“Podría ser la próxima víctima”: lo que sucede en esta base de la Antártida es digno de una película de terror

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Un conflicto interno ha generado alarma en la base de investigación Sanae IV, situada en la Antártida y operada por Sudáfrica. Un investigador ha denunciado haber sido víctima de una agresión física y amenazas de muerte por parte de un compañero, lo que ha provocado inquietud sobre la seguridad del equipo, que deberá permanecer en la instalación hasta diciembre.

La denuncia se realizó a través de un correo electrónico filtrado a la prensa sudafricana, en el que el afectado expresó su temor ante la situación y solicitó “una intervención inmediata” para proteger a todos los miembros de la expedición. Según el mensaje, el acusado habría atacado a un colega y amenazado su vida, generando un ambiente de tensión. “Su conducta ha llegado a un nivel extremadamente preocupante”, destaca el documento citado por el Sunday Times.

En la carta, el denunciante no solo habló de la agresión, sino que también amenazó con matar a otro de los compañeros, lo que ha generado “un ambiente de miedo e intimidación”. También asegura estar “profundamente preocupado” por su seguridad, ya que se pregunta si podría convertirse “en la próxima víctima”. Incluso llega a afirmar que se ha cometido una agresión sexual.

La actuación de Sudáfrica

Como informa The Guardian, el ministro de Medioambiente de Sudáfrica, Dion George, confirmó la agresión y aseguró que “se han tomado medidas para abordar la situación”. Además, señaló que el agresor “ha mostrado remordimiento y ha accedido voluntariamente a una evaluación psicológica”. Sin embargo, no se han dado detalles sobre cómo se garantizará la seguridad del equipo hasta que pueda producirse el relevo.

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P. C.

La base Sanae IV se encuentra a unos 160 kilómetros al sur de la barrera de hielo antártica y alberga a un equipo de diez científicos que desarrollan investigaciones sobre la geología, el campo electromagnético terrestre y la biodiversidad en condiciones extremas. Debido a su ubicación remota, el equipo no podrá ser evacuado hasta la llegada del rompehielos SA Agulhas II en diciembre, lo que obliga a implementar soluciones internas de manera inmediata.

Las expediciones científicas en zonas aisladas han experimentado episodios de violencia en el pasado. En 2017, un investigador en la isla Marion, también bajo administración sudafricana, destruyó el ordenador de un compañero con un hacha tras una disputa personal. Estos incidentes evidencian los desafíos psicológicos que supone la convivencia en entornos hostiles y la necesidad de contar con protocolos adecuados para la resolución de conflictos.