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Científicos españoles hallan el enterramiento humano más antiguo de África
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Hace 78.300 años

Científicos españoles hallan el enterramiento humano más antiguo de África

La tumba de un niño encontrada en Kenia y estudiada por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos revela nuevos datos sobre los orígenes del 'Homo sapiens'

Foto: Interpretación artística del entierro de Mtoto. (Fernando Fueyo)
Interpretación artística del entierro de Mtoto. (Fernando Fueyo)

Los investigadores lo han llamado Mtoto, que significa 'niño' en suajili. Tenía entre dos años y medio y tres años cuando fue enterrado deliberadamente en una tumba poco profunda hace 78.300 años, a la entrada de la cueva Panga ya Saidi, en la actual Kenia. Es el enterramiento humano más antiguo encontrado hasta ahora en África, el continente del que procede nuestra especie, un hallazgo tan extraordinario que merece la portada de la revista 'Nature' de esta semana y que está protagonizado por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos.

Para los científicos, es una prueba más de que el 'Homo sapiens' ya tenía comportamientos sociales complejos en la Edad de Piedra Media. Apenas se sabe nada de las prácticas mortuorias en esta época y en ese continente, pero “la realización de actos rituales, gestos que no tienen una finalidad práctica, ponen de manifiesto la complejidad mental y social de una especie que mantiene vínculos con los demás incluso cuando ya han muerto”, explica a Teknautas María Martinón-Torres, directora del CENIEH y primera autora del artículo científico que da a conocer el hallazgo.

Foto: Hallados en Marruecos los restos del 'Homo sapiens' más antiguo del mundo. (EFE)

Un grupo internacional de científicos realizaba excavaciones en Panga ya Saidi desde 2010. Aunque encontraron parte de los huesos del niño en 2013, hasta 2017 no acabaron de despejar la pequeña fosa que contenía sus restos, a unos tres metros por debajo del nivel actual de la cueva. Los huesos estaban agrupados, pero parecían demasiado delicados para poder estudiarlos 'in situ'. Además, “no estábamos seguros de lo que habíamos encontrado”, reconoce Emmanuel Ndiema, investigador de los Museos Nacionales de Kenia, una de las instituciones implicadas en el hallazgo.

placeholder Reconstrucción virtual de los restos. (Jorge González / Elena Santos)
Reconstrucción virtual de los restos. (Jorge González / Elena Santos)

Así que los restos de Mtoto fueron trasladados a los laboratorios de Burgos, donde podían recibir un tratamiento especializado. Dos dientes hacían sospechar a los científicos que se trataba de restos humanos y un análisis minucioso en el CENIEH, que llevó meses de trabajo, no solo lo confirmó, sino que reveló nuevos detalles, algunos asombrosos. Varias articulaciones estaban intactas, por ejemplo, la de la mandíbula y la de la columna vertebral con las costillas. Se conservaba incluso la curvatura del tórax, así que los expertos deducen que el entierro no sufrió perturbaciones y que la descomposición del cuerpo tuvo lugar justo en el pozo donde se encontraron los huesos.

Probablemente, el cadáver se cubrió rápidamente después del entierro, dadas las características del suelo circundante, y estaba bien envuelto en un sudario. Esto significa que Mtoto fue enterrado intencionalmente y con mucha delicadeza. Se encontraba flexionado, acostado del lado derecho con las rodillas hacia el pecho, y los investigadores creen que pudo tener la cabeza apoyada sobre un soporte perecedero, como una almohada. Este detalle indica que los miembros de su comunidad pudieron haber realizado algún rito funerario. “Esta ternura hacia alguien que ya no está vivo es un comportamiento muy humano”, afirma Martinón-Torres.

De hecho, revela la existencia de un pensamiento simbólico: “Alguien se muere, pero no deja de existir para el grupo, de ahí que la comunidad se despide de él, lo respeta, lo recuerda”, destaca la investigadora. Esta complejidad “está presente en 'Homo sapiens', pero también lo estaba en los neandertales, quienes también enterraron a sus muertos”. Sin embargo, los entierros de neandertales y humanos modernos en Europa y Asia se remontan hasta hace 120.000 años e incluyen adultos y una alta proporción de niños y jóvenes.

placeholder Excavación. (Mohammad Javad Shoaee)
Excavación. (Mohammad Javad Shoaee)

En este caso, la datación por luminiscencia no deja lugar a dudas de que Mtoto fue enterrado hace exactamente 78.300 años. “Es un método que se basa en la propiedad que poseen ciertos minerales de acumular cargas eléctricas en su estructura mineral y de liberar esas cargas en energía lumínica al someterlas a un estímulo exterior. Mediante esta técnica se puede datar el último evento en el que el material haya estado expuesto a la luz solar, posteriormente enterrado y protegido de esta fuente de luz”, comenta la experta.

