Viruela, polio y ahora cólera en la Europa de 2022: por qué estos clásicos nunca mueren
Alerta por cólera en Toledo, presencia de polio en Reino Unido, viruela del mono en todas partes. ¿Podemos culpar de todo a la guerra de Ucrania o aquí está pasando algo más?
Una menor de edad acudió hace unos días al médico con ciertas molestias estomacales y los análisis del Instituto de Salud Carlos III dieron positivo por Vibrio cholerae, la bacteria que hace de vector para el cólera. Al igual que hizo el doctor John Snow, padre de la epidemiología moderna, ante una tesitura similar en el Londres de 1854, lo primero en la lista es buscar una fuente de agua contaminada con materia fecal.
En este caso, resultó ser un pozo situado en una finca de la provincia de Toledo, que según adelantó ayer 'El País' fue clausurada al temer las autoridades que se trataba del primer caso de cólera en España desde 1979. Horas más tarde, el Ministerio de Sanidad descartó que se tratara de la temible patología que surgió de las aguas del Ganges y aterrorizó al mundo en el siglo XIX con hasta seis pandemias. Afortunadamente, la bacteria identificada en el pozo toledano carecía de la enterotoxina colérica, que es la que a la postre provoca la enfermedad y uno de sus síntomas más devastadores: una diarrea trepidante capaz de matar por deshidratación si no se trata con rapidez.
En realidad, no se trata de un caso aislado. Un estudio reciente, en el que participa el microbiólogo español Jaime Martínez Urtaza, de la UAB, considera las infecciones con variantes no toxinogénicas del Vibrio cholerae un problema en sí mismo, capaz de causar no solo gastroenteritis u otitis sino también fascitis necrosante: "Representa uno de los ejemplos más chocantes de una enfermedad emergente vinculada al cambio climático". Además, la presencia de estos serogrupos del cólera en lugares tan próximos puede contribuir "potencialmente a la emergencia de nuevas cepas patogénicas, incluyendo algunas con potencial epidémico".
Es decir, más que como una falsa alarma habría que tomarlo como una de esas ocasiones en las que suena el telefonillo de casa, pero nadie responde al otro lado.
Polio: palabras mayores
Mientras España se esforzaba por apagar las alarmas, en Reino Unido se encendían otras ante la noticia de que la Health Security Agency había encontrado muestras de una transmisión comunitaria limitada de polio en aguas residuales del norte y este de Londres. Como España, la isla británica lleva sin detectar casos de polio desde los años ochenta y fue declarado país libre de polio por la Organización Mundial de la Salud en 2003, un título que ahora peligra.
Como en Toledo, en Londres solo se ha detectado el virus, no casos de enfermedad o parálisis por polio. Pero hay un país en Europa del Este donde ambas se han manifestado recientemente en forma de brote. Por supuesto, hablamos de Ucrania.
Reino Unido fue declarado país libre de polio por la OMS en 2003, un título que ahora peligra
Desde el pasado 28 de abril las autoridades rusas llevan alertando a la población que vive en zonas cercanas a la frontera que extreme las precauciones. Hace dos semanas que se alerta de un brote enorme de cólera en Mariúpol. De nuevo, gente desesperada bebiendo agua contaminada.
Cuando Rusia invadió Crimea y el este de Ucrania en 2014, la crisis provocó una epidemia de sarampión que sacudió al país y se extendió al resto de Europa. Era esperable, claro. Es una enfermedad muy contagiosa que está presente en casi todos los países y de repente muchos niños dejaron de recibir vacunas contra ella. En 2016, apenas el 31% de los niños habían recibido la triple vírica. Como resultado, el sarampión se disparó. Sin embargo, ni el cólera ni la polio —todos los países que rodean a Ucrania, también Rusia, están declarados libres de polio desde 2002— entran en esta categoría, no son una enfermedad endémica que se viene arriba cuando se bajan las barreras de salud pública. ¿De dónde han salido entonces?
"Cada una de esas enfermedades responde a modelos distintos", explica Adrián Aginagalde, especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva e investigador en el Museo Vasco de Historia de la Medicina. "La polio se debe a la ruptura de los programas de vacunación y existencia de casos vacunales que se terminan detectando en el medio ambiente, en cambio, el caso del sarampión responde —principalmente— a la caída de las coberturas, tanto por el conflicto bélico como por creencias religiosas; que termina generando una epidemia que prende además en aquellos países donde las coberturas han bajado".
