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Así se mueven las zonas más afectadas de Madrid: confinarlas no arregla el coladero
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Así se mueven las zonas más afectadas de Madrid: confinarlas no arregla el coladero

Los barrios del sur de Madrid, los más afectados por la pandemia, presentan una mayor movilidad asociada al trabajo presencial. Algo que dificulta la efectividad de las restricciones anunciadas

Foto: Imagen del metro de Madrid el 4 de mayo. (Reuters)
Imagen del metro de Madrid el 4 de mayo. (Reuters)

No es ni mucho menos la primera vez que en algún punto de la geografía patria se tiene que rebobinar la llamada 'nueva normalidad' y retroceder a las restricciones de algún estadio anterior. Totana, la comarca del Segrià, Aranda del Duero... Lugares donde sus vecinos han visto como para atar en corto la trasmisión del covid y ganar tiempo se han limitado horarios y aforos de nuevo. Incluso en los casos más contundentes se ha revivido la experiencia de los meses de marzo y abril con encierros duros en los que únicamente salir a trabajar, a la compra o al médico eran las excepciones posibles.

Foto: Reuters.

Sin embargo, la propuesta de llevar a cabo lo que se ha venido a denominar 'confinamiento selectivo' en Madrid y su área metropolitana, estableciendo limitaciones de movimiento en aquellas zonas sanitarias más golpeadas por la pandemia, plantea algunas dudas sobre su efectividad. "Hay que tener en cuenta que no es lo mismo que un pueblo en Castilla rodeado por la nada", explica Fernando Rodríguez Artalejo, catedrático de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid. "Los barrios de Madrid o de su periferia no son compartimentos estancos".

Las restricciones anunciadas por Isabel Díaz Ayuso afectan a la libertad de movimiento a los residentes de 26 zonas básicas de salud de los distritos de Carabanchel, Usera, Villaverde, Villa de Vallecas, Puente de Vallecas y Ciudad Lineal en la capital. También se aplicarán en 11 zonas de los municipios de Fuenlabrada, Humanes, Moraleja de Enmedio, Parla, Getafe, San Sebastián de los Reyes y Alcobendas. "Que se ha haya optado por esto y no por el distrito puede tener el objetivo no tanto de frenar los contagios, sino de reducir la presión sobre los centros sanitarios".

Más viajes en hora punta

No todo el mundo tiene la suerte de vivir cerca de donde trabaja. Algo que hace que cada día se tengan que realizar cientos de miles de desplazamientos de una zona a otra de la capital para cumplir con obligaciones laborales, una de las excepciones lógicas contempladas. Lo mismo que trasladarse a juzgados, el médico o clase. La pregunta es, ¿serán útil esas limitaciones si cada día tienes a gente moviéndose de un lado a otro bajo uno de los supuestos contemplados?

Si uno se fija en los datos que se presentan en las siguientes gráficas, verá que distriitos como Puente de Vallecas, Carabanchel, Ciudad Lineal o Usera suman una actividad mayor que la de distritos como Retiro, Moncloa-Aravaca, Chamberí u Hortaleza. Es decir, las zonas más golpeadas a día de hoy con una mayor incidencia de casos acumulada en los últimos 14 días presentan una mayor movilidad asociada al trabajo presencial que las que tienen niveles más bajos. "No es el único factor a tener en cuenta pero viene a confirmar que estos movimientos ayudan al desarrollo de la epidemia. Pone negro sobre blanco que cualquier control insuficiente se va a traducir en una fuerte expansión muy alta del virus en la ciudad".

"La proporción de residentes que realizó viajes a primera hora de la mañana durante el mes de agosto fue muy diferente en los distritos más afectados", explican desde Nommon, firma de análisis de datos masivos que trabaja junto con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en el estudio diario de la evolución de la movilidad en España.

Los registros que esta empresa ha facilitado a Teknautas muestran como los residentes de las áreas donde más contagios se producían realizaban, cualquier día de la semana, muchos más viajes entre las seis y las diez de la mañana, achacables directamente a motivos laborales. Un buen ejemplo es el caso del distrito de Chamberí, que durante el pasado mes solo el 7,2% de los residentes se movían en hora punta, la cifra se doblaba en las zonas del sur de Madrid analizadas.

¿Ha cambiado la situación con el fin de las vacaciones? Este informe recoge un incremento generalizado en todos los distritos. Si se toma como referencia la semana pasada, la del 7 al 13 de septiembre, se observan incrementos que van del 20 al 40% en comparación con las semanas centrales de agosto. "No obstante —apuntan desde la compañía— el aumento ha sido menor en los distritos de menos de renta". De ello, se deduce que una mayor proporción de los residentes "trabajó en agosto de manera presencial". "Hay que tener en cuenta que además el teletrabajo está asociado más a clases medias. En estas zonas hay una gran masa de personas que no tienen acceso a esa posibilidad y no les queda otra que el presencialismo", anota Rodríguez Artalejo. "Personalmente creo que puede ayudar algo, pero el impacto con este escenario puede ser muy limitado si vas a tener al 25% moviéndose a primera hora de la mañana".

Otro de los aspectos que hay que tener en cuenta es el destino final de esos desplazamientos diarios. Si son dentro de una misma zona sanitaria que se ha acotado no conlleva más problemas, pero si alguien que vive en Usera se tiene que desplazar a una zona sin restricciones como Plaza de Castilla o la zona centro la historia cambia. "Los residentes en la almendra central realizan sus actividades más cerca de sus domicilios que en el resto de la capital", explica, achacándolo a una mayor oferta de empleo u ocio.

