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Avisas sobre la DANA y se ríen de ti: unos días después, mueren cientos de personas
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EL PELIGRO DEL ANTIALARMISMO

Avisas sobre la DANA y se ríen de ti: unos días después, mueren cientos de personas

Cada vez más es habitual que los avisos de los expertos ante episodios como la DANA sean recibidos con burlas. Es lo que ocurrió unos días antes de la catástrofe de Valencia

Foto: Limpieza en Álora (Málaga). (EFE/Jorge Zapata)
Limpieza en Álora (Málaga). (EFE/Jorge Zapata)
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El pasado viernes 25 de octubre, a las 11:17 de la mañana, el físico J.J. González Alemán, meteorólogo superior del Estado e investigador de la Agencia Española de Meteorología (AEMET), publicó un mensaje en X en el que advertía de que la DANA que iba a llegar a la península cuatro días después iba a ser de las que pasarían a la historia.

La respuesta que recibió González Alemán en ese momento fue la que suelen recibir con cada vez más frecuencia los expertos climáticos cuando publican en redes: una serie de insultos acusándole de alarmista y recordándole las anteriores ocasiones en las que los modelos se habían equivocado. "Apocalíptico", le reprochaban. "Buf, sí, lo mismo que la temporada de huracanes de este año que, según farsantes como tú, iba a ser nunca vista". "Vamos a morir todos sálvese quien pueda [sic]", añadía otro.

Vistos una semana después, con cientos de fallecidos e incalculables pérdidas materiales, los mensajes ponen de manifiesto los problemas del creciente escepticismo antialarmista alimentado desde los partidos de derecha y que se traduce en ataques casi organizados contra los expertos científicos. Una turba que no solo impacta en el trabajo de dichos profesionales, sino también en la toma de decisiones políticas.

"He recibido numerosas peticiones de medios, pero no he querido hablar sobre el tema, porque realmente dejó de ser un tema científico y está muy sujeto a tergiversarse", explicó González Alemán la mañana del jueves. El Confidencial ha sido uno de esos medios. El físico añadía que "al margen de la polémica sobre qué motivos han podido hacer que esto haya sucedido y no se haya podido evitar, solo comentar que la realidad suele ser mucho más compleja que las simples respuestas que siempre se intentan buscar".

Esa dificultad para interpretar la realidad y anticipar las predicciones se encuentra detrás del negacionismo, versión antialarmista. El margen de incertidumbre asociado a todo modelo científico, y la dificultad para tomar decisiones en función a ello, son utilizadas para cuestionar el conocimiento de los expertos. Como ocurriese con la pandemia, y como explicaba el sociólogo Luis Miller a El Confidencial en aquel momento, es difícil tomar decisiones impopulares, como un confinamiento, en momentos en los que la opinión pública está en contra. El coste de equivocarse es elevado; pero mayor es el de no tomar medidas en caso de tragedia como la DANA.

No me digas lo que no quiero oír

La meteoróloga Isabel Moreno, autora de libros como Cambio climático para principiantes (Plan B), es otra de esas profesionales que suelen ser objeto de ataques constantes en sus publicaciones de X o TikTok (no en LinkedIn, matiza, donde se firma con nombre y apellidos). El ejemplo que mejor recuerda son las respuestas que recibió por un tuit de 2023 en el que decía que las lluvias prácticamente "evitaban" España.

Un mensaje en apariencia neutral que abrió la puerta a una serie de tuits de conspiranoicos. En este caso, negacionistas que consideraban que las razones por las que no llovía eran los chemtrails: "Que dejen de fumigar esos hijos de puta y ya veréis cómo llueve"; "Geoingeniería se llama y nos están envenenando"; "Nada nuevo bajo la agenda 2030".

"Pero es que además de hablar de los chemtrails, se me empezó a insultar y a amenazar, y eso sí que me dio miedo", recuerda. "Esa gente siempre ha estado en internet, pero en los últimos años han aumentado su agresividad, porque ya no es solamente que te digan que estáis fumigando, es que te insultan y te llegan a amenazar y encima ahora están organizados: ya no recibes uno o dos mensajes, sino decenas o cientos como el caso de 2023".

Más allá de las teorías de la conspiración, uno de los razonamientos más repetidos son las acusaciones de alarmismo, que llegan incluso hasta las autoridades políticas. A principios de septiembre de 2023, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, solicitó a los vecinos madrileños que no saliesen de casa ante la posibilidad de unas lluvias torrenciales que podrían batir todos los récords históricos.

