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¿Nos libraremos del covid en 2022?
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¿Nos libraremos del covid en 2022?

Es demasiado pronto para saber cuánto durará la amenaza de la variante ómicron ni cómo de virulenta será, pero ya sabemos que va a determinar buena parte del año entrante

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Es demasiado pronto para saber cuánto durará la amenaza de la variante ómicron ni cómo de virulenta será, pero además de saber que acabamos el año con cifras récord de contagios, sabemos que va a determinar buena parte de 2022. Los expertos no descartan que después de esta mutación del coronavirus lleguen otras nuevas, otros apuntan que tras el explosivo número de contagios de ómicron puede estar el inicio del fin de la pandemia, pero en lo que todos están de acuerdo es en que el mejor antídoto para la incertidumbre van a ser los nuevos avances científicos.

Las medidas de prevención, sumadas al refuerzo de la vacunación, podrán ayudarnos a llevar una vida mucho más normal que en los dos últimos años. Tocará seguir conviviendo con el covid-19, pero a lo largo del año que empieza hay indicios para que podamos dejar de verlo como una amenaza que condicione tanto la economía como la salud. Eso sí, habrá cosas que cambiarán en la vida cotidiana. Y la necesidad de hacernos test para el covid cada vez más a menudo es muy probable que sea una de ellas.

Las vacunas han sido el avance que más ha transformado en el último año la lucha contra el covid-19. Sin embargo, pese a haber demostrado ser enormemente útiles en la disminución de la mortalidad y las hospitalizaciones, no han logrado que alcancemos la inmunidad, ni siquiera en países con el 80% de la población vacunada como España. Y mientras siga habiendo países enteros y grandes grupos de población sin vacunar, más fácil será el surgimiento de nuevas variantes de gravedad impredecible que retrasarán el final de la pandemia.

Foto: Vacunación en Sudáfrica. (Reuters)

Las farmacéuticas traen noticias alentadoras. Además de las vacunas, están desarrollándose una gran variedad de medicamentos que pueden ayudar a tratar el covid-19. Pueden resumirse en tres tipos: los antiinflamatorios, los antivirales y las terapias de anticuerpos. Los están desarrollando contrarreloj las farmacéuticas para dar con los medicamentos que neutralicen la enfermedad que produce el virus una vez contraído. También las agencias reguladoras están acelerando al máximo los trámites burocráticos para su aprobación.

Algunos medicamentos, como la dexametasona, un esteroide antiinflamatorio, ya existían antes de la llegada del covid, por ejemplo para enfermedades reumatoides, y han servido en los hospitales en la primera fase de la pandemia para salvar la vida de los pacientes gravemente enfermos, que necesitaban oxígeno y ventiladores. Las terapias de anticuerpos monoclonales, por su parte, han demostrado tener una eficacia alta, en torno al 80%, pero tienen dos inconvenientes: hay que administrarlos por vía intravenosa y son bastante más caros que los antivirales.

Lo que viene

La novedad más prometedora en la lucha contra la pandemia son dos nuevas pastillas anticovid. Mucho más fáciles de administrar que otros medicamentos por vía intravenosa son los antivirales molnupinavir y paxlovid. El primero, fabricado por Merck, se estima que reduce el riesgo de hospitalización y muerte un 30% cuando se toma dentro de los cinco días posteriores al inicio de los síntomas. La segunda píldora es de Pfizer y puede funcionar incluso mejor, ya que estima en un 85% la reducción de riesgo si se toma al inicio de los síntomas. La Agencia Europea de Medicamentos ya ha dado luz verde en Europa al uso del molnupiravir y a las píldoras de Pfizer, y estarán disponibles en 2022.

Foto: Pfizer anuncia los resultados finales del nuevo antiviral oral, Paxlovid

Tener pastillas que cualquier médico puede recetar al inicio de los síntomas y que baste ir a la farmacia para adquirir las pastillas con que curarse evitará que los contagiados del SARS-Cov-2 acaben hospitalizados y neutralizaría el temor al virus, cuya amenaza ya estamos viendo que no puede frenarse solo con vacunas. . Sin embargo, como su uso es útil solo en los primeros días de la infección, es fundamental garantizar la detección temprana de los positivos por covid para garantizar su efectividad, un enorme desafío ante la escasez de pruebas diagnósticas.

