La afirmación de que las temperaturas veraniegas actuales son similares a las de décadas pasadas carece de respaldo empírico. Así lo demuestra Juan Antonio Aguilar Saavedra, físico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, quien ha analizado de forma rigurosa los registros térmicos históricos disponibles en repositorios abiertos como los de AEMET.
En su estudio, que ha sido difundido a través de un artículo en The Conversation, Aguilar Saavedra se centra en las temperaturas máximas diarias registradas desde 1951 en la estación meteorológica de la Base Aérea de Armilla, ubicada en el extrarradio de Granada. A través de este análisis, el investigador identifica un patrón claro: los días más calurosos se concentran, en su mayoría, en los últimos años, lo que pone en cuestión el mito de la uniformidad térmica.
Aumento del calor extremo
Para cuantificar esta evolución, el físico ha empleado el test de Kolmogórov-Smirnov, una herramienta estadística que permite evaluar la distribución de los datos. El resultado obtenido es concluyente: existe una probabilidad de 3,9 × 10⁻¹³ de que la distribución observada sea compatible con la hipótesis de uniformidad, lo que prácticamente la descarta.
"Siempre ha hecho este calor en verano": un físico desmonta el bulo.
— Inst. Física Teórica (@ift_uam_csic) July 17, 2025
Además, el estudio mantiene su solidez al aplicar variaciones metodológicas. Al ampliar el porcentaje de días analizados o al agrupar los datos por pares, la distribución continúa revelando un incremento significativo de extremos térmicos en los veranos más recientes.
Confirmación en otras regiones
Los resultados obtenidos en Granada se han contrastado con otra localización de referencia: el Puerto de Navacerrada, en Madrid. En este caso, la probabilidad de uniformidad es todavía más baja: 1,5 × 10⁻²⁸. Esta cifra refuerza la idea de que el fenómeno no es aislado ni puntual, sino una tendencia generalizada en el clima peninsular.
El investigador también ha explorado otro enfoque complementario: contar el número de jornadas que superan ciertos umbrales de temperatura. Este método, más directo y accesible, respalda las mismas conclusiones. La frecuencia de días extremadamente cálidos se ha disparado en los últimos veranos.
Aguilar Saavedra señala que expresiones como “esto siempre ha sido así” actúan como una forma de negacionismo climático, al pretender restar importancia a los cambios observados. "Negar el incremento reciente de las temperaturas extremas", sostiene el físico, "es tan absurdo como afirmar que la Tierra es plana"
Los datos están al alcance de cualquiera que desee consultarlos y no se necesita formación especializada para interpretarlos. Tal y como muestra este análisis, el aumento de los extremos térmicos es un hecho medible y evidente que desmiente los discursos negacionistas basados en la intuición o la experiencia subjetiva.
La afirmación de que las temperaturas veraniegas actuales son similares a las de décadas pasadas carece de respaldo empírico. Así lo demuestra Juan Antonio Aguilar Saavedra, físico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, quien ha analizado de forma rigurosa los registros térmicos históricos disponibles en repositorios abiertos como los de AEMET.