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Medusa inmortal y camarón pistola: los seres increíbles que pueden cambiar la humanidad
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NO TE LO VAS A CREER

Medusa inmortal y camarón pistola: los seres increíbles que pueden cambiar la humanidad

El catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca Raúl Rivas González publica 'Superorganismos', seres extraordinarios que abren la puerta a una nueva biotecnología

Foto: El autor, con el libro. (J. P.)
El autor, con el libro. (J. P.)

Raúl Rivas González (Salamanca, 1974), catedrático de Microbiología en la Universidad de Salamanca, se ha convertido en los últimos años en un prolífico y reconocido divulgador. Sus libros —centrados hasta ahora en su especialidad, los diminutos microorganismos como virus y bacterias que son capaces de cambiarnos la vida—, combinan episodios de la historia, anécdotas o referencias cinematográficas y literarias con el conocimiento científico más riguroso. Sin embargo, en su nueva obra cambia de tercio, pasando de los organismos más pequeños a las criaturas que ha llamado “superorganismos”.

Pequeñas o grandes, las protagonistas de Superorganismos. De la medusa inmortal a los hongos de Chernóbil, historia natural de los seres prodigiosos (Editorial Guadalmazán), son especies extraordinarias, maravillas de la evolución con cualidades increíbles de creer que casi podríamos definir como superpoderes. Sin embargo, este repaso va más allá de la curiosidad científica o intelectual. Si nos fijamos en el ADN de estas criaturas fabulosas (pero reales), quizá podemos hallar las claves para curar enfermedades o desarrollar nuevas tecnologías y capacidades. Charlamos de todo ello con el autor en una entrevista concedida a El Confidencial.

Foto: El ajolote habita en los lagos y canales de Xochimilco, su único hábitat natural remanente. (EFE)

PREGUNTA. La primera cuestión es evidente: ¿qué es un “superorganismo”? ¿Estás introduciendo un concepto nuevo?

RESPUESTA. Lo definiría como aquellos organismos que tienen cualidades que los hacen especiales, dentro del mundo animal o vegetal, y que son muy identificativas de la especie.

P. En biología ya se habla de superorganismo para referirse a las comunidades organizadas de insectos, algo que también mencionas en el libro.

R. Sí, se ha utilizado en las últimas décadas para los insectos eusociales, que son las hormigas, las avispas, las abejas y las termitas. El motivo es que actúan como un único organismo. Una colmena actúa por el bien común, no de forma individual como obreras, zánganos o reinas. Eso hace que la suma de identidades cree un organismo superior que se adapta mejor y prevalece. Sin embargo, yo amplío el concepto de superorganismo a otros animales que tienen peculiaridades inusuales y nos ofrecen herramientas y estrategias para desarrollar investigaciones en el ámbito biotecnológico.

placeholder Raúl Rivas, en su laboratorio. (J. P.)
Raúl Rivas, en su laboratorio. (J. P.)

P. ¿Y cuál es el superorganismo más sorprendente que has encontrado?

R. Como biólogo, no sé elegir. Me llama la atención cada peculiaridad. Los murciélagos, por ejemplo, son el único mamífero con vuelo activo y cuentan con una especie de radar para detectar obstáculos. En otro ámbito, ¿cómo puede alcanzar 100 metros de altura una secuoya y que los nutrientes lleguen desde el suelo hasta la copa del árbol? En realidad, me flipa la naturaleza en general, pero hay organismos extremadamente singulares. Fíjate en el camarón pistola, para atrapar a sus presas ejecuta un golpeo que es similar a una bala disparada por un arma.

P. Ya que lo mencionas, hay animales conocidos, pero que parecen tener superpoderes ocultos para la mayoría de nosotros. El camarón pistola, al ejecutar esa técnica, genera 6.000ºC en un instante…

R. Bueno, el camarón sí es conocido por el público, pero el camarón pistola no tanto, tiene una especie de pinza que crea una burbuja que llega a ser tan caliente como la superficie del Sol. Es una barbaridad, 6.000ºC y un sonido de 220 decibelios, más potente que el que genera un avión al despegar. Evidentemente, no hay quien se le resista, ni depredador ni presa, revienta caparazones y cualquier cosa.

