadores también analizaron la salud de los menores y descubrieron que aquellos que sufrían pesadillas frecuentes tenían telómeros más cortos, lo que sugiere que el impacto negativo comienza desde edades muy tempranas. Estos marcadores celulares indican que las consecuencias podrían prolongarse a lo largo de toda la vida.

“Las pesadillas generan una carga crónica de estrés que, sumada a una menor calidad del sueño, afecta al organismo de manera sostenida”, añadió Otaiku. Ambos factores deterioran la capacidad del cuerpo para regenerarse durante la noche, lo que acelera el proceso de envejecimiento. No obstante, los expertos insisten en que estas consecuencias pueden prevenirse. Desde mejorar la higiene del sueño hasta tratar adecuadamente trastornos como la ansiedad o la depresión, existen medidas eficaces para reducir tanto la frecuencia como la intensidad de las pesadillas.

Las pesadillas frecuentes podrían ser algo más que un mal recuerdo al despertar. Una nueva investigación desarrollada por el UK Dementia Research Institute y el Imperial College London alerta sobre una preocupante relación entre estos sueños perturbadores, el envejecimiento acelerado y un mayor riesgo de muerte prematura.

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