Aquella vez que le preguntaron a Carl Sagan por la existencia de Dios: “no has aprendido nada”

• El videojuego sobre el espacio con el que soñaba Carl Sagan
• La búsqueda de evidencia irrefutable de naves alienígenas en el sistema solar

Carl Sagan fue el astrónomo, astrofísico y cosmólogo divulgativo más famoso de la historia. Trabajó como profesor en la Universidad de Harvard y en la Universidad de Cornell, pero lo que realmente le catapultó a la fama fue la serie documental de televisión Cosmos: Un viaje personal, en la que participó como narrador y coautor. También escribió la novela de ciencia ficción Contact, que fue llevada al cine por Robert Zemeckis en 1997 y que contó con Jodie Foster y Matthew McConaughey como protagonistas.

Como no podía ser de otro modo, Carl Sagan fue un fiel defensor del método científico y del pensamiento escéptico durante toda su vida. Prueba de ello es que también fue uno de los principales promotores de la búsqueda de inteligencia extraterrestre a través del proyecto SETI y que impulsó el envío de mensajes a bordo de las sondas espaciales, como es el caso de la Voyager-1 y de la Voyager-2.

TE PUEDE INTERESAR

24.000 millones de kilómetros no son nada: la NASA arregla la avería de la Voyager 1

R. Badillo

Por todos estos motivos, la tendencia general del público es pensar que Carl Sagan se definía a sí mismo como ateo, es decir, que no creía en dios. Acerca de ello fue cuestionado en una de las últimas entrevistas que concedió. Ocurrió en 1994, cuando restaban apenas dos años para su fallecimiento a causa de una fuerte neumonía. Solo tenía 62 años en el momento de su muerte.

Una respuesta que es historia

“¿Existe algún tipo de dios para usted?”, empieza preguntando el entrevistador, tras lo cual Sagan toma un sorbo de agua. Después, contesta con otra pregunta: “¿A qué se refiere cuando utiliza la palabra 'dios'?”. El presentador se explica justo después, alegando que a lo largo de los siglos, “los humanos han creado un marco mitológico que siempre ha implicado algún tipo de poder espiritual superior. A medida que eso desaparece, parece cada vez más difícil explicar que algo así pueda existir”.

Tras su explicación, el presentador vuelve a cuestionar a Sagan: “¿dónde nos deja eso?”. “Solos”, responde el divulgador científico, tras lo cual indica que este pensamiento “es mucho más responsable que esperar que alguien nos salve de nosotros mismos para no tener que esforzarnos al máximo”. Después, reflexiona: “si pretendes que te diga que sí o que te diga que no (creo en Dios), no has aprendido absolutamente nada”.

“¿Por qué utilizar una palabra tan ambigua? Te da libertad para parecer que estás de acuerdo con alguien con quien no lo estás. Oculta las diferencias. Sirve como 'lubricante social', pero no ayuda a la verdad”, concluye el cosmólogo. Conviene destacar en este sentido que Sagan nunca se definió como ateo, sino como agnóstico. ¿El motivo? Según él mismo, el conocimiento del que disponía no era suficiente como para demostrar la existencia o inexistencia de Dios.