Almeida fue acusado de alarmista por pedir a los madrileños que se quedasen en casa

Al final, las precipitaciones que cayeron sobre la capital no fueron tan abundantes como se esperaba. Sin embargo, como recuerda Moreno, no es verdad que no ocurriese nada: "Aunque no pasase en la ciudad de Madrid, sí ocurrió a 30 kilómetros de la capital y hubo muertos", recuerda. "La alarma estaba bien puesta". En caso de que la banda de precipitación no se hubiese desplazado hacia el sur, las consecuencias para los ciudadanos madrileños podrían haber sido dramáticas.

Desde entonces, sin embargo, el ejemplo de la tormenta de septiembre de 2023 ha sido utilizado para criticar determinadas decisiones políticas. Si la DANA de esta semana no hubiese sido tan devastadora y se hubiese enviado una alarma al móvil, tal vez habría vuelto a ocurrir lo mismo. Una advertencia para legisladores. "Este tipo de mensajes antialarmistas son peligrosos porque en el caso concreto de la meteorología siempre tienes un grado de incertidumbre que puede hacer que en un sitio donde hay prevista una situación muy peligrosa, finalmente no ocurra como pasó con aquella DANA", añade la meteoróloga.

Este discurso suele recurrir a los ejemplos más conservadores para acusar a la ciencia de alarmista. En el caso de la DANA de Valencia ha ocurrido todo lo contrario: incluso las previsiones más duras se quedaban cortas. "Ha ido calando este mensaje, no solamente en las redes sociales, sino que se han sembrado dudas en la sociedad, y lo peor de todo es que han llegado a la esfera política", concluye. "Y eso es muy peligroso".

Pero quién es ese hombre que no cree en la ciencia

No es casualidad que Víctor Sánchez del Real, exdiputado del Congreso de los Diputados por Vox, publicase un tuit en el que, al no poder acusar a los expertos de alarmistas en esta ocasión, se quejaba de que el alarmismo de otras ocasiones había despistado a la población y a los gobernantes. Como en la fábula de Pedro y el lobo. "Cuando pones todos los mapas en rojo permanentemente por ideología, para alarmar, no te quedan colores con los que alertar de los riesgos cercanos y ciertos", se quejaba. "Solución: escalas claras y realistas".

El problema, en este caso, es que todos los países utilizan los mismos colores para representar temperaturas por encima de los 30 grados, como recuerda Moreno. "¿Qué pasa, que es un complot mundial?", se pregunta. La experta preguntó a AEMET hace unas semanas y la agencia le respondió que llevaban 25 años sin cambiar sus códigos de color. El problema, añade, es que los políticos legitiman esos ataques a los expertos. Cabe otra posibilidad aún peor: que se beneficien de ellos.

Vox es el partido cuyos votantes creen menos en el cambio climático, con diferencia. Un 53,2% de los que apoyaron al partido verde en 2019, por un 96,5% de los votantes socialistas, un 95,2% de Unidas Podemos y un 83,9% del PP. Lo mismo ocurre con la preocupación por este asunto: a un 32,5% de los votantes de Vox no les preocupa "nada" y solo a un 8,5% les preocupa mucho. Vox es el partido negacionista por excelencia.

Una de las formas en que se expresa el negacionismo climático es esta minimización del impacto y de las acusaciones de alarmismo que, según su visión, forman parte de una conspiración mayor que pasa por memes como la Agenda "del Mal" 2030, el Gran Reemplazo o algunos que ya cayeron en el olvido al no llegar a calar, como el Gran Apagón.

"Suelen ser perfiles anónimos de hombres y que siguen un mismo pack, no son personas que solamente hablan de los chemtrails, sino de la agenda del 2030 o el cambio climático", explica Moreno a propósito de sus acosadores. Muchos de ellos son bots, lo que sugiere que no se trata de un movimiento espontáneo sino de una campaña orquestada.

El pasado martes fallecieron cientos de personas en la Comunidad Valenciana y Albacete. Las medidas políticas para mitigar los efectos de los desastres naturales se basan en criterios técnicos y científicos, pero la popularidad o impopularidad de poner en marcha un dispositivo de seguridad depende la posible reacción de la opinión pública, y la popularización del discurso antialarmista puede provocar que haya menos incentivos para anticiparse a los peores escenarios o para dedicarse a la divulgación.

El pasado viernes 25 de octubre, a las 11:17 de la mañana, el físico J.J. González Alemán, meteorólogo superior del Estado e investigador de la Agencia Española de Meteorología (AEMET), publicó un mensaje en X en el que advertía de que la DANA que iba a llegar a la península cuatro días después iba a ser de las que pasarían a la historia.

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