Mucho más conocida es la langosta y tiene otro superpoder, la reparación constante de su ADN. Si tuviesen suficiente energía para estar cambiando constantemente los caparazones, nos encontraríamos con langostas gigantescas, que podrían medir tres o cuatro metros y pesar 100 kilos, pero no cuentan con ella. Aun así, se han pescado ejemplares de langosta común de 20 kilos.

placeholder El autor, en su despacho de la Universidad de Salamanca. (J. P. )
El autor, en su despacho de la Universidad de Salamanca. (J. P. )

P. En el libro señalas un superorganismo que pasaría desapercibido para los no expertos. Si vamos a las Montañas Rocosas, en EEUU, vemos un bosque de 47.000 álamos que, en realidad, es un solo árbol. ¿Hay muchos casos de este tipo?

R. Sí que hay algunos, son bosques clónicos. El material genético de todos esos árboles es exactamente el mismo. En realidad, son como ramitas de un único ejemplar. Además, es uno de los nichos de biodiversidad más complejos, porque permite el desarrollo de infinidad de especies animales. Es decir, que un único individuo es capaz de sostener toda una zona geográfica, con lo cual, evidentemente, es un superorganismo.

P. ¿Y puede quedar alguno de estos seres extraordinarios que la ciencia aún no haya descubierto?

R. Nunca se puede afirmar al 100%, pero yo diría que la respuesta es que sí. Cada año se descubren nuevos animales, vegetales y microorganismos en el planeta. Muchos de ellos tienen cualidades desconocidas y, seguramente, sorprendentes. Están esperando a que las estudiemos y veamos de qué son capaces.

placeholder La medusa 'inmortal'. (EFE)
La medusa 'inmortal'. (EFE)

P. En la portada del libro aparece el extraño ajolote, un anfibio capaz de regenerar sus extremidades completamente, e incluso otros órganos de su cuerpo. Su genoma se ha secuenciado hace poco. ¿Vamos a poder aplicar este conocimiento al ser humano alguna vez?

R. Esa es la idea, comprender cómo es capaz de hacerlo el ajolote. El proceso es diferente al que emplea la lagartija para volver a hacer crecer su cola. En realidad, este animal recupera sus tejidos y todo el sistema nervioso de una manera perfecta, funcional. Vivimos en un mundo con millones de personas amputadas, poder darles una solución basada en un sistema que ya ha desarrollado la naturaleza, es uno de los objetivos de las investigaciones actuales. Por eso se estudia ese ADN, los genes implicados, las rutas metabólicas y los tiempos de este organismo. Su regeneración incluye algunas regiones del cerebro y de la médula espinal, es algo absolutamente asombroso. Si podemos trasladar eso y regenerar órganos en el ser humano, el salto que daría la humanidad sería espectacular.

P. Al ajolote está en peligro crítico de extinción ¿Qué podemos perder si acabamos con superorganismos como este?

R. Desde un punto de vista egoísta, estamos tirando piedras contra nuestro tejado. El ajolote es un animal único de una región muy concreta, el centro de México, y está en peligro por nuestra culpa, porque requiere unas condiciones de conservación muy delicadas que tienen que ver con la humedad. Al drenar los lagos para construir, se reduce su hábitat natural. Además, las aguas están contaminadas y se han introducido especies que se comen sus huevos. Hay especies que se extinguen todos los días y que no hemos llegado a descubrir. El ajolote tiene unas características únicas en el planeta y nos puede aportar soluciones para la regeneración de tejidos, pero otros organismos pueden ofrecer claves antitumorales o aplicaciones biotecnológicas. La pérdida de biodiversidad tiene un efecto indirecto, e incluso directo, sobre la especie humana.

placeholder Ajolote. (EFE)
Ajolote. (EFE)

P. También es cierto que, a veces, es nuestra irrupción catastrófica en la naturaleza lo que da lugar a descubrimientos extraordinarios. Dedicas un capítulo a los hongos que crecen en las paredes de Chernóbil.

