Diseñan un 'reloj cerebral' que calcula la brecha entre edad cronológica y real

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Generalmente, todos tendemos a pensar que nuestros órganos envejecen en consonancia con los años que cumplimos. Sin embargo, existe la posibilidad de que se generen 'brechas' por diversos factores que hagan que se muestren más 'jóvenes' de lo que realmente son o, lo que es peor, más 'viejos'.

En este sentido, un equipo internacional de científicos liderados por Agustín Ibáñez, neurocientífico de la Universidad Adolfo Ibáñez de Santiago de Chile, ha desarrollado un 'reloj cerebral' impulsado por inteligencia artificial (IA). El invento es capaz de medir el ritmo al que envejece el cerebro y ha revelado que factores como la desigualdad social, la contaminación ambiental y las disparidades en inversión en salud pueden acelerar su envejecimiento.

El citado 'reloj cerebral' se basa en la medición de la conectividad funcional del cerebro, que refleja cómo interactúan distintas regiones cerebrales entre sí. Para llevarla a cabo, los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) y electroencefalografía (EEG) en una muestra de 5.306 personas pertenecientes a 15 países. La muestra incluía tanto a personas sanas como a individuos con alzhéimer u otras formas de demencia, así como a sujetos con deterioro cognitivo leve.

Aspectos que influyen en el envejecimiento cerebral

El análisis de los datos mostró que los cerebros de las personas en América Latina y el Caribe envejecen más rápidamente los pertenecientes a residentes en otras regiones. Según Agustín Ibáñez, primer autor del estudio, este fenómeno se debe en gran parte a la desigualdad estructural y a la exposición a ambientes contaminados, factores que son especialmente prevalentes en estas zonas.

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Otro hallazgo significativo del estudio es que las mujeres que viven en países con alta desigualdad de género, particularmente en las regiones citadas anteriormente, presentan una mayor diferencia entre su edad cronológica y su edad cerebral en comparación con los hombres de esas mismas áreas geográficas.

El estudio, que ha sido publicado en la revista Nature Medicine, abre nuevas perspectivas para la creación de estrategias médicas personalizadas que consideren la diversidad biológica y socioeconómica global. En este sentido, el propio Ibáñez ha señalado que “la forma en que envejece el cerebro no solo es cuestión de años” y que “el lugar en el que vives, el nivel socioeconómico y la contaminación del entorno influyen de forma muy significativa”.