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Hallan partículas de covid-19 en el aire de una habitación con capacidad de infectar
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ESTUDIO EN UN HOSPITAL DE EEUU

Hallan partículas de covid-19 en el aire de una habitación con capacidad de infectar

Un estudio desata de nuevo la polémica sobre la posibilidad de contagio por vía aérea Los investigadores localizaron estas partículas a cinco metros de la cama del paciente

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Foto: Reuters.

Que quedan aún muchas cosas por aclarar sobre el coronavirus es algo más que evidente. Una de las que más está dando que hablar es la capacidad de infección de los aerosoles, esas partículas que expulsamos al hablar o respirar y que quedan suspendidas en el aire hasta 16 horas según algunas investigaciones realizadas hasta la fecha. La Organización Mundial de la Salud, reacia en un principio a admitir este supuesto, tuvo que salir al paso a principio de julio y decir que revisaría sus recomendaciones tras las "evidencias" de que el covid-19 flota en el aire, aunque matizaban que estas pruebas no eran "definitivas".

Foto: Foto: EFE

La decisión llegó tras una carta abierta firmada por 239 científicos de 32 países que exigían al organismo que reconsiderase y valorase esto. Ahora su postura se ha visto reforzada por una nueva investigación que ha encontrado partículas del virus con capacidad infectiva suspendidas en el aire de una habitación de hospital. Partículas que flotaban a prácticamente cinco metros del paciente contagiado, algo que, en caso de confirmarse, podría tener que obligar a repensar las medidas de distanciamiento social en locales comerciales u oficinas, teniendo que ampliar aún más la distancia social.

El estudio en cuestión se ha realizado en el Hospital Shands, localizado en la localidad de Gainesville. "Nuestros resultados refuerzan la idea de la transmisión aérea es posible y que juega un papel crítico", sostienen los investigadores detrás de un 'paper', aún pendiente de recibir luz verde y recogido por el New York Times. Advierten que sus hallazgos serían la evidencia de que los dos metros en interiores no sería suficiente y que se podría estar generando una falsa sensación de seguridad.

La investigación

La habitación del centro donde tomaron las muestras se trata de una estancia de 3,5 metros de alto y 7 de largo teniendo en cuenta también el baño. En dicha estancia había dos pacientes contagiados con la enfermedad. Uno de los dos tenía infección respiratoria activa. Se utilizaron muestreadores para hacer dos tipo de capturas del aire de la estancia. Primero a dos metros de cada paciente, la distancia de seguridad recomendada. Y luego casi a 5.

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Foto: Reuters.

Con esas muestras se realizaron sendos cultivos con células, que resultaron infectadas por una de las cepas, concretamente la del paciente con la infección respiración activa, como se comprobó tras realizar la secuenciación del genoma. Esto vendría a demostrar que aquellos pacientes con síntomas e infecciones respiratorios son capaces de expulsar aerosoles que permanecen suspendidos con capacidad de trasmitir la enfermedad. “Hay un riesgo en la inhalación de aire si estamos próximos a personas que emiten el virus mediante expiraciones, como la tos, el estornudo o el habla”, recoge la investigación.

El resultado ha generado debate. Muchos lo consideran una prueba más que ayude a concluir lo que la OMS aún es reacia a admitir. Otros, sin embargo, dudan que las muestras sean realmente representativas del proceso de inhalación real de una persona. Una cosa es tomar muestras en un entorno concreto y conseguir en el laboratorio que infecte a otras células y otra cosa diferente es que alguien se pueda infectar de esta manera.

Que quedan aún muchas cosas por aclarar sobre el coronavirus es algo más que evidente. Una de las que más está dando que hablar es la capacidad de infección de los aerosoles, esas partículas que expulsamos al hablar o respirar y que quedan suspendidas en el aire hasta 16 horas según algunas investigaciones realizadas hasta la fecha. La Organización Mundial de la Salud, reacia en un principio a admitir este supuesto, tuvo que salir al paso a principio de julio y decir que revisaría sus recomendaciones tras las "evidencias" de que el covid-19 flota en el aire, aunque matizaban que estas pruebas no eran "definitivas".