La surrealista historia científica detrás del verdadero origen de Cristóbal Colón
Una investigación de más de 20 años revela que Cristóbal Colón no era genovés, como se creía, sino un judío converso de la zona del Mediterráneo. Sin embargo, aún quedan muchas dudas por resolver
Cristóbal Colón era un judío sefardí de algún punto del Mediterráneo. El documental Colón ADN. Su verdadero origen, de Story Producciones, emitido por TVE en la noche del sábado, ha desvelado el gran misterio que siempre ha rodeado a la figura del navegante, su procedencia, y el motivo por el cual la ocultó. El descubridor de América no era genovés, sino que probablemente pertenecía a una familia de judíos conversos de Valencia, según los datos genéticos, lo que le obligó a silenciar su verdadera cuna. La investigación, dirigida por José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Granada, con la colaboración de varias instituciones internacionales, asegura que ha reescrito la historia.
A lo largo de 100 minutos, la pieza audiovisual va desgranando ocho teorías muy sólidas y descartando que el almirante fuera de Guadalajara, portugués, gallego, navarro o mallorquín, según diversas hipótesis que se podían contrastar con el ADN de hipotéticos familiares. La investigación que impulsó el historiador Marcial Castro a principios de este siglo le da la razón a la teoría de Francesc Albardaner sobre el origen judío de Colón, que se expresaba en castellano. Además, revela que, en realidad, no era hermano de Diego Colón.
Los (muchos) viajes de Colón
Colón murió y fue enterrado en Valladolid en 1506, pero poco más tarde fue trasladado al Monasterio de la Cartuja de Sevilla. El deseo de la familia era que descansara en las nuevas tierras que había descubierto, en concreto, en la isla de La Española, así que consiguieron llevarse los restos a la catedral de Santo Domingo. Ahí empieza el lío, sobre todo cuando en 1795 la capital dominicana pasa a manos francesas. En teoría, los españoles se habrían llevado los huesos a la catedral de La Habana. Finalmente, tras la independencia de Cuba en 1898, cruzaron por última vez el Atlántico para reposar en la catedral de Sevilla, donde se alzó una tumba monumental.
Sin embargo, en la República Dominicana no están, de acuerdo con esta última parte de la historia. Al realizar unas obras en la catedral en 1877, apareció una caja de plomo con fragmentos de huesos y la inscripción "Varón ilustre y distinguido Cristóbal Colón". La teoría de las autoridades dominicanas fue que los españoles se habían llevado el cadáver equivocado, así que pasaron a construirle su correspondiente tumba monumental y a reclamar que los restos del descubridor de América eran los suyos. La disputa entre Santo Domingo y Sevilla se ha mantenido hasta hoy.
¿Y si las dos partes tuvieran razón? Lo cierto es que en Santo Domingo el cadáver identificado como Cristóbal Colón está incompleto y que en Sevilla tan solo se conservaban unos 200 gramos de hueso. Por eso, algunos historiadores tienen la teoría de que, en su momento, solo fueron trasladados a La Habana una parte de los restos del almirante. Las tumbas se encontraban en mal estado y es posible que los encargados de rescatarlos no tuvieran mucho tiempo de detenerse en detalles. Por si acaso, para evitar disgustos y seguir defendiendo su teoría sin contratiempos, las autoridades dominicanas nunca han dado permiso para realizar análisis de ADN de sus restos.
En España sí se ha hecho. Ya en 2003, la investigación de José Antonio Lorente llegó a la conclusión de que los restos conservados en Sevilla pertenecían al descubridor de América. Sin embargo, la exigua cantidad de 200 gramos de hueso que se había conservado impedía ir más allá en las averiguaciones. Realizar los análisis de ADN implica destruir la muestra, así que no se podían permitir ese lujo. Con respecto a los enterramientos, casi todas las hipótesis seguían abiertas: es posible que el resto del cuerpo esté en Santo Domingo o que los españoles se lo llevasen entero y se perdiera después en los traslados.