Trayectos más largos

El pasado 9 de septiembre, día que se tomó de referencia, se vio nuevamente que el número de personas que se desplazaba a distancias superiores a los 3 kilómetros era sustancialmente superior en los distritos más afectados. Así en el distrito de Salamanca el porcentaje se sitúa en un 37% de los vecinos, en Villa de Vallecas se dispara hasta el 57%. "Ese volumen es espectacular, me impresiona mucho", comenta Rodríguez Artalejo, que destaca una tendencia bastante clara en la que se ve que "los distritos con mayor nivel de renta" se mueven mucho menos.

"Cuanto más en la periferia estás más aumenta ese volumen de desplazamiento. Es razonable, por varios motivos. La proporción de gente joven, que no se puede permitir un alquiler o una vivienda en zonas más céntricas, es mayor. También lo es, por tanto, el porcentaje de población activa que cada día tiene que ir hasta el trabajo", apunta el catedrático, que incide en el aspecto de que en esta segunda ola, los "principales vectores de contagio" han sido los jóvenes. "Si juntas esa menor edad media a la movilidad, a otros aspectos como el hacinamiento en las viviendas pues tienes una fotografía que ayudan a explicar por qué el nivel de casos es mayor aquí".

"La clave es saber si la zona en donde vas a limitar la movilidad está autocontenida o no. Es decir, si la práctica totalidad de los movimientos se producen internamente es mucho más sencillo, pero tampoco va a tener grandes efectos desde el punto de vista epidemiológico", explica Nuria Oliver, comisionada de la Presidencia para la Estrategia Valenciana para la Inteligencia Artificial y creadora de la Encuesta sobre el impacto del covid. "Lo ideal, desde el punto de vista sanitario, es confinar áreas con alta incidencia que tenga mucha movilidad con otras zonas. Pero tienes que saber el tipo de movilidad que es", apunta esta ingeniera de Telecomunicaciones.

Oliver aclara que hay que diferenciar entre movilidad laboral, por ocio, por turismo o por servicio. "Hay que saber por qué entra y sale la gente de allí. Si no hay opciones de turismo y ocio, es probable que el mayor número de movimiento se deba a motivos de trabajo", analiza. La situación dista mucho del confinamiento de marzo. Por aquel entonces, un bar estaba cerrado en Usera, en Arturo Soria o en Malasaña. Ahora no.

"Un cierre de este tipo puede tener muchas consecuencias en el plano social y económico para la vida de las personas", subraya esta experta que pide acompañar de otros incentivos para hacerlo efectivo. "Si tienes un 60, 70 u 80% de personas que se vayan a mover sí o sí todos los días a otras zonas de la capital por trabajo, abandonar esa área por un motivo justificado como ir a clase o al juzgado, la medida puede perder efectividad".

No solo limitar movimientos

El transporte público también parece jugar un papel crucial en esta ecuación. "En estos distritos, por motivos socioeconómicos, la gente tiene que recurrir al transporte público", comenta Agustín Valenzuela, virólogo de la Universidad de La Laguna. No es casualidad que dos de las tres líneas más utilizadas de Metro Madrid (la línea 1, que une Pinar de Chamartín con Valdecarros; y la línea 6, la circular) conecten estas zonas con otros puntos de la capital. El suburbano ha estado en el ojo del huracán en las últimas semanas por las fotografías de aglomeraciones que muchos usuarios denunciaron por Twitter.

placeholder Foto: EFE.
Foto: EFE.

Esto hace pensar a muchos que esta combinación (concentraciones en los andenes y vagones unidas a la movilidad obligada en estas zonas) pueda ser un foco y aumente la incidencia en otros lugares de la ciudad. Un estudio analizó la relación entre el covid y el transporte público en Nueva York y concluyó la estrecha vinculación y cómo la caída del uso del metro en la ciudad ayudó a aplanar la curva. "La mascarilla es muy efectiva, pero no lo es eficaz al 100%. Por eso hacen falta controles de aforos para que realmente se pueda utilizar con el riesgo mínimo", remata.

"El reto es crear una estructura coordinada y logística para hacer pruebas de PCR, contratar personal. Y digo contratar, no tirar de voluntarios", añade Valenzuela. En este sentido, la Comunidad anunció que se hará un millón de pruebas a los vecinos sometidos a las nuevas restricciones. "No hablo de pruebas reactivas, de control de brote. Hablo de pruebas activas. De saber quién está infectado y quien no realmente, para poder darle la baja y decirle tú no sales de casa ni a trabajar. Un confinamiento selectivo sin eso no sirve porque vas a tener a gente entrando y saliendo todo el rato", añade. "Este es un virus global. Va a volver a entrar tarde o temprano. Por eso en Madrid o Barcelona hay que imitar ya no solo a los países que lo han conseguido controlar, sino a ciudades como las de Nueva York".

No es ni mucho menos la primera vez que en algún punto de la geografía patria se tiene que rebobinar la llamada 'nueva normalidad' y retroceder a las restricciones de algún estadio anterior. Totana, la comarca del Segrià, Aranda del Duero... Lugares donde sus vecinos han visto como para atar en corto la trasmisión del covid y ganar tiempo se han limitado horarios y aforos de nuevo. Incluso en los casos más contundentes se ha revivido la experiencia de los meses de marzo y abril con encierros duros en los que únicamente salir a trabajar, a la compra o al médico eran las excepciones posibles.