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Una catástrofe sin precedentes en La Palma: la serie (a)científica que arrasa en Netflix
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Una exagerada "bomba de relojería"

Una catástrofe sin precedentes en La Palma: la serie (a)científica que arrasa en Netflix

Lo más visto de la plataforma en los últimos días es una miniserie sobre un gran tsunami generado por la actividad volcánica de Canarias que podría arrasar La Palma. El problema es que no se sostiene científicamente

Foto: Imagen de la serie 'La Palma'. (Netflix)
Imagen de la serie 'La Palma'. (Netflix)
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Turistas muertos por gases tóxicos en el mar, un avión que se estrella porque se topa con una columna de cenizas volcánicas y unas autoridades que ocultan lo que saben para evitar el pánico. Y esto es solo el principio. Los ingredientes de La Palma, la miniserie que lleva días arrasando en Netflix, podrían ser los de cualquier disparatada película de Hollywood de puro entretenimiento, pero es una producción noruega que se basa en un estudio científico en apariencia solvente. Solo en apariencia.

El argumento es que una gran erupción en La Palma podría provocar un enorme deslizamiento de tierras en la isla que generaría un tsunami gigantesco, con olas de cientos de metros de altura en el océano Atlántico, arrasando todo el archipiélago canario y alcanzando las costas americanas. El resultado que temen desde el principio los científicos que aparecen en la serie es completamente catastrófico; con hasta 100 millones de muertes en lo que sería “el mayor desastre de la historia de la humanidad”, comenta uno de los personajes.

Foto: El volcán de La Palma en fases más explosivas tras seis días de erupción. (EFE)

El éxito de esta serie de cuatro capítulos solo es comparable con la polémica que ha generado. Gran parte de las críticas están basadas en el despectivo retrato que hace de los habitantes locales mientras se centra en los problemas y dilemas morales de una familia noruega que va a Canarias a pasar sus vacaciones navideñas. Probablemente, lo mejor sean los paisajes de La Palma —aprovechan la erupción real de 2021 para incluir imágenes espectaculares del nuevo volcán de la isla, aún humeante, y los campos de ceniza a su alrededor— y lo peor, un guion inverosímil. En cualquier caso, ¿tiene sentido el argumento principal?

“La serie, científicamente hablando, es un desastre”, resume Joan Martí, geólogo del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), en declaraciones a El Confidencial. Sin embargo, esta ficción está basada en un estudio real que publicaron los geólogos Simon Day y Steven Ward en 2001 en la revista Geophysical Research Letters. En su análisis planteaban qué pasaría si una gran erupción en Cumbre Vieja provocaba un gran desprendimiento de rocas hacia el oeste de La Palma. Su pronóstico era que se podría generar un tsunami en el Atlántico con olas de hasta 50 metros de altura que viajarían a 800 kilómetros por hora e impactarían en toda la costa americana, arrasando ciudades como Nueva York y llegando hasta las costas brasileñas.

Esa teoría, que después se haría popular a través de productos más divulgativos, como un documental de la BBC, volvió a difundirse 20 años después, cuando en 2021 Cumbre Vieja sufrió una erupción volcánica de verdad, pero con un resultado mucho más modesto, sin gigantescos deslizamientos de terreno hacia el mar. Day y Ward habían hecho un modelo de inestabilidad del terreno que era mucho más teórico que real. “Si tú vas forzando, al final, haces caer lo que quieras”, comenta el experto del CSIC. Sin embargo, lo que vivió la isla hace tres años fue una erupción, “como las que conocíamos en el registro histórico”.

Por qué (nosotros) no veremos un gran deslizamiento

El equipo de Joan Martí ha estudiado a fondo las características geológicas de La Palma tras esa erupción de 2021, en un trabajo reciente que aún no ha sido publicado y que analiza, precisamente, la estabilidad de las pendientes de la isla. “No hay ningún movimiento sospechoso de causar ese desplazamiento, ni siquiera la posibilidad de que se produzca”, explica el investigador del IDAEA-CSIC. “Con los datos que hay sobre la mesa, hoy por hoy, no es posible”, añade.

placeholder Costa de La Palma hasta donde llegó la lava en 2021. (EFE)
Costa de La Palma hasta donde llegó la lava en 2021. (EFE)

Eso no impide que, con otras condiciones geológicas, pudiera ocurrir un evento catastrófico en el futuro, pero probablemente tendrían que pasar cientos de miles o millones de años. De hecho, lo más parecido y cercano en el tiempo tuvo lugar en Tenerife hace 200.000 años, es decir, cuando nuestra especie, Homo sapiens, apenas estaba dando sus primeros pasos. “Podría ser posible con una sismicidad mucho más alta y una estabilidad del terreno distinta”, comenta el experto. En definitiva, “estos deslizamientos son comunes en el crecimiento de las Canarias y otras islas volcánicas, como Hawái, pero en la actualidad no se dan los factores necesarios”.

