El vergonzoso error matemático por el que te llevan meses recomendando tirar estos utensilios
La revisión del estudio que dio origen a la polémica ha descubierto un error que, como poco, debe calificarse como grosero. El resultado real refleja un nivel completamente seguro
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El pasado mes de octubre, un estudio elaborado por Toxic-Free Future y el Instituto de Vida y Medio Ambiente de Ámsterdam fue publicado en la revista Chemosphere. Automáticamente, generó una gran preocupación en los ciudadanos de todo el mundo, ya que advertía de la presencia de niveles “alarmantes” de un químico llamado decabromodifenil éter (BDE-209). Al parecer, esta sustancia era tóxica para el ser humano y estaba muy presente en los plásticos reciclados que se utilizan para fabricar los utensilios de cocina de color negro.
El informe indicaba que estos utensilios podían exponer a los usuarios a una ingesta diaria de 34.700 nanogramos de BDE-209. Una cantidad que, según el estudio, se acercaba peligrosamente al límite recomendado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de 42.000 nanogramos para un adulto de 60 kilogramos y que superaba notablemente el fijado para los niños pequeños. Sin embargo, un análisis posterior realizado por el químico Joe Schwarcz, de la Universidad McGill, detectó un fallo matemático sonrojante en los cálculos realizados por los investigadores.
Embarrassing Math Error 'Scared the Pants Off People' Over Toxic Black Kitchenware https://t.co/FWGBad78mU
— Gizmodo (@Gizmodo) December 18, 2024
El límite seguro establecido por la EPA es de 7.000 nanogramos por kilogramo de peso corporal al día. Aplicado a un adulto de 60 kilogramos, el valor correcto sería 420.000 nanogramos y no 42.000 nanogramos, como indicó el estudio original. Este error supone que la exposición estimada (recordemos, 34.700 nanogramos) representa menos del 10% del umbral de seguridad, en lugar del 80% calculado inicialmente.
Un límite de exposición mucho más elevado
El químico Schwarcz destacó en el medio National Post la importancia de garantizar la precisión en este tipo de cálculos antes de generar alarmas. "Es crucial que los números sean correctos antes de asustar a la población", afirmó. A pesar del error, los investigadores responsables del informe sostienen que sus conclusiones principales siguen siendo válidas.
How a simple math error sparked a panic about black plastic kitchen utensils https://t.co/j0BbBtrBnT pic.twitter.com/Dk46d1H1AX
— National Post (@nationalpost) December 11, 2024
Megan Liu, coautora del estudio, aseguró en el mismo medio canadiense que ya han presentado una corrección a la revista Chemosphere. Además, subrayó que los niveles de retardantes de llama detectados en utensilios negros fabricados con plásticos reciclados son motivo de preocupación. "Nuestra recomendación de evitar este tipo de utensilios se mantiene", sigue insistiendo Liu.
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El pasado mes de octubre, un estudio elaborado por Toxic-Free Future y el Instituto de Vida y Medio Ambiente de Ámsterdam fue publicado en la revista Chemosphere. Automáticamente, generó una gran preocupación en los ciudadanos de todo el mundo, ya que advertía de la presencia de niveles “alarmantes” de un químico llamado decabromodifenil éter (BDE-209). Al parecer, esta sustancia era tóxica para el ser humano y estaba muy presente en los plásticos reciclados que se utilizan para fabricar los utensilios de cocina de color negro.