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Científicos españoles estudian las olas de calor en el Mediterráneo y hacen saltar las alarmas por este motivo
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Parece "una sopa"

Científicos españoles estudian las olas de calor en el Mediterráneo y hacen saltar las alarmas por este motivo

Según el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, las olas de calor marinas son cada vez más intensas, duraderas y frecuentes. Algo que tiene efectos notables en la población

Foto: Mapa que representa el aumento de temperaturas del Mediterráneo (X/@Divulgameteo/@CEAM_Meteo)
Mapa que representa el aumento de temperaturas del Mediterráneo (X/@Divulgameteo/@CEAM_Meteo)

La comunidad científica ha encendido las alarmas tras detectar que las olas de calor marinas no solo son más frecuentes, sino también más intensas y duraderas. Su impacto amenaza tanto a la biodiversidad como a las actividades humanas en zonas costeras.

Investigadores del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA) han comprobado que, en regiones como el mar Mediterráneo, estas anomalías térmicas alcanzan valores de hasta 5 grados por encima de la media habitual. Según ha declarado la oceanógrafa Marta Marcos: “Aquí en el Mediterráneo hemos registrado olas de calor marinas con anomalías térmicas de hasta 5º C. Es horrible, parece una sopa”.

Foto: Mapas de calor como este serán habituales el próximo verano (Aemet)

Además de alterar la vida submarina, estos fenómenos potencian la intensidad de las tormentas que terminan afectando a la población terrestre. El caso más trágico se produjo en Libia durante 2023, cuando una acumulación de humedad en la atmósfera generó lluvias desproporcionadas que dejaron más de 11.000 víctimas. Sin embargo, no podemos olvidar lo sucedido durante la dana de Valencia de finales de octubre de 2024.

El Mediterráneo, en el punto de mira

El trabajo, publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, detalla que la duración media de las olas de calor marinas ha pasado de 15 días en los años 40 a casi 50 jornadas al año en la actualidad. Algunas zonas, como el océano Índico o el Atlántico tropical, llegan a experimentar hasta 80 días con temperaturas excepcionalmente elevadas.

Este proceso no es casual. El equipo investigador ha demostrado que cerca del 50 % de estos eventos extremos registrados desde el año 2000 no se habrían producido sin el calentamiento global inducido por la quema de combustibles fósiles. Tal y como señala Marcos: “La única solución es cortar el uso de combustibles fósiles. Esta es una relación muy clara”.

Además del aumento térmico, los expertos advierten que los océanos están perdiendo capacidad para absorber dióxido de carbono, lo que acelera el cambio climático y agrava el problema en un círculo vicioso difícil de detener sin una actuación inmediata. Las consecuencias son múltiples: desde la desaparición de praderas marinas hasta la mortalidad masiva de especies. A nivel económico, el sector de la pesca, la acuicultura y el turismo se encuentran entre los más golpeados.

“Las olas de calor oceánicas plantean riesgos importantes para la sociedad”, ha señalado Zoe Jacobs, del centro oceanográfico británico. Estas alteraciones también inciden en el clima terrestre, intensificando fenómenos como huracanes y olas de calor continentales. Por todo ello, los científicos insisten en que frenar las emisiones contaminantes es imprescindible para frenar esta tendencia peligrosa.

La comunidad científica ha encendido las alarmas tras detectar que las olas de calor marinas no solo son más frecuentes, sino también más intensas y duraderas. Su impacto amenaza tanto a la biodiversidad como a las actividades humanas en zonas costeras.

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