Modifican el ADN de las moscas y empiezan a entender por qué los humanos tenemos adicciones
Antes de la edición genética, las moscas rechazaban el consumo de la distancia. Después, desarrollaron una adicción a ella en tan solo 16 horas
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Científicos de la Universidad de Utah han logrado un avance importante en el estudio de las adicciones al modificar genéticamente a moscas de la fruta para que desarrollen una preferencia por la cocaína. Este experimento abre nuevas vías para explorar las bases genéticas de la dependencia a sustancias en seres humanos.
La investigación, publicada en la revista Journal of Neuroscience, parte de una observación clave: a pesar de haber sido expuestas a esta droga en ensayos previos, las moscas evitaban el consumo voluntario. La razón parecía estar en su sistema sensorial, que detecta sustancias tóxicas como la cocaína antes de que sean ingeridas.
"Bitter sensing protects Drosophila from developing experience-dependent cocaine consumption preference" by Adrian Rothenfluh et al. Journal of Neurosciencehttps://t.co/I5laoT56LU
— Neuroscience News (@NeuroscienceNew) June 2, 2025
Tras identificar que los receptores del gusto amargo están ubicados en las patas de estos insectos, los investigadores decidieron desactivar estos sensores mediante técnicas de modificación genética. Una vez anulada esa barrera, las moscas comenzaron a consumir agua azucarada mezclada con cocaína y, en menos de 16 horas, mostraron una marcada preferencia por esta sustancia.
“Podemos escalar la investigación con mucha rapidez”, explicó Travis Philyaw, primer autor del estudio, en una nota de prensa. “Podemos identificar genes de riesgo difíciles de detectar en organismos más complejos, y después transferir esa información a modelos de mamíferos”, añadió.
Un avance hacia nuevas terapias
Las moscas modificadas no solo ingieren la sustancia, sino que replican algunos efectos físicos observables en humanos. “Con dosis bajas se activan, con dosis altas quedan paralizadas”, aseguró Adrian Rothenfluh, profesor de psiquiatría y líder del proyecto. Estos comportamientos reflejan reacciones similares a las que provoca la droga en las personas.
Gracias a la rapidez con la que se pueden realizar experimentos genéticos en estos insectos, los científicos tienen la posibilidad de analizar centenares de genes relacionados con la adicción de forma simultánea, lo que acelera significativamente los tiempos de estudio frente a otros modelos animales.
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Este modelo experimental permite observar cómo evoluciona la adicción a nivel celular y genético, ayudando a identificar qué variantes aumentan la vulnerabilidad al consumo compulsivo. La información recopilada servirá de base para desarrollar tratamientos más precisos y eficaces en humanos.
Además, los investigadores destacan que este enfoque no solo permite simular los efectos fisiológicos de las drogas, sino también entender los mecanismos de elección que llevan a un organismo a repetir su consumo. “Podemos empezar a entender realmente los mecanismos de la elección de la cocaína”, indicó Rothenfluh. “Y cuanto más se entiende el mecanismo, más opciones existen para encontrar tratamientos que actúen sobre él”.
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Científicos de la Universidad de Utah han logrado un avance importante en el estudio de las adicciones al modificar genéticamente a moscas de la fruta para que desarrollen una preferencia por la cocaína. Este experimento abre nuevas vías para explorar las bases genéticas de la dependencia a sustancias en seres humanos.