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Ni sueño ni cansancio: el misterio de los 'bostezos contagiosos' está cerca de resolverse
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Ni sueño ni cansancio: el misterio de los 'bostezos contagiosos' está cerca de resolverse

¿Por qué bostezamos cuando vemos a alguien hacerlo? Este fenómeno, conocido como bostezo contagioso, ha intrigado a científicos y expertos en biología y psicología durante décadas

Foto: Cada vez falta menos para saber por qué se contagian los bostezos (Freepik)
Cada vez falta menos para saber por qué se contagian los bostezos (Freepik)

El bostezo es un fenómeno curioso que, a lo largo del tiempo, ha intrigado tanto a científicos como al mundo en general. Cuando alguien bosteza, parece inevitable que otras personas a su alrededor hagan lo mismo. Esta acción aparentemente involuntaria, conocida como bostezo contagioso, ha despertado preguntas sobre su origen y función.

El bostezo no es exclusivo de los seres humanos, ya que muchas otras especies, como los lobos o los monos, también lo realizan. Sin embargo, en el caso de los humanos, su carácter contagioso añade una capa adicional de complejidad. Las explicaciones tradicionales, como la necesidad de oxigenar el cerebro, no han sido confirmadas por la comunidad científica. Aun así, los expertos han señalado una relación entre el bostezo y el ritmo circadiano, ya que ocurre con mayor frecuencia cuando estamos menos alertas, como al despertar o tras una comida copiosa.

Uno de los aspectos más llamativos del bostezo es su papel como posible mecanismo de comunicación social. Algunas especies, como los avestruces, utilizan el bostezo para sincronizar el comportamiento de su grupo, lo que les permite coordinar los estados de alerta y descanso. Esta forma de actuar también se ha observado en los humanos, sugiriendo que podría tener un papel similar en la interacción social.

Un mecanismo bastante complejo

El bostezo contagioso en humanos parece estar relacionado con las neuronas espejo, que son responsables de la imitación de acciones que observamos en los demás. Estas neuronas se activan cuando vemos a alguien bostezar, lo que provoca que, de manera involuntaria, también lo hagamos. Este fenómeno ha llevado a algunos investigadores a sugerir que el bostezo podría ser una forma de crear un vínculo social entre las personas, sincronizando sus estados de alerta.

Foto: Bostezo. (iStock)

Un factor clave en la susceptibilidad al bostezo contagioso es la empatía. Las personas con dificultades en la interacción social, como quienes tienen autismo o esquizofrenia, parecen ser menos propensas a "contagiarse" del bostezo de otros. Esto refuerza la idea de que el bostezo tiene un componente emocional importante, más allá de sus funciones fisiológicas.

Como indican en The Conversation, estudios recientes sugieren que factores como la temperatura corporal y la respiración pueden influir en la probabilidad de que el bostezo se propague entre un grupo de personas. En muchos casos, lo que parece ser una cadena de bostezos podría estar relacionado con el contexto compartido, como un ambiente relajado después de una comida, en lugar de la mera observación de alguien bostezando.

El bostezo es un fenómeno curioso que, a lo largo del tiempo, ha intrigado tanto a científicos como al mundo en general. Cuando alguien bosteza, parece inevitable que otras personas a su alrededor hagan lo mismo. Esta acción aparentemente involuntaria, conocida como bostezo contagioso, ha despertado preguntas sobre su origen y función.

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