Estudian el ADN y descubren que algunos humanos han evolucionado para vivir durmiendo 4 horas
Según los investigadores, estas personas son capaces de realizar las funciones vitales asociadas con el sueño mucho más rápida que las demás. Algo que consideran una ventaja evolutiva
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Algunas personas han nacido con una capacidad insólita: dormir la mitad que el resto sin sufrir consecuencias negativas. La ciencia ha descubierto una mutación genética que podría explicar esta peculiaridad y allanar el camino hacia tratamientos más eficaces para los trastornos del sueño.
Un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco ha identificado una variante poco común del gen Sik3, denominada SIK3-N783Y. Este cambio genético se ha detectado en individuos que, de forma natural, duermen entre cuatro y seis horas cada noche sin presentar síntomas de fatiga o deterioro cognitivo.
Don’t need much sleep? Mutation linked to thriving with little rest.
— Science News (@SciencNews) May 7, 2025
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Para comprobar su efecto, el equipo introdujo la mutación en ratones de laboratorio. Los resultados confirmaron que los animales con esta variante dormían menos que el resto: alrededor de 31 minutos menos en condiciones normales y hasta 54 minutos menos tras someterse a privación de sueño mediante estimulación leve.
La autora del estudio, la neurocientífica Ying-Hui Fu, declaró a la revista Nature: "Nuestros cuerpos continúan funcionando cuando dormimos. Se desintoxican y reparan daños. Estas personas pueden realizar esas funciones a un ritmo más alto que los demás".
El gen Sik3 y su influencia en el patrón de sueño
El artículo ha sido publicado en la revista PNAS y se suma a una serie de investigaciones que ya habían detectado otras mutaciones relacionadas con el llamado sueño corto natural, una condición hereditaria que, hasta ahora, se asociaba a cuatro genes y cinco variantes conocidas.
Los ratones, a pesar de que duermen cerca de 12 horas al día, experimentaron una reducción significativa del tiempo total de sueño. Aunque el descenso parece modesto en minutos, representa un ajuste considerable en su ciclo vital, especialmente si se tiene en cuenta su sueño más fragmentado y su genética homogénea.
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Además de dormir menos, quienes poseen esta mutación suelen sentir malestar si sobrepasan su tiempo habitual de descanso. Es decir, dormir más de lo que su cuerpo requiere no les aporta beneficios, sino todo lo contrario. Esta particularidad sugiere que su reloj biológico opera de forma distinta al del resto de la población.
Los autores del estudio destacan que el gen Sik3 podría convertirse en un objetivo terapéutico relevante. Investigar a fondo cómo funciona esta mutación permitirá avanzar en la lucha contra el insomnio, la somnolencia diurna excesiva y otros trastornos relacionados con el sueño.
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