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Vacunar animales para proteger a personas: la propuesta española para evitar otro covid
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De vacuna humana a animal

Vacunar animales para proteger a personas: la propuesta española para evitar otro covid

La inmunización de las mascotas contra el SARS-CoV-2 ya está en la mente de los investigadores, una cuestión que ganaría importancia si las vacunas humanas no logran cortar por completo la transmisión vírica

Foto: Un gato recibe una vacuna contra el covid-19 en una clínica en Moscú. (Reuters)
Un gato recibe una vacuna contra el covid-19 en una clínica en Moscú. (Reuters)

Aunque falta mucho por aclarar sobre el origen de la pandemia, la principal hipótesis sigue siendo que los animales jugaron un papel fundamental. Después, una vez que el SARS-CoV-2 circulaba entre los seres humanos, varias especies se contagiaron a través de nosotros. Entre ellas, destaca el caso de los felinos. La prestigiosa revista científica 'PNAS' recogió el caso del primer gato español en el que se pudo documentar la infección por covid. Se llamaba Negrito y convivía con una familia afectada por la enfermedad, con un fallecimiento. Casi al mismo tiempo, la mascota tuvo dificultades respiratorias muy graves y acabó en el Hospital Veterinario Sant Mori de Badalona, donde se le diagnosticó cardiomiopatía hipertrófica felina y se le practicó la eutanasia porque su estado era terminal.

En las instalaciones de Alto Nivel de Bioseguridad del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA), del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), se le practicó una necropsia que confirmó su enfermedad (aunque no estaba necesariamente relacionada con el SARS-CoV-2), la PCR salió positiva y este centro dio a conocer lo ocurrido en mayo de 2020. La secuencia genética del virus confirmó que era casi idéntico al que mantenía confinados a los humanos. Otro gato que vivía en el mismo hogar, llamado Whisky, también tenía anticuerpos, pero no desarrolló síntomas.

Foto: Foto: EFE.

Un año más tarde, las vacunas permiten ser más optimistas con la evolución de la pandemia, pero algunos investigadores no pierden de vista a los animales domésticos. De hecho, el IRTA ha estado analizando muestras y ha realizado pruebas de anticuerpos de forma sistemática para comprobar hasta qué punto es frecuente el contagio. Por su parte, algunos expertos van más allá y no descartan que sea conveniente vacunar también a las mascotas. “Cuantos más hospedadores de dos y de cuatro patas estén inmunizados, más puertas cerradas encontrará el virus”, declara a Teknautas María Montoya, viróloga del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC).

placeholder Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

De hecho, es muy posible que la transmisión del covid de humanos a animales amplifique las mutaciones y, a su vez, vuelva a infectar a los humanos con variantes más letales, según explicaron en enero investigadores chinos. “Si piensas en términos de salud global, es bastante obvio que hay que proteger todo organismo susceptible de ser infectado, y no somos solo nosotros. Cuanto más circule el virus en hospedadores diferentes, más posibilidades hay de que mute y de que volvamos a tener un problema. Así que una vez que tengamos inmunizada a la población, una posibilidad es plantearnos hacer vacunas para animales de compañía, es algo que tenemos en mente, un tema importante”, afirma la investigadora del CIB-CSIC.

Por el momento, se han documentado bastantes casos de transmisión de humanos a animales, pero no de animales a humanos. No obstante, “si va en esa dirección, es muy probable que también vaya a la inversa”. ¿En qué medida sería un problema si tenemos a la población humana vacunada? “Hay que evitar la transmisión”, destaca Montoya. “Veremos cómo son las siguientes vacunas, pero las que tenemos ahora, las de primera generación, evitan la enfermedad grave, pero no la infección ni la transmisión. El coronavirus sigue circulando y lo que consiguen las vacunas es que no nos pongamos malos”, recuerda. Mientras el SARS-CoV-2 se siga transmitiendo, puede seguir mutando e infectar a los animales. Por eso, “tenemos que proteger a los animales que conviven con nosotros, a los cuales podemos contagiar”.

De vacuna humana a animal

La investigadora del CIB-CSIC y su equipo están centrados en el desarrollo de una de las vacunas españolas más avanzadas frente al covid, un proyecto que lidera Vicente Larraga y que tiene previsto iniciar próximamente los ensayos clínicos si la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) da el visto bueno.

“Está funcionando bien, estamos contentos y, aunque queda mucho por delante, creo que va a salir, porque tenemos resultados bastante buenos”, asegura. Se trata de una vacuna sintética de ADN cuyo procedimiento está basado, precisamente, en el que utilizó anteriormente Larraga para desarrollar una vacuna animal, contra la leishmaniosis canina, que se encuentra en la fase IV, de solicitud de permiso de fabricación y comercialización a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés). Así, la nueva vacuna frente al covid tendría la ventaja de que el desarrollo industrial, en el que participa la empresa Biofabri, del Grupo Zendal, ya está avanzado.

placeholder María Montoya, viróloga del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC).
María Montoya, viróloga del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC).

Precisamente, el hecho de que esta vacuna para humanos esté basada en una anterior vacuna animal hace pensar a los investigadores que sería factible recorrer el camino inverso si en un futuro inmediato se plantea la vacunación de animales de compañía frente al covid. “Es un proceso complicado y, lógicamente, hay que hacer estudios, pero está claro que nos podemos basar en las vacunas que se han hecho para las personas”, apunta Montoya.

