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Exploran el lugar más profundo del Mediterráneo y encuentran una señal de alarma global
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En la fosa de Calipso

Exploran el lugar más profundo del Mediterráneo y encuentran una señal de alarma global

La fosa de Calipso alcanza los 5.100 metros de profundidad. Gracias a un robot sumergible capaz de soportar la presión, los investigadores han podido documentar lo que hay allí

Foto: Una imagen de la fosa de Calipso, el lugar más profundo del Mediterráneo (YouTube/@caladanoceanic3432)
Una imagen de la fosa de Calipso, el lugar más profundo del Mediterráneo (YouTube/@caladanoceanic3432)

La fosa de Calipso, que es el punto más profundo del mar Mediterráneo, ha dejado de ser un enclave remoto ajeno a la actividad humana. Una reciente expedición científica ha constatado que esta depresión marina, a más de 5.100 metros de profundidad, alberga una preocupante cantidad de desechos.

La investigación, liderada por un equipo internacional de científicos en el que hay varios españoles, se ha llevado a cabo utilizando el sumergible Limiting Factor, capaz de soportar presiones extremas. Durante una inmersión de 43 minutos, los investigadores documentaron 167 fragmentos de basura, entre los cuales había plásticos, metales, vidrios e incluso papeles parcialmente enterrados.

Una de las observaciones más llamativas ha sido la disposición de muchos objetos en línea recta, lo que sugiere la posibilidad de vertidos deliberados desde embarcaciones. “Hemos encontrado evidencias del vertido de bolsas llenas de basura por parte de los barcos, como revela la acumulación de diferentes tipos de residuos seguida de un surco casi rectilíneo”, explicó Miquel Canals, catedrático de la Universidad de Barcelona.

Esta configuración no solo despierta inquietud sobre prácticas ilegales en alta mar, sino que también refuerza el carácter estructural del problema. La presencia de residuos en esta fosa, considerada durante años un entorno aislado, confirma que la contaminación ha alcanzado incluso las zonas más inaccesibles del planeta.

Una trampa geológica para la basura

El artículo, publicado en la revista científica Marine Pollution Bulletin, detalla que la estructura de la fosa Calipso favorece la acumulación de residuos. Su morfología cerrada y la baja circulación de agua (de apenas 2 centímetros por segundo) impiden que los materiales se dispersen. Como resultado, la fosa actúa como sumidero natural de basura.

Foto: Los operarios, manipulando con delicadeza los fragmentos del derrumbe (Aragosaurus IUCA)

Canals explicó que “la fosa de Calipso atrapa y acumula los materiales antropogénicos que llegan a ella en el fondo”. Esta característica es especialmente preocupante porque los plásticos se descomponen en partículas cada vez más pequeñas, hasta convertirse en microplásticos, con capacidad de infiltrarse en los sedimentos marinos y en los organismos vivos.

Durante la expedición también se identificaron especies como Coryphaenoides mediterraneus y Acanthephyra eximia, habitantes habituales de aguas profundas. Aunque la biodiversidad es limitada, los efectos ecológicos pueden ser duraderos. Estudios previos en otras fosas marinas han documentado casos de ingestión de plásticos, dificultades reproductivas y daños fisiológicos en la fauna.

Una señal de alarma global

El origen de los residuos es múltiple. Algunos provienen directamente del mar por vertido, mientras que otros han sido arrastrados desde la costa a través de las corrientes marinas. “Algunos plásticos, como las bolsas, derivan desde la costa, se desplazan por el fondo y acaban parcialmente enterrados o desintegrados en fragmentos más pequeños”, señaló Canals.

Foto: El gran agujero azul de Belice.

A pesar de la distancia que separa este enclave del litoral (solo 60 kilómetros), la llegada de residuos demuestra que ningún entorno marino está completamente protegido. “Desgraciadamente, en lo que se refiere al Mediterráneo, no sería erróneo decir que ni un solo centímetro de él está limpio”, concluyó Canals.

La fosa de Calipso, que es el punto más profundo del mar Mediterráneo, ha dejado de ser un enclave remoto ajeno a la actividad humana. Una reciente expedición científica ha constatado que esta depresión marina, a más de 5.100 metros de profundidad, alberga una preocupante cantidad de desechos.

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