Algo extraño pasó en el océano tras la caída del asteroide que aniquiló a los dinosaurios
Un grupo de invertebrados logró sobrevivir al impacto. No fue el único, pero lo que realmente ha llamado la atención de los investigadores es cómo lo lograron
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El impacto del asteroide que provocó la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años también generó un profundo colapso en los ecosistemas marinos. Entre las múltiples formas de vida que desaparecieron, se encontraban predadores oceánicos como los mosasaurios y los ammonites, cuya desaparición dejó un vacío ecológico importante.
Pese a la gravedad del acontecimiento, un grupo de invertebrados marinos consiguió sobrevivir de una forma que ha sorprendido a la comunidad científica. Los bivalvos (moluscos como almejas, mejillones y ostras) no solo lograron superar el evento de extinción masiva, sino que además conservaron casi todas las funciones ecológicas que desempeñaban previamente.
Ancient fossils show how the last mass extinction forever scrambled the ocean’s biodiversity https://t.co/LI8YnuYtOw
— The Conversation U.S. (@ConversationUS) June 16, 2025
De esto ha hablado en profundidad el geólogo y paleobiólogo Stewart Edie en un artículo publicado en The Conversation. De hecho, llega a decir que “estadísticamente, no debió suceder”. El texto se basa en un estudio dado a conocer a través de la revista Science Advances, del cual es autor principal, en el que se revela que estos animales mantuvieron la diversidad de sus modos de vida a pesar del impacto del meteorito.
Según los modelos analizados, la desaparición del 70% de las especies debería haber eliminado también varias de estas funciones en los bivalvos. Sin embargo, solo dos de las trece estrategias ecológicas documentadas se extinguieron. Entre ellas, se encuentran modos de vida tan diversos como el filtrado de fitoplancton, la simbiosis con bacterias o algas fotosintéticas e incluso comportamientos carnívoros, lo que considera “una excepción dentro de los registros fósiles”.
Reconfiguración del fondo marino
El evento de extinción supuso un punto de inflexión en la historia marina. Aunque muchos bivalvos conservaron sus modos de vida, especies emblemáticas como los rudistas, que formaban estructuras similares a los arrecifes actuales, no lograron superar el impacto. Este grupo, cuya diversidad fue notable en el Mesozoico, desapareció por completo.
En el nuevo ecosistema, algunas funciones no volvieron a alcanzar la diversidad anterior, mientras que otras ganaron protagonismo. Grupos como los trigónidos, que sobrevivieron al impacto y poseían conchas resistentes con estructuras complejas, no lograron diversificarse como se esperaba y hoy en día se encuentran limitados a unas pocas especies frente a las costas de Australia.
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Los investigadores advierten que la historia registrada en los fósiles de bivalvos puede ofrecer pistas valiosas para entender la crisis de biodiversidad actual. Si bien algunas especies logran sobrevivir a eventos extremos, esto no garantiza que conserven su relevancia ecológica en el nuevo escenario.
El estudio subraya que las extinciones masivas no solo eliminan especies, sino que también alteran la estructura funcional de los ecosistemas. Esta reconfiguración puede dar lugar a comunidades biológicas menos capaces de sostener servicios ecosistémicos vitales, como la producción de alimento o la regulación del clima marino.
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