En particular, en La Palma, “tendría que crecer mucho más la pendiente de la zona oeste”, unas modificaciones del terreno que, en las islas volcánicas, se van produciendo a base de nuevas erupciones a lo largo del tiempo. El modelo que aplican los científicos del CSIC indica que la intrusión de magma y la sismicidad asociada son demasiado pequeñas como para poder mover una masa tan grande, y menos ahora, cuando el terreno es muy estable.

placeholder Erupción de 2021. (EFE)
Erupción de 2021. (EFE)

En la introducción de cada capítulo de la serie de Netflix hablan de que la isla es una “bomba de relojería” desde el volcán de San Juan en 1949, una idea que, como todo, tiene una base real, pero es exagerada. “Todas las islas volcánicas lo serían”, apunta Martí, pero a una escala de tiempo geológico, más que humano. Tras ese evento, a mitad del siglo pasado, los científicos comprobaron que había una fisura que recorre la parte meridional de la isla de norte a sur y en esa zona es donde se han producido las erupciones posteriores, incluyendo la de 2021. “Los magmas rompen el terreno por el sitio más débil”, comenta el científico.

¿Hasta dónde llegaría el tsunami?

Al margen de que ese colapso pueda producirse en algún momento, otra cuestión son las consecuencias. ¿Generaría un megatsunami? Evidentemente, todo dependería de la cantidad de material que impactase en el mar. “La ola sería más grande o más pequeña en función de si caen muchos kilómetros cúbicos de roca o no”, resume Martí, que no descarta este tipo de evento una vez que, en un futuro, se dieran las condiciones geológicas adecuadas.

Foto: Imagen de archivo de un atardecer frente al mar. (EFE/Jiji)

Jorge Macías Sánchez, matemático de la Universidad de Málaga e investigador del grupo Edanya (Differential Equations, Numerical Analysis and Applications) es experto en cálculos relacionados con tsunamis y considera que la hipótesis de que una ola devastadora atravesara todo el Atlántico a raíz de un colapso en La Palma es “completamente exagerada”. En su modelo, Day y Ward proponían que hasta 500 kilómetros cúbicos de material podrían impactar en el mar (dato que aparece en la serie), una idea que estudios posteriores han descartado. Un análisis francés publicado años más tarde se basa en cifras mucho menores: 20, 40 y 80 km³.

“No es un escenario tan catastrófico, sino mucho más limitado, y su simulación es mucho más compleja y realista”, comenta el experto. En función de la cantidad de rocas que cayeran al mar “cambiaría la altura máxima de las olas”. En cambio, “la velocidad a la que viajarían es independiente de lo grandes que sean, depende más de la profundidad del océano. En cualquier caso, el impacto sobre Canarias sería muy importante, pero en la costa americana podría ser anecdótico.

El devastador tsunami del océano Índico de 2004 sirve de ejemplo. Los países del sudeste asiático, más cercanos al epicentro del terremoto submarino, se llevaron la peor parte, mientras que a las costas africanas también llegaron olas, pero mucho más pequeñas. En general, cuando se produce un tsunami por un deslizamiento, como sería el caso el hipotético caso de La Palma, “el efecto local puede ser mucho más importante que en el caso de un seísmo, pero la capacidad de propagación es menor; a distancia se disipa más rápidamente”, afirma Macías.

Turistas muertos por gases tóxicos en el mar, un avión que se estrella porque se topa con una columna de cenizas volcánicas y unas autoridades que ocultan lo que saben para evitar el pánico. Y esto es solo el principio. Los ingredientes de La Palma, la miniserie que lleva días arrasando en Netflix, podrían ser los de cualquier disparatada película de Hollywood de puro entretenimiento, pero es una producción noruega que se basa en un estudio científico en apariencia solvente. Solo en apariencia.

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