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Un nuevo estudio se fija en Venus y descubre que la NASA lleva equivocada desde 1978
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Su corteza no es como se creía

Un nuevo estudio se fija en Venus y descubre que la NASA lleva equivocada desde 1978

El nuevo estudio presenta un modelo que contradice las hipótesis de la NASA respecto a la corteza terrestre de Venus. La densidad de las rocas y los ciclos térmicos, claves

Foto: Venus, visto desde la sonda Mariner 10 (NASA)
Venus, visto desde la sonda Mariner 10 (NASA)

Venus vuelve a sorprender a la comunidad científica. Una investigación financiada por la NASA ha revelado que la estructura de su corteza no responde a las teorías que se manejaban hasta ahora. Según los nuevos datos, el comportamiento geológico del planeta es mucho más activo y complejo de lo que se había supuesto durante años.

Hasta el momento, se creía que la corteza de Venus, al no contar con placas tectónicas como la Tierra, era una capa sólida que se volvía cada vez más gruesa con el paso del tiempo. Sin embargo, un reciente estudio publicado en Nature Communications desmonta esta idea al presentar un modelo que plantea procesos de metamorfismo en profundidad, derivados de la densidad de las rocas y de los ciclos térmicos.

El trabajo, liderado por el equipo del Centro Espacial Johnson, ha determinado que la corteza venusina tiene un grosor medio de 40 kilómetros, alcanzando como máximo los 65. Estas cifras resultan sorprendentes dada la elevada presión y temperatura del planeta. El modelo sugiere que, al aumentar la densidad en la parte inferior, parte del material se desprende o se funde, retornando al interior del planeta.

"Según nuestros modelos, al hacerse más gruesa, la base de la corteza se vuelve tan densa que se desprende o se derrite", explicó Justin Filiberto, subdirector del área de Astromateriales de la NASA, en un comunicado oficial. Este fenómeno, aun sin placas móviles, permite un reciclaje geológico que contribuye a la actividad volcánica de Venus.

Un nuevo modelo para entender la geología de Venus

Debido a la densa atmósfera de Venus, durante mucho tiempo se pensó que podía ser un planeta gaseoso como Júpiter o Saturno. Sin embargo, las sondas soviéticas del programa Venera pudieron confirmar en la década de los 60 del siglo pasado que sí tiene una superficie rocosa sólida. Un descubrimiento que se consolidó en 1978 gracias a la misión Pioneer Venus de la NASA, que reveló la topografía completa del planeta. Unos datos que no habían sido cuestionados hasta ahora.

Gracias a este nuevo estudio, que se basa en la densidad de los materiales y la energía térmica, será posible explicar la composición de la atmósfera venusina y la posible presencia de elementos como el agua en capas más profundas. "Este hallazgo nos ofrece una nueva forma de entender cómo interactúan la geología, la corteza y la atmósfera de Venus", añadió Filiberto.

Foto: Representación artística de Urano (Freepik)

Para confirmar estas hipótesis, la NASA prepara misiones específicas como DAVINCI y VERITAS, diseñadas para estudiar la superficie y la atmósfera con gran precisión. A estas se suma la misión EnVision, impulsada en colaboración con la Agencia Espacial Europea, cuyo objetivo será recopilar datos que permitan validar el modelo propuesto.

"No sabemos con certeza cuánta actividad volcánica hay en Venus. Suponemos que es elevada y los estudios apuntan a ello, pero necesitamos más datos", reconoció Filiberto. La recopilación de información directa sobre su corteza será determinante para confirmar si estos procesos de transformación interna están vigentes.

Venus vuelve a sorprender a la comunidad científica. Una investigación financiada por la NASA ha revelado que la estructura de su corteza no responde a las teorías que se manejaban hasta ahora. Según los nuevos datos, el comportamiento geológico del planeta es mucho más activo y complejo de lo que se había supuesto durante años.

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