El misterio de África

¿Por qué se encuentran enterramientos más antiguos en otros continentes si África es la cuna de la humanidad? “Sigue siendo un misterio”, afirma la directora del CENIEH. Las razones pueden ser varias y entre ellas estaría la falta de excavaciones en ciertas áreas geográficas. No obstante, también es posible “que los primeros enterramientos sucedieran en realidad en Eurasia y se extendieran a África más tarde”. Los científicos tampoco descartan “que las prácticas funerarias en África fueran diferentes de las de Eurasia y dejen otro tipo de rastro difícil de encontrar o afecte a su preservación si, por ejemplo, se dejan al aire libre o en lugares menos protegidos”. Asimismo, es posible que los enterramientos de los niños implicasen algún tipo de tratamiento especial con respecto a los adultos.

En definitiva, falta más trabajo de campo y más investigación, pero no cabe ninguna duda de que el hallazgo es muy especial por tratarse de “la evidencia sólida más antigua de comportamiento funerario en África”. Este continente no solo es la cuna biológica, sino también cultural de nuestra especie, pero no hay pruebas tan claras como las encontradas en esta cueva cercana a la costa del océano Índico.

placeholder Reconstrucción virtual del enterramiento. (Jorge González/Elena Santos)
Reconstrucción virtual del enterramiento. (Jorge González/Elena Santos)

Más allá de los detalles del enterramiento, el hecho de que haya aparecido un 'Homo sapiens' en este yacimiento de Kenia es muy relevante, ya que se habían encontrado herramientas de piedra, un tipo de tecnología que está vinculada a más de una especie de homínido. Al aparecer los restos del niño en los mismos niveles arqueológicos queda claro que los humanos modernos son los responsables de la fabricación de estos utensilios. Así, queda reforzada la idea de que gran parte de las características del ser humano moderno nos acompañan desde hace decenas de miles de años: la tecnología, la organización social, el simbolismo o la explotación del paisaje tienen su raíz en la Edad de Piedra.

El CENIEH, referente internacional

En este mismo número de 'Nature', Louise Humphrey, del Museo de Historia Natural de Londres, escribe un artículo para contextualizar la importancia del hallazgo. Según explica, un entierro puede documentar toda una secuencia de acciones bien planeadas, como la creación de un espacio artificial para contener el cuerpo, su colación en ese lugar o la cubierta del mismo. Cada una de estas etapas dejan vestigios arqueológicos, pero no siempre son evidentes. Además, es necesario inferir si hay algún significado unido al tratamiento de los muertos más allá de las medidas prácticas para la vida del grupo, como evitar atraer animales o prevenir la contaminación del espacio por la degradación del cuerpo. En este caso, parece demostrado que hay algo más. “El trato a los muertos está relacionado con nuestra comprensión de los comportamientos simbólicos y el uso de paisaje, recursos y tecnología”, resume.

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Cueva Panga ya Saidi. (Mohammad Javad Shoaee)

Este trabajo científico cuenta con la participación de investigadores de Australia, Canadá, Francia, Alemania, Noruega, Sudáfrica, Reino Unido y EEUU, pero está liderada por el CENIEH, así que supone un “escaparte mundial” para este centro, opina su directora. “El CENIEH ha sido responsable de la excavación, tanto manual como virtual, del bloque de sedimento que contenía los huesos y del estudio del fósil humano”, destaca. Este estudio abarcó desde la identificación de la especie y la edad del niño, a la reconstrucción forense con la que se ratifica que se trata de un enterramiento.

Desde el punto de vista científico, el trabajo es extraordinario, porque se han utilizado todos los métodos disponibles del ámbito de la paleontología y de las ciencias forenses para reconstruir la secuencia de eventos relacionados con el enterramiento de Mtoto. Por ejemplo, la ayuda de técnicas de imagen ha sido fundamental para proceder a la excavación del sedimento que contenía sus restos y para determinar que el cadáver fue depositado deliberadamente en un espacio excavado para este fin. Asimismo, el estudio microscópico de los huesos resultó fundamental para poder interpretar cómo se llevó a cabo la inhumación. Esos detalles y la capacidad para interpretarlos revelan datos fundamentales para entender la trayectoria de nuestra especie.

Los investigadores lo han llamado Mtoto, que significa 'niño' en suajili. Tenía entre dos años y medio y tres años cuando fue enterrado deliberadamente en una tumba poco profunda hace 78.300 años, a la entrada de la cueva Panga ya Saidi, en la actual Kenia. Es el enterramiento humano más antiguo encontrado hasta ahora en África, el continente del que procede nuestra especie, un hallazgo tan extraordinario que merece la portada de la revista 'Nature' de esta semana y que está protagonizado por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos.

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