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¿Covid en comida congelada? Lo que dice la ciencia del 'extraño' brote en Nueva Zelanda
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¿Covid en comida congelada? Lo que dice la ciencia del 'extraño' brote en Nueva Zelanda

Pollo brasileño, camarones ecuatorianos, carne neozelandesa o pescado chino. Nuevos brotes nos hacen volver la vista a los productos congelados. Una opción improbable pero no imposible

Foto: Nueva Zelanda apunta a un cargamento de carne congelada como origen del brote. (EFE)
Nueva Zelanda apunta a un cargamento de carne congelada como origen del brote. (EFE)

Más de cien días ha estado Nueva Zelanda sin notificar ningún caso de contagio local de covid-19. Ese periodo de gracia terminó el pasado miércoles, día en el que cuatro personas de una misma familia dieron positivo en Auckland. El número de casos aumentó a 17 este jueves y, según los medios locales, es posible que siga aumentando: "Lo que sabemos de los brotes es que crecen", fueron las palabras del director general de salud Ashley Bloomfield sobre lo que ya se denomina el 'extraño' caso neozelandés. La duda es, ¿cómo ha llegado el virus a la remota isla tras haber logrado eliminarlo?

Aunque el brote se detectó en un núcleo familiar, al avanzar en la realización de PCR a los contactos de esas cuatro personas, se sospecha que el posible foco está en una industria de almacenamiento y transporte de productos congelados, Americold. De los nuevos positivos, tres de ellos trabajaban en esta empresa que tiene sede en Atlanta, Estados Unidos. La teoría principal es que el coronavirus habría entrado en la isla a través de uno de los cargamentos de esa empresa aunque no se han detectado, por el momento, restos del virus en la comida. Parece lo único que tiene sentido dado el aislamiento de la zona. La otra opción que se investiga son las casas de huéspedes en las que se está alojando a los viajeros retornados, aunque también es una explicación poco probable, porque no se ha trazado ningún contacto entre los positivos y estos alojamientos.

Foto: Imagen de archivo de Benidorm, Alicante. (EFE)

El 'misterioso' brote neozelandés no ha sido lo único que nos ha hecho volver la vista hacia los alimentos congelados. En China se han detectado este viernes trazas del virus en muestras de un lote de alitas de pollo congeladas procedentes de Brasil, uno de los países con mayor número de casos en el mundo. Este hallazgo se produjo en la ciudad de Shenzhen, donde el Centro local para la prevención y Control de Enfermedades afirma que encontró los restos en la superficie de una porción de pollo congelado. Semanas antes, tres empresas ecuatorianas ya habían sido bloqueadas por las autoridades chinas para exportar camarones por el mismo motivo. Eso sí, estas trazas no han llegado a producir ningún contagio, por el momento, ya que todo el personal en contacto con el producto se ha realizado pruebas que han dado negativo.

¿Tiene sentido apuntar a la comida?

La diferencia del caso neozelandés es, sin embargo, muy notable, no solo por el aislamiento de la isla y sus cien días 'limpia', sino porque ya hay contagios reales. Los expertos neozelandeses piden que se analice el genoma del virus para averiguar exactamente el origen del brote. "Lo ideal sería secuenciar todos los positivos, indiferentemente de sí se han detectado en la comunidad o en la frontera", pide David Welch, profesor de la Universidad de Auckland en el 'New Zealand Herald'. Hasta que eso ocurra —ya se están secuenciando 700 pruebas genómicas desde el inicio de la pandemia en la isla— la carne congelada es solo una hipótesis. Sin embargo, no es la primera vez que se relaciona un posible rebrote de esta enfermedad con industrias de alimentación que van más allá de trazas encontradas en lotes de productos. Otros brotes, como el de China y el salmón fresco o las industrias cárnicas alemanas, también se han vinculado con zonas en las que se procesa, almacena o vende comida. ¿Tiene sentido apuntar a la comida?

placeholder El covid no puede transmitirse a través de los alimentos, pero sí dura hasta tres días en el plástico. (iStock)
El covid no puede transmitirse a través de los alimentos, pero sí dura hasta tres días en el plástico. (iStock)

La realidad es que no existen evidencias científicas de que el virus del SARS-CoV-2 se transmita a través de los alimentos y la propia OMS ha tenido que emitir un comunicado para frenar la alarma en América Latina a raíz de las trazas detectadas en el pollo brasileño que estaba producido en una planta propiedad de Aurora, el tercer procesador más grande de pollo y cerdo de Brasil. "No hay evidencia de que los alimentos o la cadena alimentaria estén participando en la transmisión de este virus, así que las personas deben sentirse cómodas y seguras", dice la Organización Mundial de la Salud.

