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Ni el parto ni las muelas del juicio: este es el dolor más fuerte que puedes sentir, según la ciencia
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Asociado a altas tasas de suicidio

Ni el parto ni las muelas del juicio: este es el dolor más fuerte que puedes sentir, según la ciencia

Hay quienes llegan a sufrir tres episodios diarios durante varias semanas seguidas. La complejidad del diagnóstico lleva a muchos a perder sus empleos y a buscar soluciones alternativas

Foto: Este dolor es "como introducirse un hierro candente en la pupila" (Unsplash/Anthony Tran)
Este dolor es "como introducirse un hierro candente en la pupila" (Unsplash/Anthony Tran)

Cuando pensamos en dolores agudos e insoportables, a todos se nos viene a la cabeza el provocado por el parto sin epidural. En el caso de los hombres, es más habitual pensar en fracturas óseas o cólicos renales. Sin embargo, ninguna de estas afecciones tiene el dudoso honor de provocar el dolor más extremo documentado por la ciencia.

En concreto, el trastorno neurológico al que hacemos referencia se llama cefalea en racimos y quienes han tenido la desgracia de sufrirlo en alguna ocasión saben muy bien que el dolor que provoca es difícil de describir. Como cuentan en The Guardian, medio que ha entrevistado a varios afectados, los testimonios al respecto son unánimes.

Los pacientes describen una sensación punzante que les atraviesa el ojo, les nubla la vista y les impide mantener el equilibrio. Algunos se desvanecen, otros vomitan y la mayoría suplica que el episodio finalice cuanto antes. "Sentía como si me introdujeran un hierro candente en la pupila", relató Peter, uno de los afectados. Incluso hay quienes pierden temporalmente la capacidad de comunicarse.

Esta patología aparece en ciclos, con ataques diarios a horas fijas. En ocasiones, tres veces por día durante varias semanas consecutivas. Aunque su nombre técnico es cefalea en racimos, muchos la conocen como "dolor suicida", no solo por su intensidad, sino porque está vinculada a tasas elevadas de intentos de quitarse la vida.

El problema del diagnóstico tardío y erróneo

Durante años, muchos pacientes han sido diagnosticados erróneamente con migrañas o cefaleas tensionales. Las consecuencias de este error no son solo clínicas: también afectan al entorno laboral y emocional. Más del 20% de quienes padecen esta dolencia han perdido su empleo por su incapacidad para funcionar con normalidad.

Foto: Patricia Pozo-Rosich. (Imagen cedida)

Las mujeres, en particular, suelen ser subestimadas al comunicar su dolor, lo que agrava el retraso en la identificación del cuadro. A pesar de ello, la evidencia científica ha dejado claro que la cefalea en racimos puede alcanzar niveles de dolor del 9,7 sobre 10, una cifra muy por encima de otras condiciones severas.

La falta de formación de los profesionales sanitarios contribuye al desconocimiento generalizado de este trastorno. Incluso especialistas en neurología han confesado no haber recibido información suficiente durante su formación académica, lo que acaba traduciéndose en los citados errores de diagnóstico.

Tratamientos limitados y estrategias extremas

En ausencia de soluciones eficaces y de fácil acceso, algunos pacientes recurren a estrategias desesperadas: baños de agua helada, ingesta de bebidas estimulantes o incluso golpes autoinfligidos para contrarrestar la crisis. Incluso hay un hilo en Reddit con millones de interacciones en el que miles de personas comparten sus "soluciones". En los casos más graves, algunos afectados desarrollan fobia al sueño, ya que los ataques suelen coincidir con la fase REM.

Foto: Recreación de los vasos sanguíneos de un ojo de cerdo (Universidad de Berna/Universidad de Basel)

Uno de los pocos métodos con cierta eficacia demostrada es el uso de oxígeno medicinal a alto flujo, aunque muchos médicos desconocen cómo prescribirlo o los seguros no lo cubren. Los medicamentos triptanos también pueden abortar un ataque, pero su uso prolongado puede dañar los órganos y, paradójicamente, cronificar la dolencia.

La esperanza está en la psilocibina

Frente al vacío farmacológico, numerosos pacientes han comenzado a utilizar psilocibina, el principio activo ciertas setas alucinógenas, para interrumpir sus ciclos. Aunque su consumo sigue siendo ilegal en la mayoría de países, algunos estudios académicos han comenzado a respaldar su eficacia preventiva.

El protocolo más común consiste en tres tomas espaciadas en cinco días. Según ensayos desarrollados en universidades como Yale, esta pauta ha reducido a la mitad el número de episodios semanales. "Después de meses de ataques diarios, una dosis me dio cinco días de calma total", aseguró un paciente a The Guardian.

Foto: Foto: iStock.

Los expertos sospechan que la psilocibina actúa sobre los receptores de serotonina, aunque el mecanismo exacto aún no ha sido descrito con precisión. Su efecto, sin embargo, no depende necesariamente del viaje psicodélico: incluso las microdosis han funcionado en numerosos casos.

Los pacientes reclaman soluciones accesibles, seguras y guiadas por profesionales. "Necesitamos que los médicos nos digan qué tomar, no foros de internet", dijo Peter, quien lleva más de tres años libre de ataques, supuestamente, gracias a la psilocibina, aunque sufre secuelas psicológicas por años de dolor extremo.

Cuando pensamos en dolores agudos e insoportables, a todos se nos viene a la cabeza el provocado por el parto sin epidural. En el caso de los hombres, es más habitual pensar en fracturas óseas o cólicos renales. Sin embargo, ninguna de estas afecciones tiene el dudoso honor de provocar el dolor más extremo documentado por la ciencia.

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