Los 40 megatsunamis más devastadores de la historia reciente: olas de hasta 524 metros de alto
Científicos españoles de Canarias han elaborado el mayor catálogo hasta la fecha. Alaska y Noruega son los países más afectados por este tipo de fenómenos extraordinarios
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Los tsunamis y megatsunamis son fenómenos naturales que implican olas gigantescas, pero se diferencian por su origen y magnitud. Mientras que los tsunamis suelen ser causados por terremotos o erupciones volcánicas submarinas y generan olas de hasta 30 metros de altura, los megatsunamis se desencadenan por deslizamientos masivos de tierra, colapsos de volcanes o impactos de meteoritos en el océano, provocando olas que habitualmente superan los 100 metros.
Evidentemente, estas diferencias hacen que los megatsunamis sean mucho más devastadores y menos frecuentes que los tsunamis convencionales. Prueba de ello es el trabajo de los investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), que han elaborado el primer catálogo mundial de megatsunamis históricos.
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El estudio, que ha sido publicado en la revista científica Geohazards y que se puede consultar en la revista MDPI, ofrece un registro detallado de 40 megatsunamis que han ocurrido desde 1674 hasta la fecha, documentando sus alturas máximas, causas y fuentes verificadas. Sus autores principales han sido Mercedes Ferrer (IGME-CSIC) y Luiz González Vallejo (Involcan) y en él se ha tenido en cuenta la altura (mínimo 35 metros) y la relevancia de sus impactos.
El más alto alcanzó 524 metros
El magatsunami más importante que ha conseguido ser documentado por estos científicos ocurrió en Lituya, Alaska, en 1958. Ese año se registró en la localidad una ola de 524 metros, la mayor hasta la fecha. Además, el estudio identifica otros ocho megatsunamis con alturas que superaron los 100 metros, lo que evidencia la capacidad destructiva de estos eventos extremos.
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La mayoría de los megatsunamis documentados tuvieron su origen en deslizamientos de tierra, tanto terrestres como submarinos. También se identificaron causas volcánicas y meteorológicas. La investigación mostró que los fiordos y bahías ubicadas en zonas glaciares, así como lagos y ríos, son áreas especialmente propensas a experimentar estos fenómenos.
Alaska y Noruega figuran como regiones donde la ocurrencia de megatsunamis ha sido notablemente alta, especialmente a principios del siglo XX, lo que los convierte en puntos de interés para futuros estudios sobre la materia.
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Los tsunamis y megatsunamis son fenómenos naturales que implican olas gigantescas, pero se diferencian por su origen y magnitud. Mientras que los tsunamis suelen ser causados por terremotos o erupciones volcánicas submarinas y generan olas de hasta 30 metros de altura, los megatsunamis se desencadenan por deslizamientos masivos de tierra, colapsos de volcanes o impactos de meteoritos en el océano, provocando olas que habitualmente superan los 100 metros.