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Fiebre, tos, dolores y vómitos: los virus que tapó el covid y ahora regresan con fuerza
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TANTO O MÁS QUE ANTES

Fiebre, tos, dolores y vómitos: los virus que tapó el covid y ahora regresan con fuerza

Nos invaden síntomas de enfermedades respiratorias e intestinales, y no siempre es covid. Tras un 2020 sin infecciones, han vuelto y no sabemos exactamente cuáles

Foto: ¿Tengo coronavirus, gripe o resfriado? Claves para diferenciar los síntomas. (Pexels)
¿Tengo coronavirus, gripe o resfriado? Claves para diferenciar los síntomas. (Pexels)

Si no te ha pasado, es probable que conozcas algún caso cercano en las últimas semanas: pacientes con síntomas respiratorios o gastrointestinales que se hacen el test del covid y da negativo. Muchas veces la enfermedad empieza por los niños, pero al final toda la familia acaba con fiebre, tos, dolores musculares, vómitos o diarrea. El abanico de síntomas del coronavirus es tan amplio que, en un primer momento, es inevitable pensar que podemos estar contagiados por SARS-CoV-2. Cuando el test sale negativo, a veces los síntomas son tan fuertes que casi ni es un consuelo. ¿Qué está pasando? ¿Qué otras enfermedades nos acechan?

En realidad, no es una sorpresa ni está fuera de lo común. Simplemente, las infecciones habituales de la época invernal han vuelto con fuerza después de que el año pasado apenas se registraran casos, particularmente de enfermedades respiratorias. Las mascarillas, el distanciamiento social y, en general, la ausencia de contactos sociales como consecuencia de las restricciones contra el covid cortaron las cadenas de transmisión de muchas otras enfermedades. La relajación de todas estas medidas y la comparación con 2020 hace que tengamos la percepción de que sufrimos un tsunami de enfermedades contagiosas, aunque los profesionales sanitarios creen que está siendo relativamente contenido. ¿Qué tienes si la prueba del covid ha dado negativo, pero no te puedes ni mover de la cama?

Foto: El VRS es la principal causa de hospitalización en bebés menores de un año.

Aparte del covid, el incremento de otras enfermedades infecciosas es “brutal” con respecto a 2020, pero solo se trata de “cifras ligeramente por encima de lo normal con respecto a antes de la pandemia”, comenta a Teknautas Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Incluso si tenemos en cuenta que en gran parte del país el frío del invierno se ha adelantado con respecto a lo habitual, no se trata de nada fuera de lo común, pero los médicos son prudentes a la espera de lo que suceda con la gripe, cuyo pico epidémico suele llegar a principios de año.

Entre esas enfermedades comunes que han vuelto destaca el caso del virus respiratorio sincitial (VRS), la principal causa de hospitalización en niños menores de un año debido a las bronquiolitis que provoca. El pasado invierno desapareció, pero resurgió totalmente fuera de temporada, en los albores del verano. Junto a este, otro clásico de las patologías infantiles está atacando especialmente en las guarderías: el pie-mano-boca, que provoca cuadros de fiebre y malestar general. Según los pediatras, también se han detectado casos de exantema súbito, enfermedad ocasionada por el virus herpes humano 6; y de herpangina, que provoca úlceras bucales y fiebre.

Entre los “sospechosos habituales” también están los adenovirus, los rinovirus y los rotavirus. Estos últimos destacan porque provocan síntomas gastrointestinales como vómitos, fiebre y deshidratación. Aparte de los virus, también reaparecen enfermedades bacterianas que eran habituales, como la amigdalitis estreptocócica, que está causada por estreptococos y cuyo principal síntoma es un fuerte dolor de garganta. En definitiva, “todas las infecciones víricas y bacterianas están circulando como hace dos años. Es complicado tener datos porque no se monitorizan ni hay registros públicos, pero nuestra percepción es que estas enfermedades han vuelto”, comenta David Andina, pediatra de urgencias en un hospital de Madrid.

placeholder Foto: EFE/EPA/Stephanie Lecocq.
Foto: EFE/EPA/Stephanie Lecocq.