En líneas generales, “el desarrollo de vacunas ha logrado unos avances gigantescos y tenemos que ver cómo aplicar a otros organismos, a otras enfermedades y a otros animales, por ejemplo, las nuevas vacunas de ARN mensajero. Hay que aprovechar todo el conocimiento que hemos adquirido”, destaca la investigadora. Otra cuestión es que farmacéuticas como Pfizer y Moderna estén interesadas en dar el salto. “Es una decisión comercial, tienen que verlo las empresas. En teoría, se puede hacer, pero el precio de las vacunas tendrá que adaptarse”, explica.

Aunque la salud humana y la veterinaria puedan parecer realidades diferentes, su objetivo no deja de ser “proteger un organismo frente a un patógeno, así que en realidad no hay tanta diferencia, la frontera no es tan rígida”. De hecho, en España no había fábricas de vacunas para humanos hasta esta pandemia, pero las empresas que producían las de animales se han reconvertido para fabricar las del covid.

¿A qué animales podemos contagiar?

En definitiva, el desarrollo de vacunas del covid para animales “está claramente en el horizonte”, pero si este mercado llega a explotar y a ser más o menos importante dependerá sobre todo de qué especies vamos a tratar de proteger. Por el momento, los felinos son los más claramente afectados, no solo por los casos detectados en gatos domésticos, sino también por otros positivos en leones y tigres de zoos a partir del contacto directo con sus cuidadores. No obstante, en su mayoría, se trata de casos leves. En principio, los perros preocupan menos, aunque también han dado positivo, especialmente con la variante británica, según un 'preprint' publicado en marzo.

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Foto: EFE.

Los animales de granja también tienen un estrecho contacto con los humanos, pero la mayoría no se contagia: ni cerdos, ni pollos ni vacas son susceptibles de infección. “Esto ayuda mucho, de no ser así, sería mucho más complicado”, asegura Montoya. Otra cosa son las granjas de visones especializadas en la producción de pieles, que han dado mucho que hablar y han protagonizado sacrificios masivos de estos animales para impedir la transmisión. En algún caso puntual, se han encontrado visones silvestres infectados.

Generalmente, preocupa la circulación de los virus transmisibles a humanos cuando se produce en animales que pueden servir de reservorio, es decir, que pueden alojar un patógeno de forma indefinida y, a partir de ahí, propagar la enfermedad en cualquier momento. Sin embargo, en el caso del SARS-CoV-2, podríamos estar ante una situación distinta. “Cuando hablamos de reservorio, nos referimos a animales salvajes, en los que un virus se puede mantener de forma estable durante generaciones. En cambio, los animales domésticos normalmente son uno o dos, y los que están en zoos están muy controlados sanitariamente”, señala la investigadora del CIB-CSIC.

En ese sentido, es mucho más difícil que los gatos o los perros puedan suponer un problema para el control de la pandemia. Aunque en algunas zonas rurales haya ejemplares callejeros o silvestres que campen a sus anchas, lo normal es que no se establezcan redes de transmisión importantes por falta de contacto con otros animales domésticos. En cualquier caso, aunque no se den las condiciones para una transmisión generalizada, “tenemos que cuidar no solo de nuestra salud sino también de los animales con los que convivimos”.

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Foto: Reuters.

Por eso, los veterinarios llevan tiempo difundiendo el concepto 'one health', que considera que todas las disciplinas deben trabajar al unísono porque la salud humana es inseparable de los animales y el medio ambiente. “Cuanto más sanos estén los animales que nos rodean, más sanos estaremos nosotros, porque las recombinaciones genéticas de patógenos como el coronavirus o la gripe pueden producir virus con poder pandémico”, afirma Montoya. El último ejemplo es el virus de gripe aviar H10N3, descubierto en un hombre de 41 años que ha tenido que ser hospitalizado esta semana en China.

La investigadora del CIB-CSIC ha dedicado los últimos 15 años a estudiar el virus de la gripe, especialmente en cerdos, hurones y ratones. “El virus de la gripe es de los que más varían, se recombina y muta; nos puede dar guerra en los próximos años porque infecta a aves y a todos los mamíferos”. De hecho, recuerda que la primera pandemia del siglo XXI fue la de gripe A, en 2009. “Aunque no llegó al nivel del covid, nos dio un toque” que sigue teniendo relevancia, puesto que la gripe es la enfermedad “que más fichas tiene para volver a causar otro brote pandémico”, advierte.

Aunque falta mucho por aclarar sobre el origen de la pandemia, la principal hipótesis sigue siendo que los animales jugaron un papel fundamental. Después, una vez que el SARS-CoV-2 circulaba entre los seres humanos, varias especies se contagiaron a través de nosotros. Entre ellas, destaca el caso de los felinos. La prestigiosa revista científica 'PNAS' recogió el caso del primer gato español en el que se pudo documentar la infección por covid. Se llamaba Negrito y convivía con una familia afectada por la enfermedad, con un fallecimiento. Casi al mismo tiempo, la mascota tuvo dificultades respiratorias muy graves y acabó en el Hospital Veterinario Sant Mori de Badalona, donde se le diagnosticó cardiomiopatía hipertrófica felina y se le practicó la eutanasia porque su estado era terminal.

Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ADN Pfizer
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