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La NASA apunta a Venus y descubre 75 'anillos' gigantes que (en teoría) no deberían existir
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Estructuras 'coronae'

La NASA apunta a Venus y descubre 75 'anillos' gigantes que (en teoría) no deberían existir

Las 75 formaciones geológicas recientemente descubiertas tienen varios cientos de kilómetros de diámetro. Se distribuyen por regiones muy concretas del planeta

Foto: Imagen satelital en la que se aprecian varios de los anillos (NASA/JPL-Caltech)
Imagen satelital en la que se aprecian varios de los anillos (NASA/JPL-Caltech)

Un nuevo estudio publicado en Science Advances y dirigido por expertos de la NASA y varias universidades estadounidenses ha identificado 75 formaciones geológicas en Venus cuya existencia podría confirmar que el planeta mantiene procesos internos activos. Estas estructuras, conocidas como coronae, desafían la visión tradicional de que su superficie permanece geológicamente inactiva.

Las coronae son anillos de grandes dimensiones que pueden alcanzar varios cientos de kilómetros de diámetro. Su forma ovalada y su distribución sobre regiones muy concretas del terreno venusiano han llevado a los investigadores a plantear nuevas hipótesis sobre su origen, especialmente tras detectar indicios de movimiento subterráneo reciente.

Para llegar a estas conclusiones, el equipo liderado por Gael Cascioli, investigador de la Universidad de Maryland y el Centro Goddard de la NASA, combinó datos de gravedad y topografía tomados por la sonda Magellan con modelos tridimensionales que simulan la dinámica interna del planeta. Estos datos permitieron detectar plumas de material caliente ascendiendo desde el manto, una señal inequívoca de que hay actividad geodinámica.

“Las coronae no están presentes en la Tierra en la actualidad, pero probablemente existieron cuando el planeta era joven y no había comenzado aún la tectónica de placas”, explicó Cascioli en una nota de prensa difundida por la NASA. El hallazgo sugiere que Venus podría haber conservado procesos similares a los de la Tierra primitiva, lo que lo convierte en una pieza clave para entender la evolución geológica de los planetas rocosos.

Hipótesis sobre el origen

El análisis detallado muestra que 52 de las 75 estructuras presentan signos activos en la actualidad. Las causas podrían ser diversas. Entre las opciones planteadas destacan tres: subducciones localizadas, hundimiento de materiales densos desde la corteza hacia el interior o vulcanismo inducido por plumas térmicas bajo áreas de corteza más gruesa.

“Lo más emocionante de nuestro estudio es que ahora podemos afirmar que probablemente existen varios procesos activos impulsando la formación de coronae”, señaló Anna Gülcher, científica de la Universidad de Berna. Para ella, la combinación de técnicas ha sido determinante para interpretar los datos obtenidos décadas atrás por Magellan.

Foto: Representación artística de Urano (Freepik)

Los responsables del estudio reconocen que los resultados se basan en datos antiguos, por lo que será clave la información que proporcione VERITAS, una misión de la NASA cuya salida está prevista para 2031. Este proyecto permitirá observar con más detalle las variaciones del campo gravitatorio venusiano y su relación con las estructuras descubiertas.

“Las imágenes de gravedad de VERITAS mejorarán la resolución entre dos y cuatro veces según la zona, un nivel de detalle que podría transformar por completo lo que sabemos sobre la geología de Venus”, afirmó Suzanne Smrekar, investigadora principal del proyecto. Si las hipótesis se confirman, Venus podría pasar a considerarse un planeta activo y dinámico, más parecido a la Tierra de lo que se pensaba hasta ahora.

Un nuevo estudio publicado en Science Advances y dirigido por expertos de la NASA y varias universidades estadounidenses ha identificado 75 formaciones geológicas en Venus cuya existencia podría confirmar que el planeta mantiene procesos internos activos. Estas estructuras, conocidas como coronae, desafían la visión tradicional de que su superficie permanece geológicamente inactiva.

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