Tal y como señala este médico, más allá del covid y la gripe, no se lleva a cabo un seguimiento de otras infecciones, así que no se conoce bien la situación epidemiológica de otras infecciones. En algunos hospitales, se realiza un diagnóstico diferencial a través de PCR, pudiendo distinguir hasta cuatro patógenos: gripe estacional, gripe A, VRS y covid. Los profesionales de Atención Primaria consideran que sería muy útil que ellos pudieran disponer de test rápidos que también incluyeran otras enfermedades, no solo covid. “Solo disponemos el test de antígenos para el coronavirus y el test de estreptococo para distinguir una amigdalitis bacteriana de una amigdalitis causada por un virus”, explica Armenteros. Esta última prueba es importante para que los médicos puedan decidir si tienen que dar antibiótico o no, puesto que no están indicados para enfermedades víricas.

El caso del VRS en adultos

A pesar de estas carencias, la situación está revelando algunas sorpresas. Por ejemplo, que enfermedades como el VRS y el pie-mano-boca, que se asociaban casi exclusivamente a los niños, también afectan a otras edades. Al realizar más pruebas, “nos hemos dado cuenta de que el virus respiratorio sincitial es muy frecuente en los adultos. Antes lo catalogábamos como infección respiratoria de las vías altas, en algunos casos podía ser similar a la gripe, pero no teníamos acceso a las pruebas de diagnóstico. Los dejábamos en un cajón de sastre muy amplio y ahora las estamos clasificando y acotando más”, comenta el portavoz de SEMG. Y esa manifestación en los adultos, en muchas ocasiones es bastante compleja: “No es una enfermedad leve, hay fiebre alta y malestar general, no es tan banal como un resfriado”.

El VRS sí se detectaba de vez en cuando en casos graves en ancianos. Sin embargo, en este momento de pandemia “se ve que afecta personas de edad media con muchas relaciones sociales y no tanto a la gente mayor, que se está cuidando mucho”. En ese sentido, Armenteros cree que la idea de que el foco de muchas infecciones respiratorias está en las guarderías y las escuelas es ligeramente equivocada, porque en realidad, “el adulto también contagia a otros adultos en el trabajo”. Todo es cuestión de “convivencia, cercanía y espacios cerrados”. Por eso, la relajación de las medidas de la pandemia trae de nuevo estas enfermedades.

Foto: Imagen de la vuelta al cole en Santiago. (EFE)

“Antes no había tanto interés en conocer el responsable de una infección respiratoria, pero ahora, con el aumento de las técnicas de PCR y las PCR múltiples, estamos identificando mejor cuáles son los virus que están produciendo los cuadros de infección respiratoria”, destaca Andina. No obstante, las pruebas, salvo en el caso del covid, suelen quedar reservadas para los ingresos. Si no es necesario llegar al hospital, una vez descartado el coronavirus, el interés por saber qué patógeno ha provocado una enfermedad es menor.

Meses de confusión en los centros de salud

En cualquier caso, los centros de salud llevan meses sufriendo esta situación. Todo empezó en septiembre. “Es un clásico. Al inicio de la época escolar ya empieza a haber casos de catarro común o infecciones respiratorias de vías altas. Este año regresaron con la incidencia iba bajando, pero no podíamos bajar la guardia, así que a toda infección le hacíamos un test de forma sistemática y empezamos a ver que casi siempre era negativo”, relata Vicente Baos, médico de familia. Eran cuadros catarrales sin complicaciones, pero indistinguibles de un covid leve. “Al ver que la tasa de negativos era tan alta, evidentemente, tenía que ser porque había otros virus, pero en Atención Primaria, yo no puedo ver saber si un paciente tiene un adenovirus o un rinovirus”, explica.

En cualquier caso, la situación epidemiológica a comienzos del pasado otoño suponía un dilema para el sistema sanitario que aún está por resolver. “¿Todo es covid mientras no se demuestre lo contrario?”, se pregunta Baos, porque dedicar tiempo y esfuerzo a realizar antígenos y PCR para cualquier catarro es inasumible. Sin embargo, “las autoridades sanitarias no han reaccionado, los protocolos siguen siendo los mismos antes y después, definen como cualquier caso sospechoso de coronavirus a cualquier síntoma de infección respiratoria de cualquier tipo y gravedad”. En otras palabras: nadie le ha dicho a los médicos de familia lo que tiene que hacer y, siguiendo estrictamente el protocolo, deberían realizarle pruebas a todo el mundo con síntomas compatibles.

placeholder Mascarilla tirada. (EFE)
Mascarilla tirada. (EFE)

