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Graban las profundidades de la Antártida y lo que encuentran debería hacernos sentir culpables
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Daños evidentes

Graban las profundidades de la Antártida y lo que encuentran debería hacernos sentir culpables

Es la primera vez que los investigadores logran grabar el efecto de una acción humana sobre el fondo del océano Austral. Los daños son evidentes y tardarán décadas en recuperarse

Foto: Un barco atraviesa las aguas heladas del océano Austral (EFE/Nicky Wilson)
Un barco atraviesa las aguas heladas del océano Austral (EFE/Nicky Wilson)

El fondo marino de la Antártida está siendo alterado de forma silenciosa y preocupante. Investigadores internacionales han conseguido registrar en vídeo, por primera vez, los efectos del fondeo de embarcaciones en ecosistemas vírgenes del océano Austral. Las imágenes captadas exponen huellas físicas en los sedimentos y daños evidentes sobre colonias marinas que podrían tardar décadas en regenerarse.

El estudio, liderado por Matthew Mulrennan, publicado en Frontiers in Conservation Science y respaldado por la organización KOLOSSAL, documenta alteraciones significativas en 36 localizaciones próximas a la península antártica y la isla Georgia del Sur. Allí se han observado esponjas volcánicas aplastadas, surcos producidos por cadenas de ancla y una notable ausencia de biomasa bentónica. A escasa distancia, donde las anclas no han tocado fondo, la vida marina permanece activa.

Estos organismos, entre los que destacan las esponjas gigantes que pueden alcanzar los 15.000 años de vida, desempeñan funciones críticas en el ecosistema: filtran el agua, capturan carbono y ofrecen refugio y alimento a numerosas especies, como pulpos antárticos, estrellas de mar, peces de fondo o arañas de mar.

El retroceso del hielo marino ha abierto nuevas rutas para la navegación turística, científica y pesquera. Aunque la Antártida cuenta con normas estrictas de protección, el fondeo carece de una regulación efectiva. El equipo científico ha registrado al menos 195 embarcaciones operando en zonas de hasta 82,5 metros de profundidad, aunque se cree que el número real es aún mayor. Muchas de ellas, con fines turísticos.

Una recuperación extremadamente lenta

"Los daños registrados fueron un impacto casi directo sobre tres esponjas volcánicas gigantes, posiblemente los animales más antiguos del planeta", advirtió Mulrennan en una nota de prensa. Además, subrayó que los efectos de las anclas son tan graves como los provocados por la pesca de arrastre, una amenaza ya ampliamente reconocida por su capacidad destructiva en los fondos oceánicos.

Por su parte, la geofísica marina Sally Watson, del Instituto Nacional de Agua e Investigación Atmosférica de Nueva Zelanda, agregó que: "Los impactos del fondeo están subestimados y se ha tardado demasiado en documentarlos, especialmente tratándose de ecosistemas tan frágiles como estos"

Los investigadores advierten de que los organismos antárticos presentan crecimientos lentos y ciclos vitales prolongados, lo que dificulta su regeneración. En aguas tropicales, las marcas del fondeo pueden persistir una década; en regiones polares, los efectos podrían durar mucho más. En algunos casos, los daños podrían ser prácticamente irreversibles.

Foto: Las cataratas de sangre (Mike Martoccia / Flickr)

Las imágenes subacuáticas, cedidas por el equipo de investigación, revelan con claridad la dicotomía entre los lugares alterados por la acción humana y aquellos que aún conservan su riqueza natural. En palabras del autor principal, "el fondeo es probablemente el problema de conservación marina más ignorado a escala global: está fuera de la vista, fuera de la mente".

El fondo marino de la Antártida está siendo alterado de forma silenciosa y preocupante. Investigadores internacionales han conseguido registrar en vídeo, por primera vez, los efectos del fondeo de embarcaciones en ecosistemas vírgenes del océano Austral. Las imágenes captadas exponen huellas físicas en los sedimentos y daños evidentes sobre colonias marinas que podrían tardar décadas en regenerarse.

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