Estos nuevos medicamentos no acabarían con el virus, pero pueden convertir por fin el covid en una enfermedad respiratoria común, como el resfriado o la gripe, también para el 1% que corre peligro de muerte al contraerla. Podrían salvar la vida de las personas vulnerables, con alto riesgo de covid grave, si las tomaran de manera preventiva, antes incluso de arriesgarse a contraerla.

Si las nuevas mutaciones redujeran la efectividad de las vacunas, estas píldoras serían aún más importantes. Se están desarrollando, además, experimentos con otras píldoras antivirales que podrían traer medicamentos más potentes en los próximos años. Gracias a la inteligencia artificial, hay laboratorios analizando decenas de millones de compuestos para reconocer los mejores medicamentos potenciales.

placeholder Molnupiravir. (Reuters/Merck & Co)
Molnupiravir. (Reuters/Merck & Co)

Con la amenaza de ómicron y las demás variantes que podrían venir, puede que se necesite actualizar constantemente tanto las vacunas como los nuevos medicamentos. Esta puede ser una ventaja para las nuevas vacunas que, como la española de Hipra, no están aún en el mercado y pueden salir ya adaptadas directamente a la variante ómicron. La vacuna española, que está en fase dos de ensayo (inoculada en un millar de personas de 10 hospitales distintos), podría llegar a principios de 2022 y ser, según el Gobierno español, “una muy buena vacuna de refuerzo”.

Otra novedad muy esperada son las vacunas esterilizantes, es decir, que frenan la enfermedad e impiden el contagio. Algunos ensayos en humanos ya están probando nuevas vacunas nasales en 'spray' que, además, serían mucho más fáciles de administrar que por vía intravenosa. Diferentes laboratorios tanto en India como en Reino Unido ya están haciendo ensayos con humanos de vacunas nasales. En España, el CSIC lleva desde primavera investigando otra vacuna intranasal, pero están encontrando dificultades en el desarrollo.

No sabemos aún cuáles serán las mejores vacunas de la nueva generación, pero sí sabemos que no basta con que las farmacéuticas sean capaces de producir los millones de dosis necesarios para 2022, también urge que sean accesibles, igual que los medicamentos anticovid, para países en desarrollo. De ahí que las negociaciones de patentes y genéricos vayan a ser fundamentales este nuevo año.

Lo que falta

Otros remedios no necesitan de más avance científico, sino político. Una herramienta para frenar el virus que hace tiempo que está disponible, pero sigue sin ser tan accesible como debiera en España, son las pruebas de coronavirus. Mucho antes de que las pruebas de antígenos escasearan masivamente en buena parte de España en las vísperas de las celebraciones navideñas, ya era evidente que España va con retraso respecto a los países de su entorno en el acceso a pruebas diagnósticas de covid

Tener más test disponibles no solo será esencial para la prevención de contagios, también para el tratamiento, dado que para las píldoras antivirales de Merck y Pfizer, el diagnóstico precoz en los primeros cuatro días es fundamental.

Foto: Un test de antígenos covid muestra un resultado negativo. (Reuters)

Urgen pruebas mucho más rápidas y baratas. En la mayoría de países vecinos, los test de antígenos y las PCR han estado accesibles a cualquiera que quisiera hacérselos a las puertas de las universidades, centros comerciales y en las calles a un precio simbólico o directamente gratis. En España, los antígenos tardaron mucho en estar disponibles en las farmacias y, aun así, siguen costando tres veces más que en Portugal. En Francia, las PCR son gratuitas para vacunados.

