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Secuencian el genoma de un 'unicornio' visto hace 12 años y tratan de averiguar si sigue vivo
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'Pseudoryx nghetinhensis'

Secuencian el genoma de un 'unicornio' visto hace 12 años y tratan de averiguar si sigue vivo

Se trata de uno de los animales más escurridizos del planeta. Fue documentado por primera vez en 1993 y no se ha vuelto a ver en libertad desde el año 2013

Foto: La última imagen capturada de un 'unicornio asiático' en libertad (WWF/Editada)
La última imagen capturada de un 'unicornio asiático' en libertad (WWF/Editada)

El saola, uno de los animales más escurridizos del planeta, ha sido objeto de un estudio genético sin precedentes. Investigadores de varios países han logrado reconstruir por completo el genoma de este bóvido, cuya última imagen documentada data de hace más de diez años. El hallazgo reaviva la esperanza de que la especie aún sobreviva en las selvas de Vietnam y Laos, aunque de momento no se sabe con certeza.

Considerado un símbolo de rareza biológica, el saola (Pseudoryx nghetinhensis) fue identificado por la ciencia en 1993. Desde entonces, apenas ha habido testimonios de su presencia, todos esporádicos y procedentes de comunidades locales. Su escasez y sus características físicas únicas, como los largos cuernos paralelos y las marcas blancas faciales, le valieron el apodo de 'unicornio'.

La última prueba visual de su existencia corresponde a una cámara trampa instalada en la jungla en 2013 por WWF. Desde entonces, ningún sistema ha logrado localizarlo, ni siquiera mediante tecnologías como la detección de ADN ambiental en ríos o parásitos de la zona. Esta ausencia prolongada ha hecho temer su extinción silenciosa, aunque no existen datos concluyentes al respecto.

El reciente estudio genético, cuyos resultados se encuentran publicados en la revista Cell, se ha podido realizar gracias al análisis de fragmentos óseos, pelos y tejidos conservados de ejemplares anteriores. Los científicos han elaborado una referencia genómica completa y secuenciado el material genético de 26 individuos, lo que ha permitido esclarecer la evolución de la especie y proponer nuevas estrategias de conservación.

Un halo de esperanza

Uno de los hallazgos más destacados del estudio ha sido la identificación de dos linajes genéticamente distintos de saola: uno en la región norte y otro en la región sur. “Nos sorprendió encontrar que el saola es split en dos poblaciones con diferencias genéticas considerables”, afirmó Genís Garcia Erill, biólogo de la Universidad de Copenhague, en una nota de prensa.

El análisis sugiere que ambos grupos perdieron fragmentos diferentes de su código genético a lo largo del tiempo. Esto implica que, al combinar ejemplares de ambas zonas, podrían recuperarse parcialmente las pérdidas sufridas. “La variación genética perdida en cada población complementa a la otra”, añadió el investigador.

Aunque el saola ha mantenido históricamente una población muy reducida (nunca superior a 5.000 ejemplares en los últimos 10.000 años), la identificación de esa diversidad genética complementaria ofrece una oportunidad para su preservación a largo plazo.

“Si reunimos al menos una docena de saolas, idealmente con ejemplares de ambas poblaciones, nuestros modelos indican que la especie tendría una posibilidad razonable de supervivencia”, explicó el biólogo Rasmus Heller, coautor del estudio.

El saola, uno de los animales más escurridizos del planeta, ha sido objeto de un estudio genético sin precedentes. Investigadores de varios países han logrado reconstruir por completo el genoma de este bóvido, cuya última imagen documentada data de hace más de diez años. El hallazgo reaviva la esperanza de que la especie aún sobreviva en las selvas de Vietnam y Laos, aunque de momento no se sabe con certeza.

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