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Los posos del café podrían solucionar un grave problema del sector de la construcción
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Los posos del café podrían solucionar un grave problema del sector de la construcción

Los posos de café han de depositarse en el contenedor marrón para su adecuado tratamiento. Sin embargo, un grupo de científicos creen que es posible darle un mejor uso

Foto: El volumen de posos de café generados en el mundo es un problema (Freepik)
El volumen de posos de café generados en el mundo es un problema (Freepik)

El café es uno de los productos más consumidos del mundo. De hecho, se estima que cada ciudadano europeo genera, de media, 10 kilos de posos de café al año. Por ello, no es de extrañar que se estén buscando opciones para usar esos residuos de alguna forma útil, a pesar de lo cual la mayoría acaba en vertederos. Conviene recordar que, en España, hay que tirarlos al contenedor marrón, es decir, al dedicado a recoger basura orgánica.

Por otro lado, la extracción de arena se ha convertido en una actividad que plantea serios problemas medioambientales a nivel global. Este recurso, esencial para la producción de hormigón, se obtiene principalmente de lechos y orillas de ríos, lo que provoca la degradación de los ecosistemas fluviales. La sobreexplotación de estos depósitos naturales puede llevar a la erosión de riberas, la alteración de hábitats acuáticos y la disminución de la biodiversidad. Además, la extracción intensiva de arena contribuye a la desertificación de algunas zonas y afecta eal ciclo natural del agua, generando un impacto a largo plazo en el equilibrio ecológico.

Pero ¿qué tienen que ver los posos del café con la arena extraída para su posterior uso en el sector de la construcción? Mucho más de lo que parece. Al menos, para un equipo de investigadores de la Universidad RMIT de Australia, el cual ha desarrollado una técnica innovadora que permite convertir estos residuos en el sustituto de la arena a la hora de producir hormigón. Es más, aseguran que, tras el tratamiento adecuado, incrementa su resistencia en un 30 %.

La clave está en la pirólisis

Los posos de café no se pueden utilizar directamente en el proceso de elaboración del hormigón. Según los científicos, antes es necesario someterlos a un tratamiento de pirólisis, el cual los transforma en un tipo de biocarbón que sí puede agregarse al cemento.

Foto: Alzhéimer, párkinson o enfermedad de Huntington podrían beneficiarse de los posos del café (Pexels).

El proceso de pirólisis consiste en calentar los posos de café a una temperatura superior a los 350 °C sin oxígeno, lo que convierte el material en biocarbón. Este material puede mezclarse con el cemento para reforzar el hormigón, lo que además reduce la necesidad de utilizar arena natural.

El equipo de investigadores, liderado por Rajeev Roychand y Jie Li, está trabajando en evaluar la durabilidad de esta mezcla a largo plazo. Entre los factores que se están estudiando se encuentran su resistencia frente a ciclos de congelación y descongelación, absorción de agua y resistencia a la abrasión. Los primeros resultados son prometedores y apuntan a que el uso de residuos orgánicos en la construcción podría tener un impacto significativo en la sostenibilidad del sector.

El café es uno de los productos más consumidos del mundo. De hecho, se estima que cada ciudadano europeo genera, de media, 10 kilos de posos de café al año. Por ello, no es de extrañar que se estén buscando opciones para usar esos residuos de alguna forma útil, a pesar de lo cual la mayoría acaba en vertederos. Conviene recordar que, en España, hay que tirarlos al contenedor marrón, es decir, al dedicado a recoger basura orgánica.

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