Es noticia
Nuevos datos confirman la tendencia: cómo las vacunas cortan la transmisión del covid
  1. Tecnología
  2. Ciencia
¿Qué tipo de inmunidad tendremos?

Nuevos datos confirman la tendencia: cómo las vacunas cortan la transmisión del covid

Los positivos descienden entre los vacunados, un indicio cada vez más seguro de que la inmunización no solo protege de la enfermedad, sino que también evita contagios

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Aunque al hablar del efecto de las vacunas utilizamos el término inmunización, los expertos distinguen varios tipos. La inmunidad sería esterilizante si el sistema inmunitario está entrenado para rechazar al patógeno antes de que se produzca la infección. En cambio, hablan de inmunidad funcional cuando una persona vacunada se infecta, pero su sistema inmunitario es capaz de reaccionar para evitar que desarrolle una enfermedad grave. También hay escenarios intermedios en los que se produce una pérdida progresiva de la protección. ¿Qué tipo de inmunidad tendremos contra el coronavirus? Esa es una de las grandes preguntas desde hace meses.

Los ensayos clínicos de todas las soluciones disponibles contra el covid se diseñaron para medir si protegían contra la enfermedad. Era lo más importante, lo más urgente y lo único que realmente se podía medir con facilidad y fiabilidad al comparar los casos de covid que se registraban entre los participantes vacunados y los que habían recibido placebo. Por eso, a pesar de que estemos vacunados, las autoridades insisten en que debemos mantener las medidas, puesto que podríamos contagiarnos y transmitir el virus.

Foto: Ensayo clínico de una de las vacunas cubanas. (Reuters)

A pesar de las dudas, los virólogos creen que la capacidad de contagiar que tendría una persona vacunada sería mucho menor. Para hacer esta afirmación tiran de pura lógica: si alguien se contagia, pero su respuesta inmune evita que el virus se multiplique, tendrá una carga viral muy baja y apenas podrá transmitirlo. De hecho, se ha comprobado que las personas infectadas son más contagiosas en determinados días concretos, justo cuando se empiezan a desarrollar los síntomas. Si contamos con que un vacunado no manifiesta esos signos de enfermedad aunque se haya infectado, es mucho menos probable que transmita el SARS-CoV-2.

En cualquier caso, la ciencia necesita pruebas y, a falta de poder comprobarlo, lo que sí se van acumulando son datos indirectos de que, en efecto, la vacunación está evitando muchos contagios. La última gran noticia procede de un estudio español, realizado por la Xunta de Galicia entre el 27 de diciembre de 2020 (fecha en la que comenzaron las inmunizaciones en España) y el 17 de marzo de 2021 dentro de su plan autonómico de vacunación. Los resultados se dieron a conocer hace unos días. En este proyecto se incluyeron personas que no habían pasado el covid al comienzo del estudio y que durante este periodo recibieron un total de 349.848 dosis de vacunas (11.194 de Moderna, 73.666 de AstraZeneca y 264.988 de Pfizer). De ellas, 250.226 correspondían a una primera dosis y 99.622 a la pauta completa.

Un ambicioso estudio gallego

A lo largo de casi tres meses, el Sergas (Servicio Gallego de Salud) llevó a cabo 936.425 pruebas diagnósticas bajo la dirección de Federico Martinón-Torres, investigador del Hospital Clínico Universitario de Santiago. Los resultados reflejan que en las personas con una sola dosis la disminución de la tasa de positividad es del 47,2% con respecto a la población no vacunada. Sin embargo, en el caso de quienes ya tienen la inmunización completa, las cifras son mucho más contundentes, con una caída del 88,4%.

Los datos tienen diversas lecturas. La más clara es que las vacunas no solo protegen de la enfermedad, sino también de la infección. Aunque los vacunados fueran asintomáticos, las pruebas deberían haberlos detectado, así que estamos ante un importante indicio de que las vacunas protegen incluso de la infección. No obstante, a falta de la publicación del estudio al completo, quedan dudas en el aire que dan paso a interpretaciones complementarias.

placeholder Un hombre recibe la vacuna contra el coronavirus en el Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO). (EFE)
Un hombre recibe la vacuna contra el coronavirus en el Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO). (EFE)

La Xunta reveló los datos justo cuando estaba abierto el debate sobre la posibilidad de retrasar la administración de la segunda dosis entre seis y ocho semanas, con el objetivo de proteger antes a un porcentaje mucho más alto de la población, estrategia por la que habían optado ya el Reino Unido o Francia. Sin embargo, en este estudio se observa una gran diferencia entre las personas que habían recibido una sola dosis y las que habían recibido dos. “A partir de los datos obtenidos, la Xunta de Galicia considera oportuno continuar con el intervalo de vacunación actual para los mayores de 70 años”, dice textualmente la nota de prensa en la que da a conocer el estudio.

