Un glaciar suizo colapsa y arrasa un pueblo entero: el cambio climático ya se deja sentir en Europa

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Un derrumbe glaciar ha arrasado el pueblo suizo de Blatten, dejando sepultado el 90% de su superficie tras el colapso de una gran masa del glaciar Birch. Este evento, calificado de “catástrofe” por las autoridades locales, ha transformado por completo el valle de Lötschental bajo toneladas de barro, rocas y hielo.

El desastre ocurrió tras días de vigilancia intensa, cuando expertos geólogos alertaron sobre la posibilidad de un desprendimiento inminente. Como medida preventiva, los cerca de 300 habitantes fueron evacuados el 19 de mayo. Gracias a esta acción, no se han reportado víctimas mortales, aunque una persona sigue desaparecida.

Las imágenes captadas por drones y difundidas por la radiotelevisión pública SRF revelan un paisaje completamente alterado. Las casas, antes alineadas junto al río Lonza, han desaparecido bajo un alud de dimensiones excepcionales. La zona permanece acordonada y se han cerrado los accesos al valle por razones de seguridad.

Según confirmaron las autoridades del cantón de Valais, una gran porción del glaciar Birch, ubicado sobre el núcleo urbano, se desprendió súbitamente, arrastrando una cantidad “increíble” de material hasta el fondo del valle. Esto ha afectado también al cauce del río, lo que podría provocar represamientos y nuevos peligros.

Un síntoma de la amenaza climática

El alcalde de Blatten, Matthias Bellwald, visiblemente afectado, declaró: "Hemos perdido nuestro pueblo. El pueblo está bajo los escombros. Vamos a reconstruir". La presidenta de la Confederación Helvética, Karin Keller-Sutter, expresó su solidaridad a través de las redes sociales, lamentando la pérdida del hogar de decenas de familias.

Este tipo de colapsos glaciales están directamente relacionados con el cambio climático. El incremento sostenido de las temperaturas en zonas alpinas está acelerando el deshielo y debilitando las estructuras de los glaciares, lo que desencadena episodios de inestabilidad como el vivido en Blatten.

Las consecuencias van más allá del desastre material. La pérdida de estabilidad en las laderas supone una amenaza creciente para las comunidades de alta montaña. Especialistas advierten de que estos fenómenos podrían ser cada vez más frecuentes si no se contienen las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Las autoridades suizas han asegurado que continuarán monitorizando la zona para prevenir nuevos incidentes. Entretanto, el pueblo deberá afrontar un proceso largo y complejo de reconstrucción, marcado por la incertidumbre de vivir al pie de un glaciar cada vez más inestable.