R. Sí, la naturaleza se adapta e intenta sobrevivir. Si seguimos acabando con especies, es posible que nos extingamos nosotros, pero la vida va a continuar. Chernóbil es un ejemplo. La radiación lleva décadas haciendo que la zona de exclusión sea inhabitable para el ser humano, pero se ha convertido en un refugio para muchos animales, como lobos y bisontes. Hay ranas negras porque se han adaptado produciendo una cantidad ingente de melanina, precisamente, para poder soportar la radiación. Algunos hongos tienen la misma estrategia y los podemos encontrar hasta en los reactores dañados. Así, sabemos que la melanina puede ser útil para este tipo de situaciones y esto nos revela soluciones a problemas graves de salud.

P. ¿Esto nos enseña que cualquier cosa es posible en la evolución?

R. No sé si es posible cualquier cosa, pero la realidad supera la ficción. Nos encontramos con estrategias y características alucinantes. Una de ellas es la bioluminiscencia, la emisión de luz que es utilizada por 10.000 especies para diferentes metas, relacionadas con el cortejo, la comunicación social, ahuyentar depredadores, atraer presas. La evolución les ha llevado hasta ahí por diferentes caminos y con diferentes tonos. Por ejemplo, en el ambiente marino predomina la luz azul, que es la que mejor se ve en aguas profundas, pero también hay tonos rojos y amarillentos, como los de las luciérnagas, todo un espectáculo en algunos bosques.

Foto: Vista aérea del reactor cuatro de la central nuclear ‘Vladimir Illich Lenin’ de Chernóbil en Prípiat, 26 de abril de 1986

P. Del ambiente marino, mejor rescatar a la medusa inmortal, ¿no? ¿Su ADN va a ser la fuente de la eterna juventud que hemos buscado tantos siglos?

R. Ese es un ejemplo más, una medusa que es capaz de volver una y otra vez a sus estadios juveniles sin llegar a las fases de senescencia. ¿Podemos desentrañar cómo lo hace y eso nos permitirá alargar aún más la vida del ser humano en condiciones de calidad adecuadas? Hay un camino, algunos organismos ya han encontrado la eterna juventud, vamos a ver cómo lo han hecho para fijarnos en ellos y ver si podemos desarrollar estrategias o terapias que nos ayuden no solo a ser más viejos, sino a tener mejor calidad de vida en las etapas finales.

P. Aplicar estos conocimientos a nuestro propio ADN suena a ciencia ficción y casi a distopía…

R. No sé predecir el futuro, todavía… [Risas]. Sin embargo, en el último siglo se han cumplido fantasías que parecían irrealizables, que solo estaban en los libros de ciencia ficción. Hace 30 años nadie se imaginaba tener un ordenador potentísimo que nos conectase con todo el planeta y llevarlo en la palma de la mano. ¿Hacia dónde nos llevará la inteligencia artificial en las próximas décadas? No lo sé, pero la rapidez con la que avanzamos en conocimiento e implementamos nuevas tecnologías nos permite pensar en que los cambios van a ser grandes y profundos y, por supuesto, también lo serán en el ámbito sanitario.

Raúl Rivas González (Salamanca, 1974), catedrático de Microbiología en la Universidad de Salamanca, se ha convertido en los últimos años en un prolífico y reconocido divulgador. Sus libros —centrados hasta ahora en su especialidad, los diminutos microorganismos como virus y bacterias que son capaces de cambiarnos la vida—, combinan episodios de la historia, anécdotas o referencias cinematográficas y literarias con el conocimiento científico más riguroso. Sin embargo, en su nueva obra cambia de tercio, pasando de los organismos más pequeños a las criaturas que ha llamado “superorganismos”.

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