Pfizer ofrece a sus trabajadores en España vacunarse en secreto al margen de Sanidad
Documentos internos a los que ha accedido El Confidencial muestran que la farmacéutica da a sus trabajadores la oportunidad de inmunizarse con Comirnaty, pero sin poder difundirlo
Pfizer España ha ofrecido a sus empleados administrarles su vacuna de ARN al margen de la estrategia de vacunación propuesta por Sanidad. La empresa, fabricante de la primera vacuna aprobada en España contra covid-19 (Comirnaty) sería la primera plataforma del sector privado en ofrecerla a sus trabajadores.
Según ha podido conocer El Confidencial, la filial española de la farmacéutica —809 trabajadores en 2020— solo ha restringido la vacuna a aquellos empleados con un historial de complicaciones de sangrado o reacciones alérgicas. Tanto embarazadas como pacientes de afecciones "crónicas pero estables" pueden acceder a este plan privado de vacunación con la autorización de un médico.
"Pfizer ha comenzado a ofrecer la vacunación 'in situ' contra el covid-19 a sus empleados esenciales, por ejemplo los que trabajan en las plantas de fabricación, que son fundamentales para el esfuerzo de vacunación y el suministro continuo de todos los medicamentos de Pfizer", explican desde la compañía a El Confidencial, poniendo como ejemplo los de centros de fabricación como los que Pfizer tiene en Kalamazoo (Míchigan, EEUU) y Puurs (Bélgica).
Aunque actualmente la producción se ha ampliado a otros centros como el que BioNTech —la empresa que dio con la idea para crear la vacuna— tiene en la ciudad alemana de Marburg, los documentos examinados por El Confidencial se circunscriben, sin embargo, a nuestro país, donde de momento no existen plantas que estén produciendo la vacuna Comirnaty. Las primeras vacunas están destinadas, según confirma la empresa, a los empleados de la planta biotecnológica que Pfizer tiene en San Sebastián de los Reyes.
"Las dosis de vacunas que se utilizarán para este programa son independientes y distintas de las comprometidas por Pfizer con los gobiernos de todo el mundo y no afectarán en modo alguno al suministro a los gobiernos nacionales", añaden desde la farmacéutica.
Pfizer ha aludido a una política corporativa para pedir a aquellos empleados que acepten vacunarse no compartir ningún tipo de información al respecto. "Siendo conscientes de que existirá el deseo de compartir noticias e imágenes sobre el proceso de vacunación en redes sociales u otros medios", se lee en el comunicado de la empresa, "Pfizer ha solicitado a todos sus empleados que no se publique información, imágenes o vídeos sobre la campaña de vacunación de Pfizer en ningún medio social y bajo ningún perfil".
Lo siguiente que afirma el comunicado es que "así ha sido acordado con las administraciones y es preciso que tenga lugar al tratarse de un evento de Pfizer", dando a entender que el sector público es consciente de este proceso privado de vacunación de la farmacéutica estadounidense.
Pfizer subraya en el comunicado que la campaña ha sido acordada con la Administración
Los empleados que acepten participar en este proceso tienen que firmar un consentimiento informado donde confirman su decisión de recibir la vacuna sin que exista ningún tipo de obligación por parte de la compañía, además de suscribir un acuerdo de privacidad y de no difusión en redes sociales, una medida que "pretende preservar a los empleados de acciones públicas que puedan llegar a considerarse promoción de medicamentos".
Los candidatos a vacunarse tienen que rellenar, además, un cuestionario de 11 preguntas: "¿Tienes fiebre (temperatura >38 °C) o te sientes enfermo hoy?", "¿Has tenido alguna vez una reacción alérgica aguda a algo?", "¿Has recibido anteriormente alguna otra dosis de la vacuna Covid-19?" o "¿Padeces algún trastorno hemorrágico?".
El Confidencial ha podido acceder a uno que ya estaba relleno, entendiendo por ello que el proceso privado de vacunación está ya en marcha.
La vacunación en las empresas
Pese a que la vacuna Comirnaty de Pfizer está siendo administrada a ciudadanos por encima y por debajo de los 60 años, la medida es controvertida, ya que abriría la puerta a que otras compañías como AstraZeneca o Johnson & Johnson —ambas cuentan con entre 700 y 800 trabajadores en sus filiales españolas— ofertaran a sus empleados sus vacunas independientemente de su condición, franja de edad o las recomendaciones de Sanidad para ese suero vacunal concreto.
Los principales fabricantes, como Pfizer o AstraZeneca, declararon que solo suministrarían vacunas al sector público de los países, pero la autoadministración de la misma entre sus empleados también inyecta presión en las negociaciones entre el Gobierno y actores como la CEOE, que lleva varias semanas demandando que las empresas puedan adquirir vacunas para inmunizar a sus empleados, o la Comunidad de Madrid, que ya ha lanzado estas mismas propuestas.
Hasta el momento, las últimas reuniones con el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones tendieron un puente para que las empresas pudieran poner sus instalaciones a disposición del Gobierno para aumentar los puntos de vacunación, comenzando por los centros asistenciales de las mutuas. Sin embargo, José Luis Escrivá dijo el mes pasado que la adquisición de vacunas por parte de las empresas para vacunar a sus propios empleados no estaba sobre la mesa.
La situación es variable en función del país. En Estados Unidos, mientras Moderna abrió la puerta a la posibilidad de vacunar a sus propios empleados, Pfizer dijo que se adecuaría a los tramos de edad señalados por las instituciones.
En Irlanda, donde Pfizer tiene más de 4.000 empleados, dijeron, sin embargo, en enero, que aquellos que resultaran esenciales para el proceso de fabricación de la vacuna serían vacunados. Hace unas semanas, la empresa informó a sus empleados que en próximos meses les ofrecerían la vacuna a los familiares de los empleados que quisieran administrársela, todo ello a cargo de Pfizer y al margen de las vacunas adquiridas dentro del plan oficial de vacunación. Antes de ello también trascendió que la empresa iniciaría en abril la vacunación de sus empleados no esenciales, unas 1.000 personas, aproximadamente el 25% de su plantilla allí.
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Pfizer España ha ofrecido a sus empleados administrarles su vacuna de ARN al margen de la estrategia de vacunación propuesta por Sanidad. La empresa, fabricante de la primera vacuna aprobada en España contra covid-19 (Comirnaty) sería la primera plataforma del sector privado en ofrecerla a sus trabajadores.
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