Un trabajo complejo lleno de ramificaciones
En ese sentido, la nueva investigación no aporta nada nuevo acerca de su paradero actual más allá de ratificar lo que ya se sabía, que una pequeña parte de los restos de Colón se guardan en la catedral sevillana, aunque esto fue lo único que adelantaron los responsables del documental en una presentación celebrada el pasado jueves en la Real Academia Nacional de Medicina, acaparando los correspondientes titulares. El verdadero reto era averiguar algo concreto sobre el nacimiento del almirante.
La investigación, estancada desde hace casi dos décadas, se retomó gracias a los avances que permiten estudiar el ADN antiguo. "La revolución tecnológica de la biología molecular se produjo a partir de 2010, cuando se secuenció el primer ADN antiguo humano", explica en declaraciones a El Confidencial Cristina Valdiosera Morales, arqueóloga molecular de la Universidad de Burgos. Esta experta está iniciando un proyecto de investigación sobre el mestizaje que vivió México a partir de la conquista española del siglo XVI, muy poco después de la llegada de Colón. "Antes, solo teníamos el ADN mitocondrial, que se hereda de la madre, pero ahora podemos secuenciar el ADN nuclear y eso te habla de la ascendencia genética por vía materna y paterna, con lo cual, puedes obtener una reconstrucción más precisa", añade.
Ante las nuevas posibilidades que se abrían, los investigadores retomaron la de los orígenes del descubridor de América. Ya tenían el ADN de Colón, ahora había que compararlo con otras muestras para acercarse a la verdad. Los autores del trabajo identificaron hasta 25 teorías sobre cuál era la cuna del navegante, pero no todas estaban igual de bien argumentadas, así que se centraron en ocho que ofrecían la posibilidad confrontar los genes. En algunos casos, las hipótesis eran tan concretas que se trataba de analizar posibles parientes localizados en Portugal, Galicia, Guadalajara y Mallorca. En otros, la comparación tenía que basarse en el ADN poblacional del lugar, como Génova, Navarra o Valencia. En mayo de 2021 se anunció este nuevo proyecto, que nació desde el principio con la idea de convertirse en un documental de TVE y Story Producciones. De hecho, desde el principio se adelantó que la presentación de los resultados sería el 12 de octubre (de ese año). Al final, ha tenido que ser tres años más tarde.
La controversia no termina aquí
A pesar de todo, lo más seguro es que la controversia en torno a Colón no acabe con este documental. En primer lugar, porque los especialistas en la materia van a esperar a conocer todos los datos antes de pronunciarse. En ese sentido, el propio Lorente —al igual que otros colegas que han participado en el trabajo— ha rechazado hacer declaraciones y asegura en una nota informativa que "los resultados científicos completos y detallados" serán presentados en noviembre "en una rueda de prensa en la Universidad de Granada". El motivo, explica, es que "aún se están analizando datos recientes muy importantes que, sin afectar al contenido de la película, sí tienen trascendencia científica para expertos e historiadores, por lo que deben ser presentados definitiva y conjuntamente en un contexto académico".
Además, esos resultados completos "serán publicados en una revista científica internacional para que sean libremente accesibles a todos los investigadores y expertos y para que sirvan de base para futuras posibles investigaciones sobre los personajes ya estudiados y sobre la población europea de referencia". Los tiempos llaman la atención, porque es muy inusual que se difundan al gran público las conclusiones de un estudio sin haber sido publicadas antes por medio de un artículo científico. De hecho, este periódico ha contactado con expertos que han preferido no hacer valoraciones sobre los hallazgos por este motivo. Otros, sencillamente, se muestran prudentes: "Estoy segura de que está bien hecho, pero me resulta difícil dar una opinión si no puedo juzgar los datos", comenta Cristina Valdiosera.
