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Aunque nadie comiera carne, no se solucionaría el problema climático
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690 MILLONES DE PERSONAS PASAN HAMBRE

Aunque nadie comiera carne, no se solucionaría el problema climático

Los lunes sin carne entre otros movimientos para reducir el impacto de la ganadería tienen un gran problema: "Se han realizado por occidente pensando en occidente"

Foto: Un estadounidense consume de promedio 100 kilos de carne al año
Un estadounidense consume de promedio 100 kilos de carne al año

Si cogemos toda la literatura científica producida sobre ganadería desde 1945, descubriremos que tan solo el 13% estudia el fenómeno en África. Sin embargo, el continente africano es la gran despensa cárnica del mundo: alberga el 20% del ganado mundial vacuno, el 27% del ovino y el 32% del caprino.

Pero hay más. El consumo de carne está completamente desequilibrado. Un estadounidense come de promedio al año 100 kilos, mientras que en el África subsahariana no se pueden permitir ni 12,9 kilos, con los problemas de salud y desarrollo que esto conlleva. ¿No habremos enfocado la lucha contra el cambio climático desde un prisma claramente sesgado? El último estudio sobre el impacto de la ganadería en el cambio climático por fin admite que sí.

Foto: Un día a la semana... sin carne.

La autora principal de este estudio, publicado en Enviromental Research Letters, la científica Birthe Paul, tiene claro que "las conclusiones extraídas en informes ampliamente publicitados sostienen que una solución principal a la crisis climática y de salud humana a nivel mundial es comer poca carne, pero están sesgadas hacia los sistemas industrializados y occidentales".

EEUU no come como el Sáhara

En Estados Unidos y en Europa el alto consumo de carne también ha supuesto un problema en la salud. Sin embargo, si impedimos la ganadería a nivel mundial, lastraremos aún más los bajos o medianos ingresos de otros países.

placeholder Los métodos de ganadería tienen diferencias abismales
Los métodos de ganadería tienen diferencias abismales

Además, en los países de ingresos bajos y medianos la ganadería está vinculada a la producción de cultivos, resultando mucho más sostenible. "En el África subsahariana, el estiércol es un recurso nutritivo que mantiene la salud del suelo y la productividad de los cultivos; mientras que en Europa, enormes cantidades de estiércol disponibles a través de la producción ganadera industrializada están sobrefertilizando las tierras agrícolas y causando problemas ambientales", ha explicado otra de las autoras, An Notenbaert, según recoge EurekAlert.

"La producción de carne en sí no es el problema. Como cualquier alimento, cuando se produce, intensifica y comercializa en masa, el impacto en nuestro medio ambiente se multiplica", ha puntualizado por su parte Polly Ericksen. "Eliminar la carne de nuestra dieta no va a resolver ese problema. Si bien abogar por una dieta baja en carne tiene sentido en los sistemas industrializados, la solución no es una solución climática global y no se aplica en todas partes".

Otras soluciones

Es el momento de plantearse otras soluciones menos radicales. Por ejemplo, cambiar el modelo de ganadería occidental. Una mejor alimentación del animal podría permitir que estos emitan menos gases de efecto invernadero; mejorar el manejo de las tierras de pastoreo; mezclar cultivos y ganados para que el suelo aproveche el estiércol… podrían ser soluciones más efectivas, pero quizás menos “atractivas” para los grandes mercados cárnicos.

Casi 690 millones de personas en todo el mundo pasaron hambre en 2019

Según la Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura (FAO, según sus siglas en inglés), casi 690 millones de personas en todo el mundo pasaron hambre en 2019. Pedir 'lunes sin carne' o una transformación de los hábitos del consumo parece, por lo menos, una política algo sesgada.

Dejar de comer carne podría no ser suficiente para detener el cambio climático. Incluso podría ser contraproducente para las economías y la nutrición de países de ingresos bajos y medios. De todas formas los científicos reconocen que necesitan más datos sobre el tema, pero esta vez realizados en institutos independientes y enfocados en estas áreas olvidadas.

Si cogemos toda la literatura científica producida sobre ganadería desde 1945, descubriremos que tan solo el 13% estudia el fenómeno en África. Sin embargo, el continente africano es la gran despensa cárnica del mundo: alberga el 20% del ganado mundial vacuno, el 27% del ovino y el 32% del caprino.

Efecto invernadero
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