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Un estudio señala las estrellas parecidas al Sol que habrían devorado uno de sus planetas
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Según una investigación

Un estudio señala las estrellas parecidas al Sol que habrían devorado uno de sus planetas

El trabajo encabezado por Lorenzo Spina contribuiría al estudio sobre cómo y por qué surgió la vida en la Tierra

Foto: Representación artística que muestra la vista desde el planeta del sistema TOI-178, que tiene la órbita más alejada de la estrella
Representación artística que muestra la vista desde el planeta del sistema TOI-178, que tiene la órbita más alejada de la estrella

Un nuevo artículo en la Nature Astronomy señala que una cuarta parte de las estrellas similares al Sol ha engullido uno de sus propios planetas. Con su trabajo, los expertos muestran que muchos sistemas planetarios son inestables a diferencia del nuestro. Este hallazgo arrojaría más luz en la búsqueda de mundos similares a la Tierra.

"La idea de que los sistemas planetarios pueden ser muy distintos entre sí sugiere que su desarrollo fue muy diverso, probablemente como consecuencia de una fuerte sensibilidad a las condiciones iniciales", ha escrito el equipo de investigadores en el artículo. Los expertos han proseguido diciendo que "los procesos dinámicos en los sistemas más caóticos probablemente han desestabilizado las órbitas planetarias, obligándolas a sumergirse en la estrella anfitriona".

Foto: Cataratas de Iguazú, en Argentina. (EFE)

Muchos científicos señalan que el Sol es una rareza en la Vía Láctea. Alrededor del 75% de las estrellas son de tipo M, conocidas como enanas rojas (pequeñas, frías y muy longevas). Sin embargo, el Sol es de tipo G, una enana amarilla que forma parte de un reducido 7%. La segunda rareza del cuerpo celeste que da nombre a nuestro sistema es su soledad. Los expertos creen que la mayoría de las estrellas de la Vía Láctea cuentan con una compañera.

Durante la formación de una estrella se constituye un disco que la nutre durante su crecimiento. Este podría fragmentarse y crear una segunda estrella, fenómeno que se conoce como estrellas binarias. Una vez completado el proceso, el material sobrante del disco originaría planetas, cinturones de asteroides y cometas, lo que se conoce como sistema planetario.

Un componente anómalo

Al haberse constituido a partir de la misma masa material, las estrellas binarias deberían contar con una composición química similar. Sin embargo, el equipo de astrónomos encabezado por Lorenzo Spina, del Observatorio Astronómico de Padua (Italia), y de la Universidad de Monash (Australia), ha encontrado en la composición de una muestra de 107 pares de estrellas con temperaturas y gravedades similares un gran número de binarias con una química que no coincidía.

"Aunque se espera que las estrellas de los sistemas binarios cuenten con un patrón químico idéntico, los componentes estelares de 33 pares de nuestra muestra tienen abundancia de hierro que es anómalamente diferente", han escrito los investigadores en su artículo. Según Science Alert, esto sugiere que todas las estrellas similares al Sol tendrían de un 20% a un 35% de posibilidades de comerse a sus planetas.

Foto: Ilustración de un planeta con una civilización avanzada orbitando una estrella binaria. (NASA ILM)

Este descubrimiento facilitaría el estudio de otros sistemas planetarios. Y es que, hasta ahora se han confirmado más de 4.500 exoplanetas que contarían con una constitución variada. De momento, la investigación propone que los sistemas que orbitan alrededor de estrellas similares al Sol tuvieron un comienzo de vida muy turbulento.

El trabajo del equipo de Spina contribuiría igualmente a futuros estudios sobre cómo y por qué surgió la vida en la Tierra, ya que su trabajo analiza exclusivamente estrellas binarias. Aun así, la investigación sugeriría que los sistemas de más de una estrella resultan desordenados para las condiciones estables que pueden ser necesarias para la vida.

Un nuevo artículo en la Nature Astronomy señala que una cuarta parte de las estrellas similares al Sol ha engullido uno de sus propios planetas. Con su trabajo, los expertos muestran que muchos sistemas planetarios son inestables a diferencia del nuestro. Este hallazgo arrojaría más luz en la búsqueda de mundos similares a la Tierra.

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