Hope y Cullinan, los dos diamantes más deseados del mundo son del núcleo terrestre
El diamante Hope y el diamante Cullinan, dos de los más reconocibles en todo el mundo, comparten algo en común: se formaron en unas profundidades poco habituales
Los diamantes son, posiblemente, una de las piedras preciosas más cotizadas y admiradas del mundo. Numerosas personas alrededor del mundo se afanan por encontrar estas increíbles piedras brillantes que varían en quilates y en pureza, y cuya impresionante formación natural a centenares de kilómetros de la superficie enloquece a la humanidad desde tiempos pretéritos. Sin embargo, un reciente estudio ha determinado que Hope y Cullinan, dos de los diamantes más famosos de la historia, se formaron en lo más profundo de la Tierra: junto al núcleo del planeta.
Desde hace muchos años, se sabe que los diamantes se forman alrededor de 150 y 200 kilómetros de profundidad a la superficie. La presión que existe bajo las placas tectónicas termina por empujarlos hacia la superficie, hasta llegar a profundidades relativamente cercanas para los humanos que, a través de diferentes minas, terminan por recogerlos. Sin embargo, una reciente investigación sugiere que dos de los diamantes más impresionantes encontrados no se formaron a estas profundidades, sino muchos kilómetros más lejos de la superficie de lo que se podía presuponer en un principio.
Tanto Hope como Cullinan son dos diamantes que destacan por su especial belleza. Es importante señalar que todos los diamantes están formados por cristales de carbono, además de diversas impurezas químicas que se encuentran en el fondo de la Tierra. La última investigación, publicada en la conferencia de geoquímica Goldschmidt, determina que estos dos diamantes tienen impurezas similares y muy diferentes a cualquier otro diamante, lo que sugiere que nacieron mucho más profundo que el resto.
En ambos diamantes se han encontrado restos de un mineral llamado bridgmanita, al igual que en otros dos diamantes menos conocido que Hope y Cullinan, pero que poseen las mismas características de pureza y color que estos dos. Pero, ¿por qué se conoce su profundidad? Muy sencillo: la bridgmanita es un mineral muy común en el interior de la Tierra, pero no se forman en la corteza ni en el manto superior, sino solo en las profundidades más cercanas al núcleo. Eso es lo que lleva a pensar que el nacimiento de ambos diamantes tuvo lugar cerca del núcleo del planeta.
El diamante Hope tiene su origen en el diamante Tavernier Blue, encontrado en la mina Kollur en Golconda (India). Tiene un peso estimado en 45,52 kilates y se hizo popularmente conocido después de que una recreación inspirada en él fuese la famosa joya que aparece en la película Titanic. Cuenta la historia que está considerado como el diamante maldito, por las desgracias que le sucedieron a todos sus poseedores, desde Jean-Baptiste Tavernier -su primer poseedor-, pasando por Luis XVI, María Antonieta, Jorge IV o Habdul Hamid II, entre muchos otros. Todos ellos terminaron teniendo una muerte trágica que se achaca a la posesión de este diamante.
Por su parte, el diamante Cullinan tiene el honor de ser el mayor diamante encontrado en toda la historia, con un peso bruto de más de 3.000 kilates. Fue encontrado en la mina Premier, situada en el pueblo de Cullinan (Sudáfrica), pero ya no se encuentra en su estado original, pues fue tallado en varias piezas, entre las que destacan dos que pertenecen actualmente a la corona imperial británica. Ahora, se sabe que el origen de ambos es más misterioso de lo que se creía.
"Lo que realmente vemos en los diamantes cuando alcanzan la superficie no es bridgmanita, sino los minerales que quedan cuando se descompone a medida que disminuye la presión. Encontrar estos minerales atrapados en un diamante significa que el diamante mismo debe haberse cristalizado a una profundidad donde existe bridgmanita, muy profundo dentro de la Tierra", afirmó Evan Smith, del Instituto Gemológico de América, en un comunicado.
Según la reciente investigación, la presencia de bridgmanita en ambas piedras, consideradas como dos de los diamantes más impresionantes encontrados por el ser humano, sugiere que ambas piezas se originaron en el manto inferior de la Tierra, a más de 660 kilómetros de profundidad pero, incluso, podrían haberse generado inicialmente en una parte aún más cercana al núcleo externo líquido del planeta. Este descubrimiento hace pensar a los investigadores que los diamantes también se pueden forma mucho más profundo de lo que se creía: eso sí, solo una mínima parte de ellos consiguen llegar a la superficie terrestre.
Los diamantes son, posiblemente, una de las piedras preciosas más cotizadas y admiradas del mundo. Numerosas personas alrededor del mundo se afanan por encontrar estas increíbles piedras brillantes que varían en quilates y en pureza, y cuya impresionante formación natural a centenares de kilómetros de la superficie enloquece a la humanidad desde tiempos pretéritos. Sin embargo, un reciente estudio ha determinado que Hope y Cullinan, dos de los diamantes más famosos de la historia, se formaron en lo más profundo de la Tierra: junto al núcleo del planeta.