Al ver que un gran misterio de la historia de la humanidad se iba a desvelar en la televisión, "me quedé un poco perplejo", confiesa Miguel Botella, catedrático de Antropología Física de la Universidad de Granada y presidente de la Sociedad Española de Antropología Física. Aunque este experto también estuvo implicado en las primeras investigaciones del ADN de Colón, iniciadas hace más de 20 años, posteriormente no continuó colaborando con el equipo de Lorente. Ahora, se muestra escéptico con respecto a los resultados concretos: "Desde el punto de vista científico, precisar el sitio exacto, es imposible", afirma.
Según explica, "el ADN, al fin y al cabo, son probabilidades, no se puede hablar de otra cosa". En ese sentido, este tipo de estudios se basan en "la frecuencia de aparición de unos determinados haplotipos sobre otros", añade en referencia a las variantes genómicas. Aunque es cierto que determinados rasgos van a ocurrir "más en unas zonas que en otras", comenta, "eso no quiere decir que sean exclusivos de un sitio". La cuestión es especialmente compleja en la cuenca mediterránea, donde los intercambios de población han sido tan intensos que "encontrar caracteres específicos de un lugar preciso es muy complicado". Otros expertos coinciden en que el resultado no se puede presentar como absolutamente concluyente. "Con los análisis que se pueden hacer, no creo que sea viable. No existe tanta resolución como para decir de dónde procede Cristóbal Colón en Europa", comenta la investigadora de la Universidad de Burgos.
El ADN sigue abierto a interpretación
En los últimos años, la posibilidad de hacerle preguntas al ADN antiguo a partir de restos de huesos, dientes o pelo humanos está cambiando la historia. "Ha dado un vuelco tremendo a la forma en que nos aproximamos a los estudios del pasado", afirma Cristina Valdiosera. "En unos casos, aporta información nueva; y, en otros, ofrece la confirmación de teorías históricas", añade. En la mayoría de los casos, se trata de estudios poblacionales que revelan movimientos prehistóricos e históricos, como el estudio del mestizaje entre los antiguos pobladores de México y España que estudia esta investigadora.
Sin embargo, también abundan los que se centran en personajes históricos. Este verano, se publicó un artículo sobre la identificación, gracias al ADN, de Teodomiro, el obispo que, según la leyenda, encontró la tumba del apóstol Santiago en Galicia e impulsó el desarrollo del Camino a Compostela. El año pasado, el cabello de Beethoven sirvió para conocer más detalles sobre su mal estado de salud. En fechas recientes, estas técnicas también han servido para confirmar que Toro Sentado tiene descendientes vivos.
Sin embargo, el ADN —o, más bien, la mala interpretación de los resultados— también ha llenado de confusión algunas páginas de la historia. Hace unos años, una investigación genética en población asiática encontró que el 8% de los hombres tenía un cromosoma Y con un haplotipo excepcional. De alguna manera, tenían que estar emparentados por vía paterna y los investigadores calcularon que el ancestro común de más de 40 millones de personas podía haber vivido hace 1.000 años. Así que sugirieron que ese pariente lejano sería Gengis Kan, ya que este famoso conquistador mongol tuvo muchos hijos. Sin embargo, una investigación posterior con una muestra mucho mayor demostró que ese antepasado común vivió hace 2.600 años, con lo cual, sus genes tuvieron tiempo de sobra para diseminarse entre distintas tribus asiáticas.
Cristóbal Colón era un judío sefardí de algún punto del Mediterráneo. El documental Colón ADN. Su verdadero origen, de Story Producciones, emitido por TVE en la noche del sábado, ha desvelado el gran misterio que siempre ha rodeado a la figura del navegante, su procedencia, y el motivo por el cual la ocultó. El descubridor de América no era genovés, sino que probablemente pertenecía a una familia de judíos conversos de Valencia, según los datos genéticos, lo que le obligó a silenciar su verdadera cuna. La investigación, dirigida por José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Granada, con la colaboración de varias instituciones internacionales, asegura que ha reescrito la historia.