La Antártida se derrite y permite estudiar 'estructuras ocultas' desde hace 500M de años
La estructura fue detectada por primera vez en 1958 gracias a estudios sísmicos. Sin embargo, la actividad tectónica reciente y la pérdida de hielo han facilitado su estudio
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Una investigación geológica ha sacado a la luz una estructura montañosa sepultada bajo el interior del este de la Antártida, formada hace más de 500 millones de años y conservada intacta bajo una gruesa capa de hielo. El hallazgo permite comprender mejor la estabilidad del continente helado y el origen del supercontinente Gondwana, como han explicado en The Conversation los geólogos Jacqueline Halpin y Nathan R. Daczko.
La cadena montañosa descubierta, conocida como las montañas subglaciales Gamburtsev, fue detectada inicialmente en 1958 mediante estudios sísmicos. A diferencia de otras formaciones similares, no es visible en la superficie, ya que está enterrada bajo varios kilómetros de hielo en una zona donde no hay actividad tectónica reciente.
The mysterious 'ghost mountains' – buried beneath kilometres of Antarctic ice – have puzzled scientists for decades. @Macquarie_Uni @UTAS_ https://t.co/nS4Fcq8j9r
— The Conversation - Australia + New Zealand (@ConversationEDU) May 12, 2025
El reciente estudio, publicado en la revista Earth and Planetary Science Letters, explica cómo estas montañas alcanzaron altitudes comparables al Himalaya hace unos 580 millones de años, antes de sufrir un proceso de colapso parcial. Lo que hoy permanece es una raíz cortical profunda, resultado de un fenómeno conocido como extensión gravitacional.
El papel de Gondwana en su formación
El equipo científico señala que estas montañas se formaron como consecuencia del choque entre antiguos bloques continentales durante la creación de Gondwana. Esta colisión originó una acumulación de material caliente en las capas internas de la corteza terrestre, lo que provocó deformaciones y elevaciones en la superficie que posteriormente cedieron por su propio peso.
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Gran parte del conocimiento sobre esta cordillera ha sido posible gracias al análisis de zircones hallados en sedimentos fluviales cercanos a las montañas Príncipe Carlos. Estas diminutas estructuras cristalinas permiten fechar los procesos geológicos mediante la desintegración del uranio que contienen, actuando como relojes naturales de alta precisión.
La estabilidad geológica del interior antártico se debe, en parte, a esta raíz estructural que se ha mantenido intacta durante cientos de millones de años. Su aislamiento bajo el hielo ha evitado la erosión, convirtiéndola en una de las formaciones más antiguas y mejor conservadas del planeta.
Una ventana al pasado geológico de la Tierra
Además de los análisis mineralógicos, el trabajo de campo reciente en el glaciar Denman ha proporcionado muestras de roca que podrían estar relacionadas con esta cadena montañosa enterrada. Su estudio permitirá reconstruir con mayor detalle la evolución geológica de la Antártida oriental.
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Según el modelo geodinámico elaborado por los investigadores, la secuencia de formación incluye una fase de crecimiento, una etapa de fusión y deformación interna y, finalmente, una etapa de estabilización estructural. Este proceso ofrece nuevas claves sobre cómo se forman y conservan las cordilleras en contextos tectónicos antiguos.
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Una investigación geológica ha sacado a la luz una estructura montañosa sepultada bajo el interior del este de la Antártida, formada hace más de 500 millones de años y conservada intacta bajo una gruesa capa de hielo. El hallazgo permite comprender mejor la estabilidad del continente helado y el origen del supercontinente Gondwana, como han explicado en The Conversation los geólogos Jacqueline Halpin y Nathan R. Daczko.