Además, indica que obtener estos datos es fundamental para “realizar ajustes a las políticas de vacunación”. Fuera por este argumento o por otros, lo cierto es que los técnicos del Ministerio de Sanidad y de las comunidades autónomas, reunidos en la Comisión de Salud Pública, rechazaron ampliar el intervalo entre dosis justo el día que se conoció esta información.

En cualquier caso, habría que saber más para valorar esta cuestión. El efecto no es inmediato al recibir el pinchazo, sino que el nivel de anticuerpos se incrementa con el paso de los días y de las semanas, así que es posible que quienes habían recibido solo la primera dosis necesitaran más tiempo para tener su sistema inmunitario a punto. De hecho, hay estudios que revelan la alta efectividad de una sola dosis.

Muchos otros indicios

Al margen de ese debate, la investigación del Sergas viene a sumarse a una colección de estudios cada vez más amplia que apuntan en el mismo sentido. Uno de ellos, en proceso de revisión por pares en 'The Lancet', se llevó a cabo entre personal sanitario de Cambridge (Reino Unido). El 0,80% de los que no se habían vacunado dieron positivo en los test de coronavirus, una cifra que bajaba hasta el 0,37% entre los que habían recibido el pinchazo de Pfizer menos de 12 días después de ser vacunados, y hasta el 0,20% si era más tarde.

Por su parte, la farmacéutica Moderna trató de medir la posible reducción de contagios de una forma más directa, con pruebas basadas en hisopos nasales, en sus ensayos clínicos en fase 3 con el grupo de vacunados y el grupo placebo. La Escuela de Salud Pública de Harvard analizó los resultados y, en un 'preprint' llegó a la conclusión de que la transmisión se reducía al menos en un 61%, pero aseguraban que lo más probable es que el resultado real fuese aún mejor.

placeholder La vacunada cinco millones de Israel. (Reuters)
La vacunada cinco millones de Israel. (Reuters)

El país que ha ofrecido más datos de este tipo es Israel, ya que desde el principio ha destacado en el proceso de vacunación. El Ministerio de Salud israelí calcula que la vacunación reduce las infecciones sintomáticas en un 93,7%, pero que las infecciones asintomáticas (equivalente a decir que una persona se ha contagiado pero no ha desarrollado la enfermedad) llega también descienden en un 89,4%.

Otro de los estudios que han realizado de los científicos israelíes se centra en la cuestión de la carga viral y explica que, a pesar de una persona vacunada pueda infectarse, "la carga viral se reduce cuatro veces para las infecciones que ocurren entre 12 y 28 días después de la primera dosis de vacuna". Sin duda, esto "contribuye aún más al impacto de la vacuna en la propagación del virus", aseguran los autores.

La aplicación práctica

¿Qué implicaciones tienen todos estos resultados para los vacunados? Los expertos aún se muestran cautos, porque la posibilidad de que un vacunado contagie no está descartada y está claro que puede hacerlo sobre todo en los días inmediatamente posteriores a recibir el primer pinchazo. Sin embargo, comienza a generalizarse la percepción de que el proceso de vacunación corta la transmisión de una forma muy importante. Así, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) acaba de lanzar las primeras recomendaciones favorables a la relajación de medidas contra la pandemia.

Para las reuniones entre vacunados e incluso para las que incluyan no vacunados de poco riesgo con personas ya inmunizadas, el ECDC recomienda relajar el uso de mascarillas y las normas de distanciamiento social. Aunque en su informe aclara que el efecto de las vacunas sobre la transmisión todavía tiene una "evidencia limitada", considera que "el riesgo de desarrollar enfermedad grave por coronavirus para una persona no vacunada que ha estado en contacto con una persona completamente vacunada expuesta a la infección es de muy bajo a bajo en adultos jóvenes y adultos de mediana edad sin factores de riesgo de enfermedad grave y moderado en adultos mayores o personas con factores de riesgo subyacentes".

Aunque al hablar del efecto de las vacunas utilizamos el término inmunización, los expertos distinguen varios tipos. La inmunidad sería esterilizante si el sistema inmunitario está entrenado para rechazar al patógeno antes de que se produzca la infección. En cambio, hablan de inmunidad funcional cuando una persona vacunada se infecta, pero su sistema inmunitario es capaz de reaccionar para evitar que desarrolle una enfermedad grave. También hay escenarios intermedios en los que se produce una pérdida progresiva de la protección. ¿Qué tipo de inmunidad tendremos contra el coronavirus? Esa es una de las grandes preguntas desde hace meses.

The Lancet Pfizer Ministerio de Sanidad
El redactor recomienda