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¿Cuáles son los riesgos de las mascarillas UV fabricadas en Estonia?
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¿Cuáles son los riesgos de las mascarillas UV fabricadas en Estonia?

Las mascarillas UV supuestamente desactivan el 99% de las moléculas de los virus en aerosoles pero la comunidad científica cuestiona su diseño y el riesgo cancerígeno que pueden suponer

Foto: La ministra Arancha González Laya en un centro tecnológico de Tallin (Anett Numa/Twitter)
La ministra Arancha González Laya en un centro tecnológico de Tallin (Anett Numa/Twitter)

El pasado viernes, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González acudió al e-Estonia Briefing Center, un centro de innovación tecnológico situado en Tallin. Durante su visita la ministra posó para una fotografía con las anfitrionas del encuentro y estas llevaban en el cuello unos collarines de aspecto futurista. Los collarines resultaron ser purificadores de aire ultravioletas que desactivan las moléculas de los virus similares al covid-19 y han causado gran especulación y rechazo entre la comunidad científica.

Los collarines que aparecen en la imagen son purificadores de aire ultravioletas fabricados por la empresa estoniana Respiray. Son mascarillas de alta tecnología que desinfectan el aire respirado y que supuestamente sustituyen a las mascarillas habituales como las FFP2 o las quirúrgicas a la hora de proteger el sistema respiratorio contra virus similares al covid-19. La ministra González acudió al centro de innovación tecnológico durante su gira de tres días por los países bálticos y la foto que se sacó el pasado viernes ha dado mucho de lo que hablar.

Tras la visita de la ministra, muchos expertos en aerosoles, epidemiólogos y científicos han alzado la voz en redes sociales cuestionando la seguridad de este tipo de dispositivos de rayos ultravioletas. José Luis Jiménez, especialista en aerosoles y transmisión de enfermedades y docente en la Universidad de Colorado, ha declarado a través de su cuenta de Twitter "A mi esas mascarillas me parecen un peligro público" y añade que "Luz UV hace química y puede crear tóxicos". Otra experta en el tema, Deborah García Bello, química y divulgadora científica ha escrito en una publicación de Instagram, "Digan lo que digan, estos collarines no cuentan con ningún aval científico de calidad".

Las mascarillas desactivan el 99% del virus

Según la empresa Respiray, el purificador de aire portátil "elimina más del 99% de virus y bacterias con tecnología UV". El módulo UV de tipo C aún está pendiente de patente y su funcionamiento se basa en descomponer y desactivar el ADN y el ARN de los virus nocivos e impulsar el 99% del aire purificado hacia la parte delantera de la cara. En su página web promocionan este 'gadget' como una alternativa a la mascarillas para aquellos que trabajan de cara al público "dónde la comunicación y las expresiones faciales son una parte clave del su rol: maestros, trabajadores minoristas y de oficina, y otro personal de primera línea".

Cabe explicar que el mecanismo se coloca en los hombros y purifica el aire a medida que se va respirando y, según la página web, purifica "hasta 55 litros de aire por minuto". Además, tiene la opción de agregar una pantalla protectora transparente, cuenta con unas 8 horas de carga y emplea LEDs UV-C de 265nm de la más alta calidad que no crean ozono.

Santos Huertas Ríos, director de área de innovación e investigación de Asepeyo, ha explicado a El Confidencial que la tecnología podría ser efectiva, no obstante, coincide con los expertos en la red que alertan que las mascarillas UV, debido a diversos factores, podrían suponer un peligro para la salud. Una cosa que queda clara es que las radiaciones ultravioletas de tipo C en 260 nanometros son efectivas en el 99% a la hora de destruir las moléculas víricas. Sin embargo, Huertas recalca que su efectividad está sujeta a varios factores: "la distancia, la potencia de la lámpara, la humedad y el tiempo que está en contacto la luz ultravioleta con el microrganismo".

"el collarín podría resultar ser cancerígeno ya que está afectando nuestro material genético"

Una de las cuestiones que se ha planteado en las redes y en los medios de comunicación sobre esta tecnología es su riesgo y sus posibles efectos adversos y Huertas coincide con esta preocupación. Las radiaciones ultravioletas tienen la capacidad en destruir las moleculas ADN y ARN y por lo tanto, como bien explica el experto, "también puede afectar al organismo ya que está expuesto a la radiación y, específicamente este dispositivo, podría puede causar efectos tóxicos en la piel y los ojos". Además, en el caso de que hubiese mucha exposición de radiación UV al organismo el investigador añade que "como está afectando a nuestro material genético, el collarín podría resultar ser cancerígeno ya que la luz ultravioleta del sol es uno de los factores principales del cáncer".

Por otro lado, el diseño de la mascarilla se reduce a un collarín que filtra y purifica el aire con radiación UV y que en algunos casos cuenta con una pantalla protectora. Huertas explica que, las características de la mascarilla "no pueden garantizar que todo el aire inhalado pase por el collar ya que puede entrar por cualquier otro lado, ya sea por la parte de arriba de la cara o por los laterales". Otra característica de esta mascarilla que ha generado dudas es si pudiese reducir la transmisión del virus y según el investigador, "dificilmente lograría inactivar todo el coronavirus en el caso de que el que porte la mascarilla ya estuviese infectado por Covid-19". Huertas recalca que "debido a que solo se filtra el aire al inhalar, si ya estás contagiado de coronavirus el aire que exhalas no se va a filtrar de ninguna forma y puedes seguir propagando el virus por aerosoles".

Cabe destacar que el Real Decreto 486/2010 regula la exposición a radición óptica y se tendría que revisar si las mascarillas UV cumplen estos requisitos. También debería tener una especificación de acuerdo con las directivas europeas y el Marcado CE y según el experto "aún no cuenta con ningún aval científico y solo dos laboratorios han realizado un estudio más menos serio y por ello plantea muchas dudas".

El pasado viernes, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González acudió al e-Estonia Briefing Center, un centro de innovación tecnológico situado en Tallin. Durante su visita la ministra posó para una fotografía con las anfitrionas del encuentro y estas llevaban en el cuello unos collarines de aspecto futurista. Los collarines resultaron ser purificadores de aire ultravioletas que desactivan las moléculas de los virus similares al covid-19 y han causado gran especulación y rechazo entre la comunidad científica.

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