Exploran un desierto en América y encuentran huellas con 23.000 años que no deberían estar ahí
El descubrimiento se ha producido en el desierto de Nuevo México, donde han aterrizado varias naves de la NASA a lo largo de los últimos años. Datan del Último Máximo Glacial
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Un hallazgo arqueológico en el desierto de Nuevo México ha sacudido los cimientos de la cronología oficial sobre la presencia de seres humanos en América. Un equipo de investigadores de la Universidad de Bournemouth ha confirmado que una serie de huellas fosilizadas tienen una antigüedad estimada de 23.000 años, una cifra que adelanta en varios milenios las teorías aceptadas hasta ahora.
Estas pisadas, conservadas en el Parque Nacional White Sands, se encuentran impresas en capas de sedimento endurecido que datan del Último Máximo Glacial. Según los expertos, este descubrimiento demostraría que los primeros pobladores llegaron al continente en un momento en el que se creía imposible el tránsito por el estrecho de Bering.
In 2021, archaeologists discovered a set of ancient human footprints in White Sands National Park, New Mexico, which were later dated to approximately 21,000–23,000 years ago.
— Dr. M.F. Khan (@Dr_TheHistories) March 24, 2025
The footprints, preserved in soft clay, provide the earliest known direct evidence of human presence in… pic.twitter.com/rFyEIRcHvD
Como se explica en un artículo publicado en Science, el equipo multidisciplinar ha utilizado métodos complementarios de datación para verificar los resultados obtenidos en un estudio anterior de 2021. Por un lado, se analizó el polen fosilizado de pino y restos de Ruppia cirrhosa (una planta acuática común) incrustados en la misma capa de lodo donde se hallaron las huellas. Por otro, se empleó luminiscencia ópticamente estimulada para medir la radiación acumulada en los cristales de cuarzo presentes en el terreno.
Una escena congelada en el tiempo
“El yacimiento en Nuevo México ha reescrito los libros de historia, al mostrar ejemplos extraordinarios de actividad humana y de interacción con el entorno”, afirmó Sally Reynolds, investigadora en paleoecología de la Universidad de Bournemouth. Las evidencias indican no solo presencia, sino movimiento y actividad social entre individuos de distintas edades.
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Las pisadas ofrecen una imagen detallada de la vida cotidiana en aquel remoto periodo. Entre ellas se distingue a una joven caminando con un niño en brazos, resbalando en el barro, probablemente mientras huía de un depredador. También se han identificado huellas de menores jugando junto a charcas y rastros de animales como el perezoso gigante.
Por su parte, Matthew Bennett, profesor de la misma universidad y coautor de la investigación, señaló: “Estamos satisfechos de poder confirmar la validez de nuestro primer estudio. Estos resultados actualizan nuestro conocimiento sobre los movimientos y modos de vida de nuestros antepasados”.
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Una parte de las huellas puede observarse a simple vista, mientras que otras han sido detectadas mediante radar de penetración terrestre, sin necesidad de excavar. Esto permite estudiar el yacimiento con técnicas no invasivas, lo que preserva su integridad y facilita futuras investigaciones.
“Estas pisadas no solo reflejan una lucha por la supervivencia: también muestran interacción social, juego y convivencia entre generaciones”, explicó Bennett. Para el equipo, este lugar podría convertirse en un nuevo tipo de archivo natural que permita reconstruir la historia humana desde una perspectiva más cercana y detallada.
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Un hallazgo arqueológico en el desierto de Nuevo México ha sacudido los cimientos de la cronología oficial sobre la presencia de seres humanos en América. Un equipo de investigadores de la Universidad de Bournemouth ha confirmado que una serie de huellas fosilizadas tienen una antigüedad estimada de 23.000 años, una cifra que adelanta en varios milenios las teorías aceptadas hasta ahora.