Sí, puedes ganarle una carrera a un caballo: todo depende de un detalle
Hay una carrera en Arizona que mide las fuerzas de las personas contra la de los caballos. Sorprendentemente, casi siempre ganamos
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Un día como otro cualquiera de 1983, Gheral Brownlow y Steve Rafters se encontraban bebiendo en un bar llamado Whiskey Row situado en Prescott, Arizona. Hubo un momento en el que ambos se enzarzaron en una acalorada discusión con un poso científico mucho más profundo del que podría parecer a simple vista. En concreto, Gheral defendía que sería capaz de correr más rápido que el caballo de Steve si la distancia era similar a la de un maratón, mientras que su amigo le decía que eso era imposible.
Ese fue el origen de Man Against Horse Race (“Carrera del Hombre contra el Caballo”, en español), una prueba que se celebra todos los años en la ciudad estadounidense de Prescott. En un primer momento, el recorrido constaba de 25 millas (poco más de 40 kilómetros). Sin embargo, actualmente hay otras dos distancias entre las que elegir: 50 millas (80,5 kilómetros, aproximadamente) y medio maratón (21,097 kilómetros).
Los inscritos pueden elegir entre realizar dichas distancias a pie o a lomos de su caballo, como se puede ver en las imágenes. Eso sí, el recorrido no es nada sencillo. Cuenta con un desnivel acumulado bastante importante y se desarrolla por completo en senderos de campo y montaña. El récord actual de la prueba pertenece en categoría masculina a Nik Coury, que completó la carrera en 6:14 horas. La mujer más rápida en terminar el circuito fue Kim Abbott en 2022 (7:38 horas).
Pero, ¿quién suele ganar?
En una carrera corta, no habría ninguna duda: los caballos son capaces de cabalgar a 70 km/h. Para hacernos una idea, Usain Bolt, el atleta más rápido de la historia, alcanzó un pico de velocidad máximo de 44 km/h y solo pudo mantenerlo durante unos segundos. Sin embargo, cuando hablamos de pruebas de resistencia, la cosa cambia.
Why are humans such good distance runners?🏃♀️Science offers an answer. At #Paris2024 Olympics, abundant sweat glands, little body hair, arched soles and spring-like Achilles tendons prime endurance runners to excel, by @JoelAchenbach https://t.co/VBxVbDEEhS via @washingtonpost
— André Picard (@picardonhealth) August 1, 2024
Daniel Lieberman, director del Departamento de Biología Evolutiva Humana de Harvard, ha hablado al respecto en una entrevista concedida a la revista The Harvard Gazette. En primer lugar, cuenta la anécdota de un grupo de granjeros que persiguieron a un guepardo al que acusaban de matar a sus cabras. Finalmente, tras seis kilómetros corriendo, lograron darle caza. “El guepardo podía correr mucho más rápido que estos tipos, pero no pudo hacer nada cuando el evento se convirtió en una prueba de resistencia”.
Posteriormente, cuenta que él mismo participó en la carrera Man Against Horse Race. Empieza diciendo que no es un gran corredor, pero que le apetecía disfrutar de la experiencia. Afirma que se sintió un poco desanimado al principio, cuando los jinetes y sus caballos le sacaron mucha distancia en los primeros kilómetros. Sin embargo, la situación cambió drásticamente en el kilómetro 29 de la prueba.
A partir de ese momento, Daniel Lieberman empezó a adelantar caballos. Tantos que, al llegar a la línea de meta, solo 13 jinetes consiguieron completar las 25 millas antes que él. Sobra decir que la carrera fue ganada por una persona. Esto le permitió demostrar la teoría que siempre ha mantenido: "el ser humano puede correr más rápido que el caballo si la distancia es lo suficientemente larga".
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Un día como otro cualquiera de 1983, Gheral Brownlow y Steve Rafters se encontraban bebiendo en un bar llamado Whiskey Row situado en Prescott, Arizona. Hubo un momento en el que ambos se enzarzaron en una acalorada discusión con un poso científico mucho más profundo del que podría parecer a simple vista. En concreto, Gheral defendía que sería capaz de correr más rápido que el caballo de Steve si la distancia era similar a la de un maratón, mientras que su amigo le decía que eso era imposible.