El problema es que esto “choca con la realidad” de unos centros de salud desbordados. Así que, en la práctica, “en un contexto de incidencia baja, decidías en función de si el paciente estaba vacunado o de si había tenido algún contacto”. Este procedimiento, “tiene un margen de error muy alto y se te puede estar escapando el covid”. A pesar de que “no hay ninguna guía oficial que se atreva a decir que no se debe hacer un test de covid por una infección respiratoria de vías altas”, la realidad es que tampoco se ha podido hacer porque el volumen de consultas ha sido ingente por varios motivos. “Otros años nadie pedía cita por un catarro común y este año todo el mundo va por cualquier cosa”, apunta Baos. Aunque también existe el efecto contrario: muchos pacientes que prefieren no comunicar nada para no someterse a las pruebas. El resultado: “Durante los meses de septiembre, octubre y noviembre hemos hecho lo que hemos podido y ha habido una confusión enorme”.

¿Qué sucede ahora? La incidencia de covid real se ha disparado y, con ella, la situación es aún más caótica. No queda más remedio que “hacer antígenos o PCR a todo el que podemos”, señala el médico. Pero la tarea es inabarcable porque las enfermeras dedican mucho tiempo a vacunar, los pacientes crónicos han recuperado sus consultas presenciales y mucha gente joven y sana que en circunstancias normales no pisaría un centro de salud, va por si tiene covid. “El desbordamiento es absoluto y nos falta apoyo”, lamenta.

El covid, la gripe y el virus respiratorio sincitial son los tres virus respiratorios de vigilancia obligatoria, aunque la PCR se puede aplicar a cualquier virus y algunos hospitales lo hacen. “Son los que nos dicen que el adenovirus o el rinovirus está circulando, porque lo pueden ver en su laboratorio, pero esa información es escasa, está fragmentada y no se difunde”, lamenta el médico. “Cada hospital tiene sus datos y no están disponibles públicamente, sigue habiendo mucha fragmentación y el resto de los facultativos no nos enteramos. Para este tipo de temas la salud pública sigue siendo un desastre organizativo, a pesar de la importancia que esto tiene ahora”, afirma.

placeholder Catarro.
Catarro.

La pandemia debería cambiarlo todo

En este sentido, los profesionales de la salud creen que la pandemia debería servir, al menos, para mejorar la información epidemiológica, que es esencial para interpretar la realidad. “Cuando veo los síntomas de un catarro, me gustaría saber si predomina la circulación de adenovirus o si lo más probable es que sea covid”, apunta Baos. “Todo eso debería ser fluido, ágil y bien difundido entre los profesionales”, reclama, porque resultaría muy útil siempre y fundamental mientras el SARS-CoV-2 siga siendo un motivo de alarma.

Por su parte, Armenteros es optimista. “Se va a incrementar el diagnóstico específico con pruebas rápidas, vamos a saber con mayor certeza cuál es la enfermedad del paciente”, afirma. En su opinión, es absolutamente necesario mejorar el sistema, porque ni siquiera los datos de la gripe son lo suficientemente buenos. “La gripe se suele diagnosticar por el cuadro clínico, pero sería importante hacerlo a través de test rápidos para tomar medidas, ya que se trata de una patología que puede ser grave en algunas personas mayores o con problemas respiratorios”, comenta. Al 80% de los pacientes de gripe se les diagnostica únicamente por observación clínica. Generalmente, son los que acuden a centros hospitalarios (a veces por otros motivos distintos a la infección gripal).

No obstante, los médicos de Atención Primaria son conscientes de que ampliar las técnicas de diagnóstico a otras enfermedades supone muchos más recursos. “Hablamos de recursos económicos y de tiempo”, señala el portavoz de la SEMG, “pero la ventaja epidemiológica sería muy clara. La clínica es la base del diagnóstico y del tratamiento, pero los test nos darían una mayor cercanía a lo que está ocurriendo en la realidad”.

Si no te ha pasado, es probable que conozcas algún caso cercano en las últimas semanas: pacientes con síntomas respiratorios o gastrointestinales que se hacen el test del covid y da negativo. Muchas veces la enfermedad empieza por los niños, pero al final toda la familia acaba con fiebre, tos, dolores musculares, vómitos o diarrea. El abanico de síntomas del coronavirus es tan amplio que, en un primer momento, es inevitable pensar que podemos estar contagiados por SARS-CoV-2. Cuando el test sale negativo, a veces los síntomas son tan fuertes que casi ni es un consuelo. ¿Qué está pasando? ¿Qué otras enfermedades nos acechan?

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