Los casos vacunales significan exactamente eso. Aunque ya no es común en Europa o Estados Unidos, en muchos otros países aún se usan vacunas contra la poliomielitis basadas en virus debilitados, primas hermanas de aquella vacuna oral que Albert Sabin desarrolló en los años sesenta en dura competencia con Jonas Salk por resolver un problema que dejaba tullidos o muertos a miles de niños. Estos virus atenuados, una vez liberados al medio ambiente, comienzan a cambiar y comportarse como el virus de polio salvaje. Esto, en lugares donde la cobertura vacunal está por debajo de la famosa inmunidad de rebaño, significa que en lugar de un salvavidas tenemos un torpedo dando vueltas al océano a la espera de una colisión. Es, probablemente, lo que ha sucedido en Londres, donde la cobertura está en torno al 86%, solo un poco por encima del límite recomendado.
Que el virus de polio proceda inicialmente de una vacuna no significa que no sea perfectamente capaz de causar parálisis en niños. Puede ser comprensible su emergencia en lugares devastados como Mariúpol, o en el pasado en lugares como Siria, donde surgió debido a la guerra. Su aparición en Londres es más difícil de asimilar, aunque Aginagalde cree que su detección es, para los epidemiólogos implicados, un día más en la oficina.
"El caso de la polio parece una alerta ‘as usual’ dado que se trata de un caso de polio vacunal, es decir, ha habido algunas alertas más de pacientes Inmunodeprimidos que habían estado excretando polio vacunal y habían sido detectados en grandes urbes", indica. "En principio el riesgo de estos casos es muy limitado, pero habrá que ver cómo evoluciona la información. ¿Son esperables estos fenómenos en la fase histórica actual de eliminación de estos virus? Sí. Al haberse mejorado las herramientas para la vigilancia ambiental, existir mayor movimiento de personas respecto a las zonas donde pueden existir estos casos y un mayor porcentaje de la población… es esperable que haya algunos pocos casos puntuales".
Nunca podemos decir "se acabó"
En 2014, la Asamblea Mundial de la Salud de la OMS se animó a debatir qué hacer con los últimos viales que quedan de la viruela, la primera y única enfermedad erradicada por el ser humano. Estados Unidos conserva unos viales y Rusia otros, como una especie de cabezas nucleares microbiológicas, recuerdo de los tiempos de la Guerra Fría. Ahora, un virus de la familia de los orthopoxvirus primo hermano de aquella viruela original (por suerte más débil) está haciendo estragos aquí y allá, lo que demuestra la futilidad de aquel debate.
Incluso aunque los viales se destruyeran, la viruela podría regresar. Incluso la temida peste bubónica regresó momentáneamente, hace un par de años, cuando a unos habitantes de la región china de Mongolia Interior les dio por cazar y comerse a unas marmotas.
"El fenómeno de la emergencia y re-emergencia no es nuevo", dice el salubrista, que lo relaciona con el desequilibrio entre los factores de riesgo y los que han mantenido controlada la enfermedad. "El fenómeno es conocido desde los años noventa con enfermedades como la tuberculosis o el dengue". En estos casos, la aparición de nuevas condiciones de salud, como personas inmunodeprimidas, "además de cambios en los factores ambientales o el cese de programas de control vectorial o la disminución de los programas de vacunación; como la fiebre amarilla; generan las circunstancias donde pueden re-emerger o emerger en formas distintas como las TBC multirresistentes", indica Aginagalde.
Es un fenómeno similar al de un incendio; para que se produzca siempre hará falta una chispa, pero el fuego solo prenderá si está rodeado de pasto seco.
Una menor de edad acudió hace unos días al médico con ciertas molestias estomacales y los análisis del Instituto de Salud Carlos III dieron positivo por Vibrio cholerae, la bacteria que hace de vector para el cólera. Al igual que hizo el doctor John Snow, padre de la epidemiología moderna, ante una tesitura similar en el Londres de 1854, lo primero en la lista es buscar una fuente de agua contaminada con materia fecal.