¿Qué es un enjambre sísmico? El fenómeno que amenaza a Santorini y que preocupa a los expertos
Este tipo de actividad es común en regiones volcánicas activas, donde el ascenso de magma altera el equilibrio de esfuerzos en la corteza terrestre
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La actividad sísmica en Santorini ha puesto en alerta a Grecia. Desde finales de enero, más de 19.200 temblores han sacudido el archipiélago de las Cícladas, generando incertidumbre entre los residentes y los científicos que estudian este fenómeno. Aunque no se han registrado daños graves, el enjambre sísmico sigue bajo investigación de los sismólogos locales, quienes trabajan en la instalación de sensores para comprender su origen.
¿Qué es un enjambre sísmico?
Un enjambre sísmico se caracteriza por la ocurrencia de múltiples sismos en una región específica durante un período corto, sin que exista un evento principal que destaque en magnitud. A diferencia de las secuencias sísmicas tradicionales, donde un gran terremoto es seguido por réplicas de menor intensidad, en un enjambre sísmico los temblores tienen magnitudes similares y se distribuyen de manera más uniforme en el tiempo. Este patrón puede extenderse desde días hasta incluso meses, dependiendo de las condiciones geológicas subyacentes.
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Las causas de los enjambres sísmicos son variadas y están estrechamente relacionadas con la geología de la zona afectada. Una de las principales razones es la actividad volcánica; el movimiento ascendente de magma puede fracturar las rocas circundantes, generando una serie de pequeños sismos. Este tipo de actividad es común en regiones volcánicas activas, donde el ascenso de magma altera el equilibrio de esfuerzos en la corteza terrestre. Además, la inyección de fluidos, ya sea por procesos naturales o actividades humanas como la geotermia, puede incrementar la presión en las fallas geológicas, desencadenando deslizamientos y, por ende, sismos consecutivos.
Otra causa potencial es el reajuste tectónico en áreas donde las placas terrestres están en constante movimiento. En estas zonas, la acumulación de tensiones puede liberarse en forma de múltiples sismos de menor magnitud en lugar de un único gran terremoto. Este fenómeno puede observarse en regiones donde las placas tectónicas interactúan de manera compleja, generando una liberación de energía más fragmentada. Además, la presencia de fluidos como el agua puede influir en la actividad sísmica; el agua que se infiltra en las fracturas de las rocas puede lubricar las fallas, facilitando su movimiento y provocando una serie de temblores.
Seismicity around Santorini, Greece, up to 1600 UTC today:
— Marius (@seismolicious) February 12, 2025
Following a thrust event in the NE with a sill-like geometry, earthquake activity today shifted back to the SW, reactivating the earlier swarm cluster.
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Es importante destacar que, aunque los enjambres sísmicos suelen estar compuestos por sismos de baja magnitud, su persistencia y frecuencia pueden generar preocupación en la población. Sin embargo, no siempre son indicativos de un evento sísmico mayor o una erupción volcánica inminente. El monitoreo constante y detallado por parte de las autoridades sismológicas es esencial para interpretar correctamente estos fenómenos y determinar si representan un riesgo significativo. La instalación de redes de sensores y el análisis de datos en tiempo real permiten a los científicos evaluar la evolución de los enjambres y proporcionar información precisa a la comunidad.
Un fenómeno natural con antecedentes
Los enjambres sísmicos no son exclusivos de Grecia. En 2018, la isla de Mayotte experimentó más de 7.000 sismos, lo que anunció el nacimiento de un volcán submarino. En España, en 2012, la región de Jaén registró un enjambre con más de 1.000 terremotos, atribuidos a pequeñas fallas geológicas y a la presión del agua en la corteza terrestre.
El Laboratorio de Sismología de la Universidad de Atenas ha instalado nuevos sensores para analizar el fenómeno en tiempo real. Se están recopilando datos sobre la deformación del terreno, emisiones de gases y cambios en los acuíferos para evaluar si el magma podría estar impulsando la actividad sísmica.
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Los habitantes de Santorini y las islas cercanas recuerdan el devastador terremoto de 1956, que alcanzó magnitudes de hasta 7.7 y provocó un tsunami con olas de 20 metros. Aunque la situación actual no sugiere un desastre inminente, la falta de respuestas concretas genera inquietud en la población.
¿Qué podemos esperar en las próximas semanas?
Los expertos coinciden en que los enjambres sísmicos siguen un patrón impredecible. Mientras continúa el monitoreo, la recomendación principal para los residentes es mantenerse informados a través de los organismos oficiales y seguir las indicaciones de seguridad. Aunque la frecuencia de los sismos podría reducirse en los próximos días, el fenómeno sigue siendo un recordatorio de la intensa actividad geológica del mar Egeo.
La actividad sísmica en Santorini ha puesto en alerta a Grecia. Desde finales de enero, más de 19.200 temblores han sacudido el archipiélago de las Cícladas, generando incertidumbre entre los residentes y los científicos que estudian este fenómeno. Aunque no se han registrado daños graves, el enjambre sísmico sigue bajo investigación de los sismólogos locales, quienes trabajan en la instalación de sensores para comprender su origen.