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Esta es la habilidad que las orejas humanas perdieron hace 25 M de años
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Un "fósil neural"

Esta es la habilidad que las orejas humanas perdieron hace 25 M de años

Esta habilidad es clave para la supervivencia de muchas especies, incluida la de algunos primates. Nuestro cerebro intenta usarla, pero el cuerpo carece de músculos para ejecutarla

Foto: Los chimpancés mantienen esta habilidad mucho más desarrollada (Generada con IA)
Los chimpancés mantienen esta habilidad mucho más desarrollada (Generada con IA)

Los oídos y las orejas de los seres humanos han cambiado de forma drástica durante los millones de años de evolución que hemos experimentado. De hecho, han ganado ciertas capacidades para adaptarse a nuestras necesidades de supervivencia, pero también han perdido otras. En este sentido, un estudio reciente publicado en la revista Frontiers in Neuroscience no solo ha encontrado una de las cualidades que han desaparecido, sino que también ha descubierto que nuestro cerebro sigue intentando usarla, a pesar de que le resulta imposible.

En concreto, los investigadores de la Universidad de Saarland, Alemania, hablan de cómo los humanos hemos perdido la capacidad de mover las orejas para captar sonidos con precisión y detectar su procedencia. Una habilidad que, para otras muchas especies, resulta esencial. Sin embargo, nosotros perdimos esta capacidad hace aproximadamente 25 millones de años, aunque el cerebro todavía conserva parte de los circuitos neurales encargados de controlar estos movimientos.

El estudio demuestra que los músculos encargados de movilizar las orejas en otras especies aún reaccionan en los seres humanos. Aunque la mayoría de las personas no pueden moverlas voluntariamente, los datos sugieren que el sistema auriculomotor sigue respondiendo cuando el esfuerzo de escucha es elevado. Este hallazgo confirma que la evolución ha dejado una especie de "fósil neural" en el cerebro humano.

Cómo se hizo el experimento

Los investigadores utilizaron electrodos para medir la actividad de los músculos auriculares, que son aquellos que permiten el movimiento de las orejas en ciertos animales. Los resultados mostraron que los músculos superiores auriculares aumentaban su actividad cuando los participantes intentaban escuchar en condiciones más difíciles, mientras que los músculos posteriores auriculares reaccionaban cuando el sonido provenía de atrás.

Foto: Un estudio parece haber dado con la clave de cómo se formaron las orejas (Freepik)

Este descubrimiento indica que, aunque el ser humano ya no mueve las orejas para mejorar su audición, el cerebro sigue intentando activar este mecanismo cuando la situación auditiva lo requiere. No obstante, los movimientos resultantes son prácticamente imperceptibles y no generan beneficios significativos en la escucha.

Según los expertos, este vestigio evolutivo demuestra cómo el ser humano ha conservado ciertas estructuras neuronales que fueron útiles para sus antepasados. La capacidad de orientar las orejas hacia los sonidos permitía una mejor adaptación al entorno y facilitaba la supervivencia en ambientes hostiles.

Los oídos y las orejas de los seres humanos han cambiado de forma drástica durante los millones de años de evolución que hemos experimentado. De hecho, han ganado ciertas capacidades para adaptarse a nuestras necesidades de supervivencia, pero también han perdido otras. En este sentido, un estudio reciente publicado en la revista Frontiers in Neuroscience no solo ha encontrado una de las cualidades que han desaparecido, sino que también ha descubierto que nuestro cerebro sigue intentando usarla, a pesar de que le resulta imposible.

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