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La ciencia resuelve el enigma evolutivo de por qué los perros se 'centrifugan'
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Un acto reflejo que les protege

La ciencia resuelve el enigma evolutivo de por qué los perros se 'centrifugan'

Un estudio publicado en 'Nature' revela que se trata de un mecanismo biológico mucho más complejo de lo que se creía hasta el momento. También lo poseen otras especies

Foto: Este gesto es resultado de milenios de evolución (Pexels)
Este gesto es resultado de milenios de evolución (Pexels)

El movimiento de sacudida es uno de los gestos más característicos de los perros y, en menor medida, de otros mamíferos con pelaje. Este comportamiento se ejecuta principalmente cuando están mojados, ya sea tras un baño, caminar bajo la lluvia o darse un chapuzón en el agua. Además, los canes también se centrifugan en otras situaciones, como para liberarse de insectos, polvo o elementos irritantes presentes en su piel. Lo que parece un simple reflejo es, en realidad, una acción compleja y eficiente que combina factores neurológicos y biomecánicos y que ha sido diseñada por la evolución para preservar su salud y bienestar.

En este sentido, un equipo de investigadores ha identificado un complejo sistema neurológico que permite a este tipo de mamíferos con pelaje eliminar rápidamente el agua acumulada en su cuerpo. Este mecanismo no solo previene infecciones por bacterias u hongos, sino que también evita la pérdida de calor corporal, lo que es crucial para su supervivencia en entornos hostiles.

El estudio, publicado en la revista Nature, destaca el papel de los mecanorreceptores C-LTMR (de umbral bajo de fibra C), que son células sensoriales presentes en la piel. Dichas células detectan estímulos como la presión del agua o el movimiento de insectos sobre el pelaje, lo que automáticamente activa el característico movimiento de sacudida. Este reflejo, además de ser eficiente, protege a los animales al eliminar irritantes externos de zonas de difícil acceso.

Un sistema biomecánico altamente eficiente

La biomecánica de este movimiento es una maravilla evolutiva. Los perros oscilan entre 4 y 5 veces por segundo, comenzando el movimiento en la cabeza y propagándolo al resto del cuerpo mediante ondas a lo largo de la columna vertebral. Este efecto látigo permite eliminar el agua incluso de las capas más profundas del pelaje, algo esencial para animales con pelaje denso.

Foto: Los besos podrían tener un origen evolutivo, pero su función ha cambiado mucho (Pexels/Lurii Laimin)

El estudio también mostró que esta capacidad no es exclusiva de los perros, sino que está presente en otros mamíferos como son los osos, los tigres y los ratones. En experimentos con ratones modificados genéticamente, se comprobó que la ausencia de los C-LTMR reducía el reflejo de sacudida en un 50%. Este hallazgo confirma la relevancia clave de estas células sensoriales en la activación del movimiento de sacudida.

El movimiento de sacudida es uno de los gestos más característicos de los perros y, en menor medida, de otros mamíferos con pelaje. Este comportamiento se ejecuta principalmente cuando están mojados, ya sea tras un baño, caminar bajo la lluvia o darse un chapuzón en el agua. Además, los canes también se centrifugan en otras situaciones, como para liberarse de insectos, polvo o elementos irritantes presentes en su piel. Lo que parece un simple reflejo es, en realidad, una acción compleja y eficiente que combina factores neurológicos y biomecánicos y que ha sido diseñada por la evolución para preservar su salud y bienestar.

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