Analizan el fondo del Pacífico y dan respuesta al misterio de los 5.200 cráteres frente a EEUU
En un principio se pensó que podían deberse a filtraciones de metano. Sin embargo, ninguna de las muestras recopiladas ha indicado la presencia de este gas
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Una investigación conjunta del MBARI, el USGS y la Universidad de Stanford ha permitido esclarecer el origen de miles de depresiones circulares situadas frente a la costa central de California. Lejos de estar relacionadas con emisiones de gas, estas estructuras submarinas se formaron a lo largo de cientos de miles de años por otro factor.
El Sur Pockmark Field, una llanura marina del tamaño de Los Ángeles, alberga más de 5.200 cráteres de formas regulares. Cada uno mide unos 200 metros de diámetro y cerca de 5 metros de profundidad. Aunque en un principio se pensó que podían deberse a filtraciones de metano, las últimas pruebas desmienten esa hipótesis. Ninguna de las más de 500 muestras de sedimentos analizadas ha mostrado indicios de este gas.
Off The Coast Of California Strange And Regular Circular Structures Line The Ocean Floor https://t.co/OV8zrwrN5j
— IFLScience (@IFLScience) May 13, 2025
El equipo científico utilizó vehículos submarinos no tripulados para cartografiar con detalle más de 300 de estas estructuras. Además de las muestras extraídas, se realizaron perfiles del subsuelo marino. Todo apunta a que las depresiones fueron esculpidas por flujos de gravedad sedimentaria, que han actuado de forma intermitente durante al menos 280.000 años.
Formación por flujos submarinos
Las capas detectadas muestran una alternancia entre depósitos finos acumulados lentamente y estratos arenosos generados por corrientes rápidas. Estas últimas son las responsables de la erosión en el centro de los cráteres, dando lugar a los denominados turbiditas. “Lo que encontramos no fue una huella de gas, sino una señal clara de cómo los sedimentos han sido transportados y depositados a lo largo del tiempo”, explicó Eve Lundsten, técnica principal de investigación del MBARI.
Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es el patrón de distribución de estas formaciones. Los cráteres no están dispersos de manera aleatoria, sino que mantienen un patrón regular y equidistante, lo que indica una fuerza común y repetitiva en su origen. En palabras del equipo investigador: “Algunas de estas corrientes han sido tan intensas que provocaron el desplazamiento simultáneo de varios cráteres a lo largo de decenas de kilómetros”.
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Este descubrimiento tiene implicaciones relevantes para el desarrollo de proyectos de energía renovable marina. La ausencia de metano reduce los riesgos geotécnicos y mejora las condiciones para la instalación de parques eólicos. “Esta investigación es una de las muchas maneras en las que nuestros científicos están resolviendo cuestiones fundamentales sobre los océanos para ayudar a guiar el uso responsable de los recursos marinos”, señaló Chris Scholin, presidente del MBARI.
El estudio, publicado en la revista Journal of Geophysical Research: Earth Surface, no solo resuelve un antiguo enigma geológico, sino que abre nuevas vías para la comprensión de los procesos sedimentarios en el lecho marino. Gracias a estos datos, las instituciones pueden tomar decisiones más informadas respecto al uso del fondo oceánico.
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