La farmacéutica y especialista en seguridad alimentaria, Gemma del Caño, confirma la falta de relación del virus con la comida. Sí con el empaquetado de los alimentos ya sea plástico, cartón o cualquier otra superficie. "Como también confirma la EFSA (Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria) no hay notificación de transmisión por alimentos, lo que sí puede ocurrir es que en las superficies de contacto, si no se cumplen las medidas básicas de higiene tanto por quien lo envía como quien lo recoge (lavado de manos por ambos), la transmisión pueda ocurrir", explica esta experta. "Los alimentos no transmiten coronavirus", asegura tajante el Dr. Alfonso Carrascosa, científico del MNCN-CSIC, "hay que tocarlo y meterlo en el tracto respiratorio, si se ingiere el virus entra al tubo digestivo y si sobrevive acaba saliendo" pero es imposible que se produzca un contagio por ingesta.

Improbable pero no imposible

Por eso, para entender el brote neozelandés, y las trazas encontradas en otros alimentos, hay que mirar a la industria y no a la comida. "En algunas industrias se han dado brotes que están relacionados con la falta de cumplimiento de medidas higiénicas y con las condiciones laborales de los trabajadores, pero esto no implica que estemos en riesgo, porque la transmisión es por contacto y no por alimento. Incumplir normas básicas como el distanciamiento social en zonas comunes (comedores, vestuarios, aseos), ir a trabajar estando enfermo, no usar la mascarilla y obviar el lavado de manos son prácticas que se han dado en algunos tipos de industrias que han provocado brotes", explica Gemma del Caño.

Para entender el brote neozelandés, y las trazas encontradas en otros alimentos, hay que mirar a la industria y no a la comida

El director general de salud de Nueva Zelanda, Ashley Bloomfield, explicó en una rueda de prensa sobre el seguimiento del brote que las instalaciones de Americold serán testadas para buscar restos del virus y que esta sigue siendo su mejor opción. "Sabemos que hay estudios sobre que el virus puede sobrevivir en algunos espacios refrigerados", dijo, para después asegurar que están "empezando a comprobar todas las opciones" pero "esta es la opinión que tenemos ahora mismo". Desde la empresa, por su parte, el director de Americold NZ, Richard Winnall, aseguró a los medios locales que los empleados positivos llevaban en todo momento equipos de protección, incluyendo guantes.

Por eso, los expertos piden cuidado con apuntar a los paquetes de carne congelada como foco. "No está probado que el brote haya sido provocado por carne congelada. Es solo una hipótesis y bastante aventurada", explica Alfonso Carrascosa, que cree que se trata de una explicación "posible, pero muy poco probable".

Foto: Foto: EFE

Una probabilidad que se reduce aún más si se mantienen las medidas de higiene y que, en ningún caso debe preocupar a la población. "Las medidas son las mismas —que en cualquier otra industria— porque no es el alimento sino el tratamiento en las superficies de contacto y envases", explica Del Caño.

Estable en entornos fríos

La hipótesis de las autoridades sanitarias neozelandesas se basa en estudios que aseguran que algunas de las partículas del SARS-CoV-2 pueden seguir siendo infecciosas durante tres días en superficies de plástico a temperatura ambiente y otros que concluyen que el virus es más estable a temperaturas bajas, como las que hay en las zonas refrigeradas de los almacenes de comida. Esto podría suponer que el virus siga siendo infeccioso durante más tiempo en temperaturas bajo cero y en una determinada superficie, aunque por el momento no hay estudios que lo avalen.

"No está probado que le brote haya sido provocado por carne congelada. Es solo una hipótesis y bastante aventurada", dicen los expertos

"La congelación no es un método de esterilización sino que 'para' la multiplicación. El tiempo en el que el virus se mantiene sin huésped sí es importante, existen algunos datos de cuánto dura sobre una superficie pero no sabemos si al estar congelado se mantiene para poder contagiar, parece poco probable pero, con este virus, nada es descartable", dice Del Caño.

Según esta revisión científica sobre la influencia del ambiente en este tipo de virus, publicada por el investigador Hamada Aboubakr, "varios estudios refieren la mayor persistencia de varios coronavirus en el agua y otros líquidos a baja temperatura comparada con temperaturas mayores (...), además, otros parámetros ambientales como la humedad relativa pueden tener importancia en la persistencia del virus en el ambiente". Por el momento, habrá que esperar a las pruebas del Gobierno neozelandés, que se ha propuesto como prioridad averiguar el origen del brote para volver a la senda de cifras récord que manejaba hasta el inicio de la semana y volver a ser un referente en la lucha contra la pandemia.

Más de cien días ha estado Nueva Zelanda sin notificar ningún caso de contagio local de covid-19. Ese periodo de gracia terminó el pasado miércoles, día en el que cuatro personas de una misma familia dieron positivo en Auckland. El número de casos aumentó a 17 este jueves y, según los medios locales, es posible que siga aumentando: "Lo que sabemos de los brotes es que crecen", fueron las palabras del director general de salud Ashley Bloomfield sobre lo que ya se denomina el 'extraño' caso neozelandés. La duda es, ¿cómo ha llegado el virus a la remota isla tras haber logrado eliminarlo?

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