Una vez que sabemos que incluso las personas vacunadas podemos transmitir el virus, facilitar un sistema de pruebas gratuitas o muy baratas, que sean omnipresentes, permite que cualquiera pueda hacerse un test antes de una clase, una reunión o una cena y ayudar así a disminuir la transmisión. Se ha hecho hincapié en que un test negativo puede dar una falsa sensación de seguridad, pero también la han dado las vacunas ante las nuevas variantes. Descubrir a tiempo un positivo ayudaría a evitar muchos contagios y a recibir tratamiento precoz.

placeholder Test de covid. (Reuters)
Test de covid. (Reuters)

Además de las mejoras científicas, olvidarnos del covid hasta el punto de interiorizarlo como una enfermedad más también requiere replantearse algunas prioridades del sistema sanitario. Según el Consejo Internacional de Enfermeras, una asociación que representa al sector en 130 países, las nuevas variantes de coronavirus pueden provocar un peligroso punto de inflexión en 2022. Alertan de una crisis en la fuerza laboral en el cuidado de la salud, ya que se están acelerando las jubilaciones del personal más mayor al tiempo que las condiciones salariales precarias no atraen nuevas vocaciones en el momento que más necesarias son. Ver la atención primaria desbordada por la variante ómicron no puede alegarse que sea una sorpresa. Hace semanas que hay estudios preliminares que alertaban de que podrían abrumarse los hospitales, al aumentar rápidamente la cantidad de pacientes que necesitan atención hospitalaria, por lo que era evidente que tener suficiente personal para evitar la saturación del sistema sanitario debería ser una prioridad de los gobiernos.

Lo que carece de sentido

Además de esperar mejores tratamientos y vacunas más efectivas, lo que podríamos esperar para el año nuevo es ir desterrando procedimientos inútiles que ahora ya sabemos que no ayudan a frenar el virus y, sin embargo, se han quedado estancados entre nosotros. La polémica más comentada ha sido la mascarilla en exteriores cuando no hay nadie alrededor, pero hay prácticas mucho más inútiles. Las mamparas y las barreras de plástico en restaurantes, salones de belleza y oficinas, por ejemplo, más que una falsa sensación de seguridad, deberían percibirse como un impedimento a lo que realmente garantiza mayor seguridad: la ventilación eficaz. Ya hay estudios que demuestran que esas mamparas no frenan el contagio del virus por aerosoles, ya que estos flotan por el aire, y lo que es peor, dificultan que el aire circule y se ventile apropiadamente la habitación.

Foto: Ilustración: Irene de Pablo.
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Por el contrario, actualizar mejoras en los sistemas de ventilación debería ser prioritario en todo tipo de establecimientos abiertos al público, incluidos los colegios. Respirar en entornos bien ventilados no es una responsabilidad individual, ni en oficinas ni en restaurantes. En muchos colegios se sigue pidiendo a los profesores que tengan abiertas las ventanas de las clases en enero, pero no es lo mismo en Antequera que en Getxo. ¿Dónde están las inversiones en filtros Hepa que pueden prevenir la propagación de patógenos por el aire?

Cuando consigamos volver a la normalidad y que el covid sea un virus respiratorio más, no está todavía claro qué pasará con las mascarillas en espacios públicos cerrados. Es muy probable que en exterior solo duren lo que el pico de contagios, pero en interiores vayan a permanecer muchos meses más. Si no todo el año, al menos de manera intermitente en función de cómo evolucionen los contagios. Los países que en verano las retiraron han vuelto a requerirlas tras comprobar que en espacios concurridos son uno de los métodos más eficaces para evitar contagios. Y en lugares como el transporte público concurrido y centros de salud y hospitales es fácil prever que la obligatoriedad de la mascarilla perdurará mucho más. Es más, aunque la ley deje de exigirlas, no sería extraño que las mascarillas permanezcan más tiempo en algunos contextos. Al fin y al cabo, es el primero de los antídotos que hemos tenido contra el covid.

Es demasiado pronto para saber cuánto durará la amenaza de la variante ómicron ni cómo de virulenta será, pero además de saber que acabamos el año con cifras récord de contagios, sabemos que va a determinar buena parte de 2022. Los expertos no descartan que después de esta mutación del coronavirus lleguen otras nuevas, otros apuntan que tras el explosivo número de contagios de ómicron puede estar el inicio del fin de la pandemia, pero en lo que todos están de acuerdo es en que el mejor antídoto para la incertidumbre van a ser los nuevos avances científicos.

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