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Espían a los monos de una isla y documentan una macabra actitud: "Es como una moda cultural"
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Los monos capuchinos

Espían a los monos de una isla y documentan una macabra actitud: "Es como una moda cultural"

El Instituto Max Planck ha logrado documentar el secuestro de crías de otras especies por parte de estos monos. No existe una explicación más allá de que lo hacen "por aburrimiento"

Foto: Un mono capuchino con una cría de mono aullador recién secuestrada (YouTube/@mpi_animalbehav)
Un mono capuchino con una cría de mono aullador recién secuestrada (YouTube/@mpi_animalbehav)

Un grupo de científicos ha documentado por primera vez un fenómeno inesperado en el mundo animal: varios monos capuchinos en una isla de Panamá han comenzado a secuestrar crías vivas de monos aulladores de manto sin motivo aparente, un comportamiento que desconcierta a los expertos en primatología. Además, se trata de una subespecie en peligro de extinción.

La investigación, liderada por el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal en colaboración con el Instituto Smithsonian de Investigación Tropical, se desarrolló en la isla Jicarón, donde los investigadores colocaron más de 80 cámaras trampa. Estas grabaciones revelaron un patrón inquietante: al menos cinco capuchinos machos fueron vistos cargando sobre sus espaldas crías de monos aulladores.

Según explicó la ecóloga conductual Zoë Goldsborough en una nota de prensa, “me di cuenta de que realmente era algo que no habíamos visto antes”. Al revisar las imágenes, se identificó que el primer mono involucrado, apodado Joker, llevaba un bebé de aspecto inusual. El análisis posterior confirmó que pertenecía a otra especie.

Crías secuestradas y sin cuidados

Las crías sustraídas eran demasiado jóvenes para ser destetadas y, al no recibir alimento ni atención, terminaban falleciendo. No se observaron señales de agresión ni indicios de canibalismo, por lo que el equipo descartó un comportamiento predatorio. En lugar de ello, los machos simplemente transportaban a los bebés durante días, sin mostrar vínculos ni interacción afectiva.

“Una parte de mí quiere creer que algunas escaparon y regresaron con sus madres, pero no lo sabemos”, reconoció Margaret Crofoot, coautora del estudio. La falta de pruebas sobre los momentos exactos del secuestro complica el análisis, ya que los hechos ocurrieron principalmente en las copas de los árboles, fuera del alcance de las cámaras instaladas en el suelo.

Este comportamiento es especialmente inquietante porque afecta a una subespecie amenazada: el mono aullador de manto de Coiba (Alouatta palliata coibensis), incluido en la Lista Roja de la UICN. Las madres de esta especie solo dan a luz cada dos años, lo que agrava la situación demográfica de la población.

El estudio, publicado en la revista Current Biology, considera que los secuestros podrían deberse a una “moda cultural” entre los jóvenes capuchinos, sin finalidad adaptativa conocida. La falta de depredadores en Jicarón habría propiciado un entorno donde estas conductas emergen sin consecuencias inmediatas para los perpetradores.

El aburrimiento como detonante

El coautor del artículo, Brendan Barrett, ofreció una interpretación simbólica del fenómeno: “Es como un espejo que se refleja en nosotros mismos”. La idea de que especies inteligentes desarrollen tradiciones sin función directa, aunque dañinas para otros seres vivos, plantea paralelismos con determinadas prácticas humanas.

“Los capuchinos son agentes destructivos y exploradores del caos”, añadió Barrett, aludiendo a la tendencia de estos animales a interactuar con su entorno de forma imprevisible. Este tipo de innovación comportamental, según los expertos, suele estar vinculada a individuos jóvenes en proceso de independencia dentro del grupo social.

Foto: La especie detectada por la cámara (YouTube/@CornellBirdCams)

Los investigadores plantean que el aburrimiento podría ser un factor detonante en la aparición de este comportamiento. En condiciones de relativa seguridad, como ocurre en las islas sin amenazas externas, los machos adolescentes podrían adoptar conductas inusuales por simple curiosidad o deseo de experimentación.

Un grupo de científicos ha documentado por primera vez un fenómeno inesperado en el mundo animal: varios monos capuchinos en una isla de Panamá han comenzado a secuestrar crías vivas de monos aulladores de manto sin motivo aparente, un comportamiento que desconcierta a los expertos en primatología. Además, se trata de una subespecie en peligro de extinción.

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